El experimentado senador Carlos Enrique Soto cumple actualmente su segundo periodo como tal, siendo en otra ocasión elegido como representante a la Cámara, electo diputado a la Asamblea de Risaralda por tres periodos siendo en alguna ocasión su presidente, ha militado en el Partido Liberal y ahora en el de la U del cual ha sido presidente en el departamento de Risaralda.
En el congreso fue miembro de la comisión de vigilancia y control electoral, la cual presidió, participó activamente en la creación de la Agencia Central de Inteligencia, de sostenimiento de familias de secuestrados, la cadena perpetua para asesinos y violadores de menores y sanciones no privativas de libertad al porte de drogas, pero toda esta experiencia parece no haber sido suficiente para cuidar del cumplimiento de sus funciones parlamentarias y velar por el respeto del patrimonio de los(as) colombianos(as) cuando se trata de velar por el cumplimiento de los deberes por parte de su grupo de asesores del congreso denominada Unidad de Trabajo Legislativo –UTL-.
Dentro de los 50 salarios mínimos legales que parlamentario puede vincular asesores y asistentes y determinar la escala de remuneración de los mismos conforme a su formación académica y experiencia profesional, hubo dos de los cuales no habrían cumplido debidamente sus funciones a los cuales el senador les certificó el cumplimiento de sus servicios y la destinación o desempeño exclusivo en el apoyo a la gestión parlamentarios no habiendo sido así, como serían los casos de Juan David Giraldo Saldarriaga y Álvaro Moreno Bermúdez.
Juan David Giraldo, al parecer, habría cursado estudios de ingeniería civil en la universidad de Los Andes, exclusiva universidad privada diurna, donde se graduó a finales del año pasado, cuando al mismo tiempo se suponía que se hallaba al servicio del parlamentario, lo cual ha terminado en una velada beca de estudios, afectando la función parlamentaria, lo cual parecería tener explicación en el vínculo de cercanía del parlamentario con la progenitora del citado “funcionario”, y esto habría ocurrido por varios años.
Además, Giraldo, viajó en dos ocasiones a Panamá y Canadá, según fotos que aparecen en su Facebook, sin contar con permiso o licencia alguna y hallándose por fuera del periodo de vacaciones que se les otorga a los miembros del equipo del parlamentario. Aun así el senador le certificó su labor como si hubiera estado en Colombia y se le pagó por vacacionar.
Como si fuera poco otro de los asesores del senador Soto, Álvaro Moreno Bermúdez, según denuncias se ha venido desempeñando de tiempo completo como secretario del Partido de la U, en la ciudad de Risaralda, desde no solo la actual legislatura sino de la anterior, es decir se ha ocupado de labores proselitistas y partidarias distintas a la gestión parlamentaria como tal.
Estas razones de pulcritud ética y cuidado con el recurso público sustentan la solicitud de pérdida de investidura que nosotros desde la Red Veedurías junto con veedores y ciudadanos risaraldenses promoviéramos la acción de desinvestidura, o pérdida de investidura contra el citado senador Carlos Enrique Soto cuya suerte está en manos ahora del Consejo de Estado, que en el pasado sancionó con muerte política por hechos similares al entonces senador cafetero Luis Alfonso Hoyos, hoy en líos con la campaña presidencial y coprotagonista del mega escándalo del “hackeo” que igualmente denunciamos en su momento, y cuya bola de nieve rueda de manera voraz y pertinaz en medio del inmenso clamor de justicia por el que pasa la sociedad colombiana.
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El senador Carlos Enrique Soto y sus asesores desaforados
Dom, 25/01/2015 - 16:36
El experimentado senador Carlos Enrique Soto cumple actualmente su segundo periodo como tal, siendo en otra ocasión elegido como representante a la Cámara, electo diputado a la Asamblea de R