En momentos de turbulencia económica mundial, Colombia se destaca por ser el segundo país de Suramérica -después de Bolivia- con mejores proyecciones de crecimiento para este año, según el Fondo Monetario Internacional. Varios expertos coinciden que, a la hora de volcarse al mercado latinoamericano, los inversionistas extranjeros están fijando su mirada en Brasil y Colombia, siendo el sector del turismo una de las mayores apuestas. En nuestro país, este hecho queda confirmado con el más reciente estudio de Euromonitor, una empresa de análisis de mercado, el cual revela que en los últimos cincos años el turismo ha crecido un 50% y que moverá, a nivel nacional, cerca de 12.000 millones de dólares al terminar 2019.
No se ha equivocado el Gobierno al ver en el sector del turismo el “nuevo petróleo” y en concentrar esfuerzos en uno de los motores del crecimiento para la economía colombiana por todo su potencial en las regiones, fortalecimiento productivo y desarrollo sostenible. El Ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, calcula que al finalizar este año el turismo aportará $34,1 billones de ingresos al país y, a mediano plazo, espera mejorar la competitividad y posicionarnos como el destino líder en América Latina. De hecho, este ministerio viene trabajando de la mano con ProColombia para aumentar la llegada de turistas a todos los rincones de nuestro territorio, estrategia que va por buen camino.
El mismo Ministerio señala que, entre enero y julio, la llegada de visitantes no residentes aumentó un 3,4% frente al mismo periodo de 2018. Los extranjeros que más nos visitan provienen de Estados Unidos, Perú y Panamá, mientras que las ciudades que más les gusta conocer es Bogotá, Cartagena, Medellín y Cali, aunque se han fortalecido ciudades intermedias como Armenia por su interconexión con el Eje Cafetero. Corredores como Barranquilla, La Guajira, el Golfo de Morrosquillo, Bahía Solano, Santander, Casanare y Amazonas se han consolidado gracias al aumento de actividades ecológicas, deportivas y recreacionales, así como a la oferta hotelera y al mejoramiento en acceso e infraestructura.
Ahora bien, Colombia aún tiene mucho por mejorar y aprender frente al sector del turismo. El estudio de Euromonitor también revela las tareas pendientes como la baja capacitación del personal hotelero, la poca inclusión y apropiación de nuevas plataformas como Airbnb y el desinterés a la hora de expandir los negocios. Además, hace énfasis en que el futuro de este mercado depende, en gran medida, de la rapidez con que se adecúe la infraestructura aeroportuaria y hotelera, y de la facilidad para hacer reservaciones en línea. Aquí está el verdadero potencial del sector, ya que se estima que para 2023 habrá 603 millones de usuarios latinoamericanos en internet buscando destinos turísticos, entre los que sin duda estará nuestro país.
En materia de ecoturismo, agroturismo, parques temáticos y muelles náuticos, Colombia tiene todo por aprovechar. En la ley de financiamiento pasada y la misma que vamos a tramitar desde el Congreso en las próximas semanas impulsamos una tarifa preferencial de impuesto sobre la renta de 9% por 10 años para incentivar la creación de este tipo de proyectos. Igualmente, excluimos de IVA al turismo en municipios lejanos, pero ubicados en zonas estratégicas con el fin de llevar más progreso y desarrollo a los territorios apartados del país.
A nivel mundial ha tomado fuerza el turismo sostenible y ecológico. Cada vez son más los ciudadanos que buscan lugares que preserven el medio ambiente y al mismo tiempo les den la oportunidad de conectarse con la naturaleza a través del senderismo, la pesca, el buceo, entre otras actividades. En Colombia tenemos la manera de brindar esa experiencia que integre de la mejor manera ambos aspectos y en varias regiones ya se ofrecen planes turísticos que cumplen dichas características. No obstante, hay varias zonas del país que están rezagadas en cuanto a conectividad, infraestructura hotelera e innovación en la oferta encaminada a satisfacer los requerimientos de los nuevos turistas millennials y centennials de todo el mundo.
Un claro ejemplo de turismo ecológico es el que viene posicionándose en Bahía Solano, Chocó, con el avistamiento de ballenas. Un plan que además de deleitarnos con los más bellos paisajes nos permite compartir en familia una experiencia inolvidable. Otro destino que ha tomado fuerza es Montería, Córdoba, con su atractiva Ronda del Sinú, el parque lineal más grande de América, pero además en los municipios cercanos y la zona rural hay un gran potencial para crear parques agroindustriales y ganaderos. De igual forma, ciudades pequeñas como Barichara o San Gil en Santander han combinado lo mejor de la arquitectura colonial con la práctica de deportes extremos. Y, para terminar, tenemos a San Andrés, donde además de playa, mar y sol, también se ofrecen caminatas ecológicas en el Jardín Botánico o La Loma, el punto más alto de la isla.
El nuevo petróleo de nuestra economía va por buen camino y ha mostrado resultados en los últimos años. Para alcanzar la meta del Gobierno de posicionar a Colombia como destino líder para los extranjeros en Latinoamérica es necesario que tanto el sector público como privado converjan en una misma dirección, sigamos apostándole a la innovación, conectividad, nuevas plataformas y acentuemos el sello de un turismo sostenible y amigable con el medio ambiente. Para la Organización Mundial de Turismo este sector, a largo plazo, será el que cree más empleos por encima de los demás sectores de la economía. Si a esto le sumamos que nuestro país tiene la segunda mejor perspectiva de crecimiento en la región y que está siendo observado positivamente por inversionistas extranjeros, estamos ante la coyuntura perfecta para sacarle provecho a todo ese potencial biodiverso y multicultural que tenemos.
