Conocí hace muchos años a Pedro Medina cuando él creó su proyecto de “Yo Creo en Colombia”. Tuve gratos recuerdos cuando estuve almorzando en su casa un par de veces y tertuliábamos sobre la vida y el país. Pero recuerdo aún más cuando fui hace varios años por primera vez a La Minga, su finca y actual hogar, la cual traduce en quechua “trabajar juntos”.
Recuerdo a Pedro con una personalidad magnética, elocuente, con un buen uso de la palabra y siempre queriendo ser el centro de atención. Pero algo que no olvido de aquel paseo a “La Minga” con sus amistades, fue cuando propuso que fuéramos en boxers a bañarnos en la quebrada. Yo accedí porque no le vi ningún problema bañarse en un río con un amigo en quien uno confía y cree en sus intenciones.
El respeto y confianza fueron reemplazados por la duda y escepticismo hacia Pedro Medina, cuando hacía dos años en una cena que tuve con una gran amiga, a quien dejo en anonimato, relataba sobre historias de jóvenes entre 18 y 23 años, que fueron presuntamente fueron víctimas de cierto tipo de abusos mientras eran camuflados bajo el pretexto de ser el “mentor” de ellos, con el fin de apoyarlos en sus proyectos de vida.
La palabra mentor nace cuando Ulises deja a su hijo Telémaco con su sabio amigo Mentor, y cuando él regresara de su odisea, su hijo estuviera bien formado. Es lamentable que una historia como la de Pedro sigan sucediendo, porque no solo se abusa de la palabra y el significado de Mentor, sino que se decepcionan los sueños como la de estos de 20 jóvenes que creyeron y confiaron en el proceso de formación de Medina.
Un verdadero líder se lidera a sí mismo antes de liderar a los demás. Y las personas que somos imagen pública, líderes o autoridades frente a ciertos temas en el país, tenemos una gran responsabilidad en cada paso que damos. Porque uno nunca sabe quien sigue nuestras huellas. Claramente somos humanos, y somos seres imperfectos, pero eso no nos quita el deber, el compromiso y la misión de ser un ejemplo para nuestra sociedad.
Sería un atrevimiento usar un discurso de “Yo Creo en Colombia” cuando a puerta cerrada estaba la posible intención sexual de abusar la confianza de algunos jóvenes colombianos que lo buscaban por admiración, mientras él aparentemente los buscaba por excitación. No hay nada más deplorable de ciertos líderes que abusan de sueños de jóvenes a través de la oratoria, porque yo sí creo fervientemente que todavía hay varios líderes que tenemos como misión y por convicción, servirle a las personas a través de la palabra, más no usar la palabra para que las personas sirvan a una misión pervertida.
Por eso quiero hacer hincapié y aplaudir el coraje de estos jóvenes que decidieron romper el silencio de señalar públicamente los presuntos manoseos, conversaciones inapropiadas, polémicos juegos de roles, entre otras cosas del señor Pedro Medina.
Y si estas palabras las está leyendo señor Medina, tal como expresaron la acusación del estudiante Alejandro* en RCN Radio, si usted “puede lograr una erección sin tocarse con el poder de la mente”, espero que pueda aprender una lección sin burlarse más de los sueños de la gente, pero sobre todo de los jóvenes y servirle verdaderamente al país asumiendo sus errores.
“¿Creer en la Colombia de Pedro Medina?”
Sáb, 18/08/2018 - 03:00
Conocí hace muchos años a Pedro Medina cuando él creó su proyecto de “Yo Creo en Colombia”. Tuve gratos recuerdos cuando estuve almorzando en su casa un par de veces y tertuliábamos sobre la