De la quema de libros del Procurador en Bucaramanga y la celebración de María Fernanda Cabal por la muerte de Gabo a la judicialización de personas por leer a ciertos autores. Volvimos a los tiempos de la herejía. Cobra sentido la idea de que ahora no se busca acabar a las personas atentando físicamente contra su humanidad, violentamente si se quiere, sino golpeándolas moral y jurídicamente para sacarlas del camino por motivos políticos o ideológicos.
Al finalizar la semana pasada, los colombianos nos enteramos sobre las pruebas que la policía encontró al allanar la vivienda de Paola Salgado y su esposo, y que la Fiscalía compulsó para la investigación que adelanta en su contra. La abogada y defensora de derechos humanos hace parte del grupo de capturados por ser presuntamente los autores materiales de los atentados del pasado 2 de julio ocurridos frente a dos de las sedes de Porvenir en Bogota. ¿Qué encontraron en esa vivienda que pudiera implicar a Salgado en atentados terroristas?: libros, sí, LIBROS.
Foto por Luis Carlos Montenegro @LuigyCenteotl
Resulta contradictorio, incluso algo ridículo, que hoy en día sea prueba irrefutable de subversión o de relación con ésta, la posesión o lectura de libros. Y no de libros en general, no de libros sobre temas concernientes o relacionados con los grupos económicos o la clase política que históricamente han ostentado el poder, sino aquellos libros referentes a otras maneras de ver el mundo, el modelo económico o las teorías sociales. En estos tiempos, ni siquiera como ejercicio académico o pedagógico, o simple gusto, porque se le da la gana a uno, puede leer en este país algo que no comulgue con los preceptos e intereses del Establecimiento o corre el riego de ser considerado terrorista, guerrillero, comunista o mamerto. Llega a la memoria incluso aquel tuit de la representante del Centro Democrático María Fernanda Cabal donde mandaba al infierno a nuestro nobel Gabriel García Márquez y los innumerables mensajes de otros tantos afines a la congresista señalando de comunista al escritor y a sus lectores.
A la cesta de la basura todas las luchas y todas las conquistas de libertades con este mensaje enviado por las autoridades a través de Paola a todo aquel que se le ocurra si quiera indagar, investigar, conocer o simplemente pensar diferente.
Días posteriores a las capturas, la Fiscalía declara que se les investiga por otros hechos y no específicamente por el anunciado inicialmente, como quien dice, “los capturamos por sospecha, tenemos supuestas pruebas por otros hechos, pero vamos a ver si de pronto están implicados en lo que necesitamos que estén realmente implicados”. Todo indica que podríamos estar presenciado unos falsos positivos judiciales, teniendo en cuenta que luego del levantamiento del cese al fuego unilateral de las FARC y los consecuentes atentados -el derramamiento de crudo en Tumaco el más catastrófico y recordado perpetrado por el grupo guerrillero por esos días-; se necesitaba con urgencia blindar el proceso de paz adelantado en La Habana presentado ante la opinión publica lo antes posible a los responsables de lo sucedido en Bogotá.
Adicionalmente, y para ilustrar la situación, parece que la alarma que encendió la congresista Ángela María Robledo no está alejada de la realidad y que no aprendimos nada de los falsos positivos de la Seguridad Democrática, pues los incentivos a policías según el número de jóvenes delincuentes detenidos parecen replicar de alguna manera, ya no con cadáveres pero sí con judicializados, el nefasto modelo de lo que alguna vez el gobierno del expresidente Álvaro Uribe implementó, ejecuciones extrajudiciales que dejaron como resultado miles de vidas cegadas de jóvenes inocentes en diferentes regiones el país. Leer: “‘Falsos positivos’ aumentaron más del 150 % con Uribe”.
Foto por Paola Vargas @TheChineseroom
Finalmente y para concluir, es necesario que por un lado, no nos permitamos caer en el juego del miedo que fuerzas oscuras - las mismas que en el pasado han hecho autoatendados y montajes, las mismas que quieren tomarse a Bogotá en las próximas elecciones- buscan crear en época electoral y en un momento crucial para las negociaciones en La Habana, que rodeemos la mesa como nunca antes en estos cuatro meses en los que está en juego el cese al fuego bilateral y definitivo; y por el otro, que por ninguna circunstancia, permitamos la estigmatización, la censura o el señalamiento propio o de otros, que defendamos el conocimiento libre, las bibliotecas deben estar llenas de libros de todo tipo y temas, debemos defender también la pluralidad de enseñanza y pensamiento en los colegios, en las universidades y en los hogares porque cuando leer es delito nos encontramos ante un mundo en el que, en pleno siglo XXI, no puede existir ningún tipo de esperanza.
¿O es que acaso nos encontramos ante una dictadura de la información y el conocimiento que nos imponen qué pensar, qué leer o qué decir? ¿A caso quien tiene una Biblia resulta un peligro para la sociedad teniendo en cuenta que grandes guerras de la historia se han hecho por la religión? ¿O quien vea un documental de Hitler es un potencial nazi?
El llamado:
A las autoridades y a los medios de comunicación para que se respete el debido proceso, se investigue lo que se deba investigar y para ello se tengan en cuenta las pruebas serias y verídicas necesarias pero no que se prejuzgue, se estigmatice y se condene con una prueba tan absurda como una biblioteca. Que no se comentan nunca más injusticias como la de Alberto Jubiz Hazbum que siendo inocente pasó tres años de su vida en la cárcel acusado de haber asesinado a Luis Carlos Galán.
A la sociedad civil para que comprendamos que esto no se trata de izquierda o de derecha, sino de la defensa de las libertades. No nos permitamos justificar la censura bajo ninguna circunstancia.
@MafeCarrascal
Foto por Luis Carlos Montenegro @LuigyCenteotl
Resulta contradictorio, incluso algo ridículo, que hoy en día sea prueba irrefutable de subversión o de relación con ésta, la posesión o lectura de libros. Y no de libros en general, no de libros sobre temas concernientes o relacionados con los grupos económicos o la clase política que históricamente han ostentado el poder, sino aquellos libros referentes a otras maneras de ver el mundo, el modelo económico o las teorías sociales. En estos tiempos, ni siquiera como ejercicio académico o pedagógico, o simple gusto, porque se le da la gana a uno, puede leer en este país algo que no comulgue con los preceptos e intereses del Establecimiento o corre el riego de ser considerado terrorista, guerrillero, comunista o mamerto. Llega a la memoria incluso aquel tuit de la representante del Centro Democrático María Fernanda Cabal donde mandaba al infierno a nuestro nobel Gabriel García Márquez y los innumerables mensajes de otros tantos afines a la congresista señalando de comunista al escritor y a sus lectores.
A la cesta de la basura todas las luchas y todas las conquistas de libertades con este mensaje enviado por las autoridades a través de Paola a todo aquel que se le ocurra si quiera indagar, investigar, conocer o simplemente pensar diferente.
Días posteriores a las capturas, la Fiscalía declara que se les investiga por otros hechos y no específicamente por el anunciado inicialmente, como quien dice, “los capturamos por sospecha, tenemos supuestas pruebas por otros hechos, pero vamos a ver si de pronto están implicados en lo que necesitamos que estén realmente implicados”. Todo indica que podríamos estar presenciado unos falsos positivos judiciales, teniendo en cuenta que luego del levantamiento del cese al fuego unilateral de las FARC y los consecuentes atentados -el derramamiento de crudo en Tumaco el más catastrófico y recordado perpetrado por el grupo guerrillero por esos días-; se necesitaba con urgencia blindar el proceso de paz adelantado en La Habana presentado ante la opinión publica lo antes posible a los responsables de lo sucedido en Bogotá.
Adicionalmente, y para ilustrar la situación, parece que la alarma que encendió la congresista Ángela María Robledo no está alejada de la realidad y que no aprendimos nada de los falsos positivos de la Seguridad Democrática, pues los incentivos a policías según el número de jóvenes delincuentes detenidos parecen replicar de alguna manera, ya no con cadáveres pero sí con judicializados, el nefasto modelo de lo que alguna vez el gobierno del expresidente Álvaro Uribe implementó, ejecuciones extrajudiciales que dejaron como resultado miles de vidas cegadas de jóvenes inocentes en diferentes regiones el país. Leer: “‘Falsos positivos’ aumentaron más del 150 % con Uribe”.
Foto por Paola Vargas @TheChineseroom
Finalmente y para concluir, es necesario que por un lado, no nos permitamos caer en el juego del miedo que fuerzas oscuras - las mismas que en el pasado han hecho autoatendados y montajes, las mismas que quieren tomarse a Bogotá en las próximas elecciones- buscan crear en época electoral y en un momento crucial para las negociaciones en La Habana, que rodeemos la mesa como nunca antes en estos cuatro meses en los que está en juego el cese al fuego bilateral y definitivo; y por el otro, que por ninguna circunstancia, permitamos la estigmatización, la censura o el señalamiento propio o de otros, que defendamos el conocimiento libre, las bibliotecas deben estar llenas de libros de todo tipo y temas, debemos defender también la pluralidad de enseñanza y pensamiento en los colegios, en las universidades y en los hogares porque cuando leer es delito nos encontramos ante un mundo en el que, en pleno siglo XXI, no puede existir ningún tipo de esperanza.
¿O es que acaso nos encontramos ante una dictadura de la información y el conocimiento que nos imponen qué pensar, qué leer o qué decir? ¿A caso quien tiene una Biblia resulta un peligro para la sociedad teniendo en cuenta que grandes guerras de la historia se han hecho por la religión? ¿O quien vea un documental de Hitler es un potencial nazi?
El llamado:
A las autoridades y a los medios de comunicación para que se respete el debido proceso, se investigue lo que se deba investigar y para ello se tengan en cuenta las pruebas serias y verídicas necesarias pero no que se prejuzgue, se estigmatice y se condene con una prueba tan absurda como una biblioteca. Que no se comentan nunca más injusticias como la de Alberto Jubiz Hazbum que siendo inocente pasó tres años de su vida en la cárcel acusado de haber asesinado a Luis Carlos Galán.
A la sociedad civil para que comprendamos que esto no se trata de izquierda o de derecha, sino de la defensa de las libertades. No nos permitamos justificar la censura bajo ninguna circunstancia.
@MafeCarrascal
