El tema de la paz es como un matrimonio que se quiere unir. Tenemos que llevar los novios ante el sacerdote, o ante el ministro del culto respectivo, para que protocolice esa unión que no es otra cosa que un contrato de carácter civil.
Pero hoy tenemos un problema, me explica en términos muy pedagógicos el senador Jimmy Chamorro, quien encabezó las listas de la U al Congreso y se supone muy cercano al Presidente Santos. Chamorro lidera una iglesia cristiana y así como le habla a sus seguidores…aceptó que analicemos el proceso de paz.
La novia, digamos que es el gobierno, ya tiene una relación que lleva bastante, dos años o algo más. Ya es veterana en el tema, igual que el novio. Ella se quiere casar, bueno, ambos se quieren casar, pero no han cuadrado con precisión las fechas, los invitados, el lugar, en fin, todos los detalles.
Entonces el novio comienza a postergar la fecha y a exigir todo tipo de condiciones.
Es el típico caso donde ella está desesperada, mientras él pone algunos frenos. Ambos quieren casarse pero tienen tiempos diferentes.
El gobierno (la novia) acelera el tema para que las FARC (el novio) no crea que la tiene tan fácil.
La novia de vez en cuando tiene que dar cierto tipo de señales de dignidad ante el novio, y no regalársele fácilmente, pero en últimas lo que sabemos es que quien define es el novio. En últimas el que define si hay paz o no aquí en Colombia son las FARC y ellos lo saben muy bien.
El novio es escurridizo. Cree que vale más que la novia, él cree que la novia gana mucho más de lo que gana él, entonces la puede manejar a su antojo, y eso es lo que vemos en las FARC.
El novio está jugando a llegar al punto del desespero, a que ella se asuste y en el afán de casarse acepte todas las condiciones, que firme capitulaciones, que se haga como él quiera.
¿Le está faltando dignidad a la novia?
Claro que sí, pero no hay que olvidarse que el gobierno también tiene sus ataques de dignidad.
Es como cuando el novio -sin consideración alguna- la insulta, y sería lógico que ella le terminara, pero está tan necesitada que finalmente baja la guardia.
En el caso de la paz, después de los muertos del Cauca y el secuestro del General… la novia ha salido a buscar al novio, sin que medien perdones. Basta con una pequeña rosa. Eso es lo que está pasando en la mesa de negociación.
Lo que falta es franqueza, que nos sentemos en igualdad de condiciones, que la novia se muestre más digna.
Es claro que las cosas no marchan bien. Lo que no queremos de manera alguna es que los voceros del gobierno se conviertan en esclavos del proceso de paz, convirtiendo este en un escenario de concesiones para las FARC con tal de obtener la paz.
Las FARC juegan al desespero, ellos juegan con un reloj y con un tiempo muy distinto al que tenemos los colombianos y al que tienen todos.
Ellos van moviendo el acelerador un poco, luego quitan el pie del acelerador, y luego casi que ese pie lo ponen en el freno para tratar de crear una reacción por parte del gobierno.
Así las cosas, los invitados -que somos todos- pensamos con preocupación que ese matrimonio se puede frustrar. Pero peor sería que se cumpla, con la humillación pública de la novia. Y la mala vida que habrá de recibir en el futuro.
@artunduaga_
La novia necesitada y el novio escurridizo
Lun, 25/05/2015 - 14:02
El tema de la paz es como un matrimonio que se quiere unir. Tenemos que llevar los novios ante el sacerdote, o ante el ministro del culto respectivo, para que protocolice esa unión que no es otra cos