Por estos días es muy común escuchar que Bogotá se transformó en la capital mundial de la bici, compartiendo incluso este título con ciudades emblemáticas como Ámsterdam o Copenhague, quienes han ostentado este rótulo desde hace varias décadas. Hoy los biciusuarios se preguntan si realmente la ciudad ha hecho los méritos necesarios para llevarse esta distinción, pues a pesar de que la bicicleta se convirtió en un medio de transporte de uso masivo, con cerca de 800 mil viajes al día, aún las condiciones de infraestructura, los hurtos, la accidentalidad y la mortalidad distan mucho de la realidad en otras grandes ciudades del mundo.
Es así como, siendo un biciusuario frecuente, me resulta desolador ver que, a pesar de las acciones adelantadas por parte del distrito para concienciar a los actores viales sobre la sacralidad de la vida, este primer trimestre ha sido el menos favorable de los últimos 7 años en esta materia. En el 2012 se reportaron 10 biciusuarios fallecidos, mientras que, en lo corrido de este año, la cifra ascendió a 17 biciusuarios que han muerto en diversos siniestros viales (el año pasado para el mismo periodo se registraron 11 muertes).
De igual manera, tristemente debo señalar que las cifras anuales de biciusuarios fallecidos no dan tregua, pues los casos reportados desde 2012 hasta 2018 aumentaron un 90.9%, pasando de 33 casos a 63 respectivamente.
Otro de los factores que indiscutiblemente desincentiva el uso de la bici en Bogotá son las constantes denuncias por la seguridad personal de los ciclistas. Según el más reciente reporte de Bogotá Cómo Vamos, las bicicletas son uno de los 10 bienes que más roban en la ciudad y cada día son hurtadas en promedio 21 bicicletas, donde el 40% de los eventos se producen mediante atraco a mano armada.
Y es que, en este momento, el aumento de hurtos viene ligado estrechamente con los homicidios recientes de biciusuarios en las localidades de Suba y Engativá. Estos asesinatos merecen todo nuestro rechazo, y la administración distrital debe endurecer sus estrategias y el trabajo articulado entre la Policía Metropolitana, la Secretaría de Seguridad y la Fiscalía para lograr mayores resultados.
Sin embargo, es importante reconocer que se han adelantado esfuerzos para mitigar varias de las problemáticas señaladas. La Administración Distrital ha implementado proyectos como el aumento de la cantidad de cicloparqueaderos en las estaciones de transporte masivo (4.819 cupos en 21 estaciones), sumados a los 2.051 cupos en instituciones públicas y 10.500 cupos en entidades privadas por determinación de nuestro Acuerdo Distrital 668 de 2017 y la Ley ProBici. De igual forma, también se implementó el Sistema Único Distrital de Registro Voluntario de Control y Marcación de Bicicletas, que busca principalmente contribuir a la reducción de los hurtos y el comercio ilegal de partes y bicicletas; y, por último, desde la Secretaría de Movilidad se han ejecutado programas de cultura ciudadana como “Visión Cero” y “Todos somos peatones”.
Incluso la Alcaldía Mayor entregó el pasado mes de febrero 150 bicicletas a la Policía Metropolitana de Bogotá para que se sumaran a las 250 ya existentes en esta institución con el fin de fortalecer el patrullaje en los corredores urbanos frecuentados por biciusuarios. Adicionalmente, la Secretaría de Seguridad ha venido intensificando los controles y operativos en las diferentes localidades de la ciudad para rastrear la compra y venta de bicicletas robadas y desarticular las bandas dedicadas a este delito.
Otro punto que hay que señalar es el mal estado de algunas secciones de la red de ciclorrutas, donde se evidencian falencias en la señalización, iluminación, demarcación y fallas en la articulación de los tramos para garantizar un tránsito continuo, lo que conlleva, en gran medida, al aumento de la accidentalidad de biciusuarios, que pasó de 1.178 lesionados en 2015 a 2.099 en 2018.
Todo lo anteriormente expuesto es una clara visión que permite saber en qué puntos debemos redoblar esfuerzos para merecer mucho más el título de la Capital Mundial de la Bici. Pero no debemos olvidar que aún falta un mayor equilibrio entre las acciones las acciones del distrito y la corresponsabilidad de todos los biciusuarios, pues para nadie es un secreto que muchos de ellos desconocen aún los comportamientos enmarcados en el “Manual del buen ciclista”, y no hacen uso responsable de la infraestructura ni respetan plenamente las normas de tránsito. Es el momento de demostrar que somos capaces de reducir los accidentes viales con cultura ciudadana.
Por último, desde el Concejo de Bogotá redoblaré al máximo el trabajo necesario para seguir llevando como bandera el lema: La Vida Es Sagrada, y en este caso, la vida de los biciusuarios, que no puede seguir quedando en manos de los delincuentes ni de los actores viales que no comprendan la transformación urbana que trajeron consigo los ciudadanos que se montaron al caballito de acero.
¿Bogotá, Capital mundial de la Bici?
Jue, 28/03/2019 - 03:10
Por estos días es muy común escuchar que Bogotá se transformó en la capital mundial de la bici, compartiendo incluso este título con ciudades emblemáticas como Ámsterdam o Copenhague, quienes h