El Misántropo: el de Molière, el nuestro propio

Dom, 23/04/2017 - 04:33
[caption id="attachment_683082" align="alignnone" width="886"]
[caption id="attachment_683082" align="alignnone" width="886"]- Mise en scene :  avec :  - Scenographie :  - Costumes : - Lumieres : - Theatre  - 2014 - Mise en scene : avec : - Scenographie : - Costumes : - Lumieres : - Theatre - 2014[/caption] Un misántropo se define como alguien que tiene aversión al género humano y al trato con otras personas; un individuo afectado de esta dolencia se convierte en alguien retraído, asociable, introvertido, triste, melancólico, huraño, así nos lo describen los textos. En la pieza clásica de teatro El Misántropo, Molière, su autor, nos presenta un individuo en estas condiciones y lo desarrolla magistralmente a lo largo de 5 actos, en donde brillan la ironía y el humor exquisito acompañantes esenciales de una sutil trama. Una obra que es considerada como la más autobiográfica de su producción. Alceste es el personaje protagonista y poseedor de tal padecimiento misantrópico, no consigue soportar el mundo en el que vive y en particular a sus semejantes; todos aristócratas y cortesanos que pasan sus días a cortejar al rey y a participar de frívolas reuniones en donde el objetivo es la maledicencia y el chismorreo de mala fe de los demás. Una costumbre de la corte que conlleva a la intriga, a la deslealtad y por supuesto a la traición. Mientras por delante las palabras de elogio y alabanza brillan, por detrás el puñal asesino es ensartado para acabar con amistades, honra y renombre. Pasatiempos adulatorios para mejor perpetrar insidias soterradas. Alceste desesperado observa como la componenda y la hipocresía envilece en permanencia su medio social, y como Célimène, su prometida, flirtea con sus amigos a la vez que le promete amor. Errabundea Alceste por entre esta manada lisonjera y falsaria que no tiene ningún escrúpulo en actuar de tal manera y para quien por el contrario es su entorno normal y proceder natural. Por momentos cree uno ver en Alceste al desesperado Hamlet, así como a otros grandes personajes de la literatura universal, esos que se desesperan en un mundo que no entienden por no comprender que la normalidad es la traición, el fingimiento y la impostura. La versión de El Misántropo que próximamente presentará Cine Colombia en sus salas y en diversas ciudades del país nos viene de la Comédie-Française, esa misma de la cual Molière fue su fundador póstumo; la estrenó en 1666 en París. En efecto la Comédie-Française como tal fue creada en 1680 por decreto de Luis XIV, es decir siete años después de la muerte del gran dramaturgo. Una institución que ha trabajado ininterrumpidamente, salvo durante la revolución francesa cuando fue cerrada y sus actores encarcelados. Jean-Baptiste Poquelin, llamado Molière (París, 1622-1673) fue un dramaturgo, humorista y comediógrafo, que nos legó una numerosa cantidad de obras teatrales, 34 aproximadamente, entre las cuáles sobresalen: El Tartufo, El avaro, El burgués gentilhombre, El enfermo imaginario, El médico a palos, La escuela de las mujeres/maridos, Las mujeres sabias, Las preciosas ridículas, Los enredos de Scapin. Todas de excelente factura, humor delicado y no menos cáustico, que tres siglos y medio después siguen conquistando público y llenando teatros. Molière se entregó por completo a los escenarios, tanto que en plena representación de El enfermo imaginario, se sintió indispuesto y murió el mismo día pocas horas después. Su ironía la lleva más allá de la tumba y la inmortaliza en el epitafio que él mismo escribió: “Aquí yace Molière, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”. La Comédie-Française ha interpretado desde su creación 2303 representaciones de esta obra en su Teatro del Palais Royal, en la célebre sala Richelieu. En esta ocasión y bajo la dirección de Clément Hervieu Léger nos hace una bella reposición con escenografía y vestuario contemporáneos. Una obra escrita en verso con bellas rimas y acicalado léxico; su traducción al español –y es la única tacha de la presentación– es de disminuido nivel, de ninguna manera a la altura de Molière. Se ve que su único objetivo fue el de hacer entender la trama; pragmático ciertamente, pero con abandono del disfrute de la lengua, de sus sutiles gracejos, de sus refinados carices. “Traduttore traditore”. Por lo demás, que no es poca cosa, una escenografía impecable, sobria, versátil y una luminotecnia acompañantes claves y relevantes del desarrollo y el fraseo de la obra. Y por supuesto con actores de gran calibre, pertenecientes a esa estupenda academia escuela que es la Comédie-Française desde hace siglos. ¿Que se trata de costumbres palaciegas y propias del siglo XVII? Yerro, es la historia misma de la humanidad, que nos arrastra desde tiempos pretéritos hasta nuestros días y que seguramente rebasará al futuro. Molière lo ha puesto de manifiesto en su época y es de insufrible actualidad en nuestra contemporaneidad. Su pieza acusadora y sarcástica no ha envejecido ni un ápice, su vigencia y aplicación a nuestros tiempos es aterradora. Cuántas veces, si es que no es en permanencia, nos vemos retratados en el personaje de Alceste, en cuántas ocasiones abominamos a la sociedad que nos rodea, a las noticias de los humanos que vomitan los medios informativos y que nos parecen injustas, absurdas e incoherentes. Muchas, muchas veces. Somos estas mismas veces misántropos, reproducciones del personaje de Molière, lejos de cualquier ficción. Tantas veces y tan acallado llevamos nuestro propio misántropo, bien interiorizado, de manera oculta para garantizarnos sociabilidades, para mantener convivencias y economizar reyertas; estratagema útil en muchos casos, pero, oh cuán ficticia. Una lúgubre verdad con gran énfasis en este mundo actual convulsionado, cada más injusto, irreal, absurdo y repugnante, en donde el interés utilitarista marca las pautas de sobrevivencia. Tal vez somos muchos misántropos en las tinieblas de la civilidad, ocultos entre el palabrerío insincero, el relacionamiento aprendido y políticamente correcto. «No se ven los corazones» exclama el misántropo de Molière y siguen estos sin verse, y todos abusando de esa invisibilidad. Mi recomendación para asistir a esta maravillosa presentación, que infortunadamente tendrá sólo una fecha: el 14 de mayo 2017 en Cine Colombia. Bonne fonction!
Más KienyKe
El reconocido y popular comediante estará nuevamente en el programa de RCN tras ser el séptimo eliminado.
Lina Tejeiro respondió, contundente, contra un periodista que se pronunció a su supuesto amorío con el exesposo de Nataly Umaña.
El presidente se pronunció sobre el trámite de su iniciativa y reveló que hará una controvertida solicitud.
En medio del escándalo de corrupción que empaña al ejecutivo en España, el presidente colombiano se pronunció.