Por un breve período preelectoral Santos cambió, tomó las riendas del gobierno en sus manos, impartió órdenes claras, lideró su equipo y mostró talante como para obtener la presidencia por otros cuatro años. Es cierto que también le ayudó a triunfar el miedo a la extrema derecha representada por Uribe y a que Oscar Iván acabara de un tajo las negociaciones en La Habana, pero “Juanpa”, hay que reconocerlo, hizo lo propio en el período entre la primera y la segunda vuelta.
Dos meses después de reelegido, empieza a mostrar los mismos síntomas preocupantes que desgastaron su imagen en el primer período y nada augura que esta segunda presidencia sea mejor que la primera.
Las conversaciones en La Habana se prolongan indefinidamente sin hacerle caso a las promesas del presidente sobre que será cuestión de meses alcanzar la paz. Las obras públicas, aún con los regaños de Vargas Lleras avanzan al mismo ritmo que avanzan en Cuba, lento, lentísimo o se estancan como el túnel de la Línea y se devuelven como los túneles de la vía a Girardot.
Pero tal vez el síntoma más preocupante es el de un presidente que no lidera su equipo y deja que las peleas internas desgasten sus promesas electorales.
Las revelaciones sobre los viajes de Timochenko y Gabino a una cumbre guerrillera en Cuba son especialmente preocupantes pues la información la dió el ministro de Defensa como gran chiva y luego sale el propio Santos a reconocer que él mismo los había autorizado.
¡Plop! Caímos para atrás como condorito. ¿Cómo así que el presidente autorizó a los jefes guerrilleros a viajar a Cuba y no le contó a su ministro de defensa? ¿Será que no confía en él? o porque el presidente tampoco le contaron y para no quedar como un bobo salió a achacarse la responsabilidad?
Este impase dejó en evidencia una de las fracturas del gobierno: la del equipo negociador con el ministro Pinzoón, aunque no es la única. Otra, no menos importante, aunque sí menos publicitada es la del ministro del Trabajo, Lucho Garzón, al que nombraron en ese cargo y se olvidaron de su existencia.
El Presidente no parece estar interesado en lo que allí se hace y cuando intenta hacer algo, los demás lo callan como a un niño inoportuno. ¡Chito! ¡No moleste con eso de las horas extras, estamos ocupados en cosas más importantes!
Y así hay los líos entre Cárdenas y Vargas Lleras, o Nestor Humberto y Vargas Lleras o La Parody y Vargas Lleras, contradicciones que se multiplican, mientras “Juanpa” vuelve a gobernar como es su costumbre, avanzando y retrocediendo, un pasito pa´delante, un pasito pa´tras. Eso sí con estilo y con glamour, adobado de filtraciones y chuzadas y garroteras diarias de sus afiles con su mayor opositor Alvaro Uribe.
El caso de las licencias ambientales exprés es un caso más de tantas patraseadas. Afortunadamente se retractaron de la absurda propuesta de acelerar el trámite para que la locomotora minera pudiera acabar a su gusto con el medio ambiente, pero así es como acostumbran hacer las cosas: anuncio, retractación, nuevo anuncio. El gobierno se va en ruedas de prensa con mucho bombo y poca realización.
El experimento de crear un pomposo Ministerio de la Presidencia para que se haga cargo de las minucias que no le interesan al Presidente, no ha resultado bien. Néstor Humberto no ha podido imponerse frente a otros Ministros que tienen su propia agenda y mucho más peso político que Martinez. Es lo que pasa con Juan Fernando Cristo o con Mariangela Holguin o con Gina Parody.
Ninguno de ellos consulta sus temas con el Ministro de la Presidencia, mientras algunos si lo hacen, y demasiado, con el vicepresidente. Entonces ¿quién gobierna? ¿Quien autoriza las salidas de los guerrilleros? Nadie sabe. Como en el anterior período Juan Manuel está pareciéndose al dummy de Ricardo Palmera, lo paran ahí cuando hay una rueda de prensa pero los que resuelven son otros.
www.margaritalondono.com
http://blogs.elespectador.com/sisisfus
El que es caballero, ¡repite!
Lun, 13/10/2014 - 18:07
Por un breve período preelectoral Santos cambió, tomó las riendas del gobierno en sus manos, impartió órdenes claras, lideró su equipo y mostró talante como para obtener la presidencia por otro