Es inaceptable que la Corte Constitucional en su decisión de la semana pasada, permitiera que las violaciones a niñas y niños, lo mismo que otros delitos sexuales cometidos por los jefes de la guerrilla de las Farc o de cualquier otro grupo como paramilitares, militares o cualquier civil, sean castigados con penas alternativas pírricas.
Estos actos atroces cometidos contra la dignidad de los niños acabaron con su vida y las de sus familias y no pueden estar justificados en la lucha política o ideológica. Son delitos de lesa humanidad y punto. No son delitos de justificación política.
No es un valor superior para Colombia que estos jefes guerrilleros que violaron niñas, que posteriormente las obligaron a abortar y que también usaron las prácticas sistemáticas de reclutamiento forzado de menores de edad, sean hoy congresistas y muchos menos que hayan llegado a este honorable cargo, sin haber dicho la verdad, ni reparado a sus víctimas. Ahora con esta decisión de la Corte Constitucional se permitirá que la JEP imponga sanciones simbólicas; como estar en una finca, sembrando hortalizas después de haber violado y ultrajado a miles de niñas y niños.
Mientras el mundo entero clama penas severas para todos los autores de escándalos de pederastia de la iglesia, en Colombia se admite que la niñez no es objeto de especial protección. Es la misma Corte Constitucional la que está desconociendo que en la Constitución de 1991, se estableció en el artículo 44, que los derechos de los niños tienen prevalencia sobre los derechos de los demás. Con esta decisión se sienta un precedente nefasto, que básicamente privilegia a los violadores y victimarios sobre nuestros niños.
Como director del ICBF conocí miles de historias desgarradoras de cómo eran reclutados forzosamente los niños en Meta, Caquetá y Guaviare. Eran sometidos a todo tipo de vejámenes para deshumanizarlos y volverlos máquinas de guerra. Pero las más horrendas historias eran las de las niñas que fueron abusadas, violadas y obligadas por los comandantes a hacer todo tipo de favores sexuales.
Conocí una niña de 14 años, recién llegada a uno de los hogares de protección para niños desvinculados de la guerra; ella me contó cómo fue reclutada a los 11 años, violada a los 12 años por el comandante de su frente y luego obligada a abortar dos veces. ¿Cuál puede ser el futuro de una niña vulnerada de esta manera antes de los 14 años? Ahora la misma justicia la desconoce.
Como sociedad no podemos permitir que sigan las vulneraciones a los niños y que se esgriman todo tipo de justificaciones para soslayar la violación y abuso de estos. Colombia conoció el caso de Yuliana Samboni. Colombia reclamó las penas más severas para el perpetrador de este crimen, el señor Rafael Uribe que recibió 58 años de cárcel. Pero en cambio en aras de la paz y para permitir una reconciliación, a los violadores de las FARC, las penas serán simbólicas. ¿Será esto justo con toda una generación de niños y niñas que su dignidad y la de sus familias fueron ultrajadas y destrozadas? Será que realmente vamos a aceptar las violaciones de estos menores porque tenían una justificación por la lucha armada? Eso es una barbaridad y un precedente nefasto.
¿Quién habla por todos estos niños y niñas vulnerados? ¿Dónde están los medios de comunicación que promueven justicia y reconciliación? ¿Dónde están las organizaciones internacionales que promueven los derechos de los niños? Es urgente y fundamental si es necesario, movilizarnos ante la Corte Penal Internacional para evitar que estos crímenes de lesa humanidad queden en la impunidad y las penas que se otorguen no sean proporcionales a la magnitud del delito cometido.
Varias décadas le tomó a Colombia reconocer los derechos prevalente de los niños, varias décadas nos ha tomado avanzar en hacerlos realidad y han sido muy precarios los mismos avances, pero no podemos permitir que ahora se ignoren e invisibilicen los derechos de los niños y niñas de las áreas rurales colombianas que fueron ultrajados a nombre del conflicto armado.
https://www.youtube.com/watch?v=Fw-ZGqikX8c&feature=youtu.be
*Diego Molano
Concejal de Bogotá
