En Bogotá la alcaldía la ganó el cambio con el 73,6% de los votos

Enrique Peñalosa obtuvo el 33.1% de los votos bogotanos y quedó electo como Alcalde Mayor de la Capital de la República. Pero el deseo de cambio ciudadano, por 12 años de malos gobiernos distritales, fue el contundente ganador de esta jornada electoral que obtuvo el 73,6% del favor popular. Este triunfo beneficia al gobierno que lidera el alcalde electo, quien sin haberse posesionado aún, ya se encuentra trabajando arduamente para dar inicio a una Bogotá verdaderamente incluyente, moderna y competitiva. En el primer y segundo día después de su elección ya empezó a ocuparse con el Presidente y Vicepresidente de la República del tema metro, entre otros, y con el Comandante de la Policía Metropolitana de la seguridad ciudadana. Que notoria diferencia de estilo gerencial con los gobiernos de los exalcaldes Garzón y Moreno, y el todavía alcalde Petro. Es un hecho incontrovertible que los discursos y los planes de gobierno de los candidatos Peñalosa, Pardo y Santos, coincidían de manera importante en las soluciones a los temas de relevancia para Bogotá. Todos plantearon distancia de los tres gobiernos distritales anteriores. Tanto de la insulsa administración de Luis Eduardo Garzón, de la corrupta gestión de Samuel Moreno, como del déspota e inepto gobierno de Gustavo Petro. Los bogotanos se pronunciaron una vez más de forma contundente a favor del cambio, pero en esta oportunidad, en buena hora, las mayorías favorecieron a un candidato dentro de los tres con una similar línea de administración y gerencia, a diferencia de lo ocurrido en 2011, cuando resultara electo Gustavo Petro en contravía del 67,78% del favor popular que rechazaba los malos gobiernos de Garzón y Moreno. En ese entonces, el cambio representado por Enrique Peñalosa, Gina Parody, Carlos Fernando Galán, David Luna y Jaime Castro, entre otros, fueron derrotados y, junto con ellos, esa importante manifestación de bogotanos. Además del alcalde electo, los candidatos Rafael Pardo y Francisco Santos seguramente se sienten más que satisfechos de la jornada electoral y del mayúsculo apoyo de los bogotanos a sus nombres. Seguramente lo estarían aún más si hubieran logrado el favor popular suficiente para ser electos, pero sus propuestas con seguridad tendrán el eco suficiente en el gobierno de Enrique Peñalosa. Personalmente, creo que si uno de ellos hubiese sido el alcalde electo, Enrique Peñalosa se sentiría satisfecho y bien representado por cualquiera de ellos, porque lo vital acá es que Bogotá recupere la seriedad y el carácter verdaderamente democrático en quien dirija los destinos de la ciudad desde el Palacio Liévano. Tal y como los exalcaldes Jaime Castro y Antanas Mockus, lo han significado. En esta oportunidad las mayorías (73,65%) fueron favorecidas, pero en 2011 esas mayorías (67,78%) fueron absurdamente derrotadas, con los nefastos resultados de un gobierno sin respaldo ciudadano mayoritario como terminará el último día de 2015. En no pocos municipios se ha presentado un fenómeno similar. Por ello, es obligado pensar con seriedad en la necesidad de lograr una reforma constitucional que imponga la segunda vuelta para la elección de alcaldes. rfhc@icloud.com