Comienza aquí una serie de artículos para explorar el DOLOR, ese acompañante del ser humano, tan poderoso que doblega a los más fuertes y nos hace sumisos a todos y cada uno de nosotros.
Dolor definido por la ciencia médica como “Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con una lesión presente o potencial o descrita en términos de la misma”. Dolor que a pesar de dicha visión, estrecha a mi parecer, es objeto de estudio de antropólogos, filósofos, historiadores, artistas, médicos y por cada ser humano en su vivencia personal.
El dolor ha tomado magnitud sin precedentes en su estudio y tratamiento, paradójicamente con resultados exiguos tal como muestra la bibliografía científica mundial. La organización mundial de la salud nos revela que el dolor crónico afecta entre el 20% y el 50% de la población general, o sea 2 a 5 de cada 10 personas; el 71 al 83% de los ancianos sufre algún tipo de dolor diariamente; es el dolor la segunda causa de ausentismo laboral en el mundo occidental; 1 de cada 3 habitantes sufre alteraciones de sueño a causa del dolor. La reducción del dolor se logra en forma parcial en un 70% de los casos, quedando muchos sin mejoría significativa y un 30% sin ningún alivio.
El dolor se impregna en los principios que maneja la enfermedad en cada época de la humanidad. El dolor, por lo tanto, ha sido visto en la cultura occidental como originado por lo sobrenatural, las fuerzas de la naturaleza incomprendidas y por los dioses, en los albores de la humanidad. Más adelante, en Mesopotamia el concepto mágico-religioso fue predomínate. En la antigua Grecia comienzan a separarse el aspecto natural fisiológico corporal, de la divinidad. En la época de la cristiandad se refuerza el dolor como sacrificio por la humanidad y aunque sigue existiendo el castigo divino a través de él, toman fuerza las bases de la medicina científica. El renacimiento profundiza en los mecanismos neurales del dolor, en el cuerpo como máquina, la materialización de la medicina, separando cada vez más los aspectos espirituales y aun los mentales y emocionales de la enfermedad y por lo tanto, del dolor. La cultura moderna cientificista basa su concepción en dos dolores, el mental y el físico. Afortunadamente algunas personas ya dimensionan mas allá, ampliándolo al dolor social y otros.
Es, el dolor, un enigma de por si. El enigma, en mi opinión, no se revela cuando exploramos cada uno de sus aspectos por separado. O sea que los aportes físico, mental, emocional sin relacionarlos entre si, ni unirlos al medio ambiente o a la dimensión espiritual son insuficientes por ellos mismos. El significado, el sentido trascendente, surge con la integración de todos ellos, se devela el enigma y puede así aclararse la utilidad que tiene el dolor en la vida.
Todos, todos los seres humanos (excepto extraños casos de anestesia congénita), experimentamos esta sensación y vivimos sus consecuencias en muchas épocas de la vida. Es algo tan personal, que sólo en el momento de estar en su presencia, podemos conocer nuestras reacciones ante él. Cada nuevo dolor nos asombra en su potencial de transformarnos, de expresarnos, de actuar. Su valor a nivel personal es un enigma que cada cual puede resolver, dentro de la coherencia del vivir.
Como reflexión final en este escrito y como esbozo de la filosofía y el pensamiento de su autor: La vida es una espiral, no un círculo. En la espiral ascendemos o descendemos y siempre pasamos por un punto correspondiente a un aspecto dado, en un nivel diferente. No volvemos al mismo punto como sucede en el círculo. Considero que la época en la que vivimos nos conduce en su espiral a nuevamente unir la esencia, el alma, con lo material, el cuerpo. Ya no en la religiosidad culpable o punitiva, sino en la espiritualidad evolutiva y de crecimiento interior. El dolor y la enfermedad no se substraen de la evolución. El dolor ya no lo comprendemos como el castigo de los dioses o como el mero hecho fisiológico, sino como el motor para aprender nuevos rumbos y como la expresión del alma que llama nuestra atención a través de él para lograrlo.
Este y los siguientes artículos, como todos los de periodismo, pretende dar un punto de vista en que algunos lectores coincidirán, otros no. Incita a explorar el tema sin ser un tratado ni pretender abarcar todos los aspectos del tema en cuestión. Invito a darme su opinión sobre el dolor, será tenida en cuenta en los diversos escritos. Para tal fin dirigirse a www.medicointerior.com, o escribir a info@medicointerior.com. También agradeceré me sean sugeridos aspectos a tratar sobre el dolor o temas en el campo de la salud, medicina y la unidad Mente-Cuerpo.
Los siguientes artículos trataran de: Dolor, el paradigma médico actual. El dolor, amigo o enemigo. El dolor, encuentro en pareja. El dolor, como “bien” socio laboral. Dolor, transformador de la sociedad.
www.medicointerior.com
Dolor, un enigma
Vie, 21/01/2011 - 23:59
Comienza aquí una serie de artículos para explorar el DOLOR, ese acompañante del ser humano, tan poderoso que doblega a los más fuertes y nos hace sumisos a todos y cada uno de nosotros.
Dolor
Dolor