Ayudar a pasar la calle

Es muy probable que Luis Carlos Villegas vaya a desempeñarse como Ministro de Defensa con la misma eficiencia con que ha desempeñado sus otras labores. Fue un buen presidente de la Andi y un buen Embajador en Washington. Un hombre sensato pero firme que dice las cosas como se deben decir. En su discurso de posesión eso fue lo que afirmó: que llamaría las cosas por su nombre y para explicarlo utilizó una metáfora: Cuando un hombre ayude a cruzar la calle a una viejita, lo llamaría humanitario pero cuando ponga bombas contra un oleoducto sería llamando terrorista. Y aunque la frase es simple y directa deja algunos interrogantes por aquello de la metáfora. Parecería que tiene más claro el concepto de terrorista que de humanitario pues esa idea de ayudar a cruzar la calle es tan vaga que uno podría imaginarse varias cosas: Primero, el sentido literal de la expresión del nuevo Minidefensa  está referido a que las calles en Colombia son tan peligrosas que uno tiene que ser muy humanitario para arriesgar la vida acompañando a una mujer mayor en esa aventura. Segundo, el nuevo ministro podría estar mandando un mensaje cifrado a la Habana; que él ha llegado a darle una manita a De La Calle a cruzar la vía incierta de la paz. Su antecesor Pinzón, en cambio actuaba a veces como terrorista con declaraciones explosivas que colocaba a esa pobre viejecita en medio de una autopista de incongruencias, expuesta a que esa tractomula desbocada de las Farc la aplastaran en cualquier momento. Un tercer sentido a la frase del Ministro Villegas podría ser que humanitario es ser caritativo, bonachón con personas adultas mayores y un poco extraviadas. De esas que uno se encuentra por ahí mirando desorientadas las direcciones de las  calles para saber en dónde es que están. ¿Otro mensaje cifrado? Claro que sí. Es posible que se estuviera refiriendo con toda delicadeza a su jefe al que algunas veces se le embolata la brújula del proceso y habla de defender hasta la muerte el proceso de paz, aunque sin aclarar a la muerte de quién. Finalmente cabría otra interpretación en esa comparación del gesto de ayuda humanitaria; el llamado del nuevo ministro a darle una manito a la señora canciller un poco perdida en su nuevo papel de negociadora de paz y muy enredada en otras tareas de la cancillería como defender los mares de Colombia. Aunque en verdad esta interpretación de la frase tiene problemas porque doña María Ángela todavía está muy joven como para que ayudarla sea considerado un gesto humanitario con la tercera edad y sobre todo porque más bien habría que darle clases de natación para atravesar ese mar de problemas que la rodea. Bueno, en general estas primeras declaraciones sobre “llamar las cosas por su nombre” no le salieron tan clara o precisas al reemplazo de Pinzón que solía ser más contundente: Burros y cínicos, decía y todo el mundo entendía a quienes se estaba refiriendo. Los adornos del lenguaje diplomático que aprendió muy bien el Ministro Villegas no le serán tan útiles frente a la milicia, así como las contundencias del lenguaje castrense pueden poner en aprietos al ex ministro Pinzón en Washington. Es que el lenguaje es lo primero que se tiene que cambiar cuando se intercambian corbata por camuflado, no vaya a ser que Luis Carlos Villegas entienda como acto humanitario los falsos positivos, esa manito que le dan los soldados a sus superiores para cruzar la calle y llegar de primeros a la repartija de premios y medallas. www.margaritalondono.com http://blogs.elespectador.com/sisifus