Inofensivo narcotráfico

Parece que no hay límite en las descabelladas propuestas y planteamientos del Gobierno Nacional en el proceso de paz. La nueva perla de convertir al narcotráfico en delito conexo al político, golpea nuevamente la credibilidad de las negociaciones de La Habana y deja en evidencia el desmedido afán del gobierno por lograr una firma de paz al costo que sea. La legislación colombiana reconoce los delitos de rebelión, sedición y asonada como políticos. Ahora el gobierno pretende ligar el tráfico de drogas como conexo con los delitos en mención con el  supuesto objetivo de facilitar la firma de La Paz. No tiene presentación que el gobierno siga cediendo terreno y otorgando gabelas a las FARC, mientras estas continúan dinamitando infraestructura petrolera, extorsionando, secuestrando y atacando a la población civil. Las gravísimas declaraciones del general Alzate y de los dos soldados liberados quienes denunciaron haber sido amarrados como animales a árboles, presenciar la ejecución con tiro de gracia de un soldado herido, amenazados con ser enviados a Venezuela y tener que cumplir un libreto para el show mediático de la liberación, parecen hechos sin ninguna gravedad para el gobierno quien contrario a hacer exigencias para reanudar la negociación, lo hizo sin condiciones; tremenda oportunidad perdida para corregir en algo el rumbo de una negociación llena de incertidumbre y yerros. Sin ser lo anterior suficientemente grave, ahora el presidente pide abrir la discusión sobre la conexidad del narcotráfico con el delito político. Está bien, abramos el debate, examinemos lo que significa lo propuesto por el presidente. Narcotráfico no es simplemente el ejercicio de traficar y vender drogas, no es una actividad inofensiva y noble que haya obligado a un grupo de ciudadanos a acudir a ella para financiar sus actividades políticas ¡No! Detrás de este delito hay grupos armados ilegales que nutren sus filas con menores reclutados, alimentan sus finanzas extorsionando, traficando armas, contrabandeando e  intimidando. Detrás de la actividad del narcotráfico hay miles de hectáreas de bosques destrozadas, especies de animales que han sido extinguidas, daños ambientales en la tierra y el agua, corrupción de autoridades locales y nacionales, etc. En resumen, el narcotráfico es un monstruo que se compone de los más diversos y peores delitos y comportamientos. Esto es lo que el Presidente de la República hoy pide que se convierta en delito conexo al político como si fuera un tema menor y justificable. Si es necesario lo repetiremos mil veces: la paz no se puede firmar a cualquier precio. La única manera de obtener una paz real y sostenible se logra a través de la justicia, la reparación real y el abandono de las armas. Quien haya cometido crímenes de lesa humanidad no puede tener perdón ni participar en política, quien haya estado inmerso en el narcotráfico debe pagar por ese delito. Frente a esto debe haber consenso nacional, no puede ser que lo que tanto ha combatido el país desde los 90 ahora vaya a a ser abandonado por el afán de firmar un acuerdo con la guerrilla. El gobierno debe concentrar su atención y esfuerzos en pedir la desmovilización y entrega efectiva de armas por parte de las FARC en lugar de seguir otorgando concesiones y secundando todas sus peticiones y exigencias. El rosario de perlas del gobierno no para, ahora amedrentan la fuerza pública diciendo que cualquier acto de deslealtad significará la expulsión. Pero esa será otra columna. @FedericoHoyos