La tecnología info-com cambiará la medicina

La imagen del antiguo médico llegando a visitar al paciente en su casa, dotado de un pequeño maletín negro de cuero en el que guardaba con recelo sus instrumentos de trabajo (fonendoscopio, tensiómetro, baja-lenguas, termómetro y tal vez un otoscopio o un oftalmoscopio) es historia. La tecnología, particularmente la de información y comunicación, están transformando la práctica médica y las mismas bases de la medicina como trataré de relatarlo enseguida. A todas las profesiones y actividades humanas las está impactando la innovación tecnológica para mejorarlas y hacerlas más efectivas. Uno piensa que la incorporación de nuevos equipos, procedimientos, técnicas y dispositivos médicos ocurre solo en los grandes centros hospitalarios y eso no es cierto, los consultorios ambulatorios, el hogar y los individuos están incorporando una gran cantidad de tecnología médica antes no disponible. Los hospitales de alto nivel actualmente funcionan en un ambiente tecnológico muy avanzado, como en una especie de mundo futurista de extraterrestres que incluye robots quirúrgicos, Cyber-knife, electro-bisturí, monitores muy sensibles y precisos que registran las actividades cardiaca, cerebral, respiratoria, química y muchas otras de nuestro complejo organismo, rayos laser, tomografía axial computarizada –TAC-, tomografía por emisión de positrones, equipos PET-CT, mamógrafos digitales, ultrasonido, cardio-defibriladores, terapia de contrapulsación, bombas de infusión, mamografía digital, gama-cámaras, medicina nuclear y doopler, solo para mencionar algunas innovaciones. El médico, la enfermera y el equipo de salud en el consultorio también están rodeados y apoyados por toda clase de dispositivos y aparatos de diagnóstico, monitoreo y tratamiento que les permite hacer desde su lugar de trabajo, o desde la mitad de la selva, tareas que antes era imposible realizar. El punto de atención se ha convertido en un pequeño centro ambulatorio resolutivo gracias a que dispone de mejores artefactos para el diagnóstico, como estetoscopios electrónicos “bluetood” que envían remotamente sonidos y ruidos cardiacos y pulmonares, tensiómetros digitales, electrocardiógrafos simplificados, otoscopios y oftalmoscopios digitales con cámara fotográfica, visores de alta resolución para examen de boca y faringe y además, la posibilidad de tomar muestras de líquidos para obtener resultados de laboratorio clínico inmediatamente, lo que antes requeriría espera más de uno o varios días. Lo más sorprendente es que los nuevos instrumentos, dentro de los cuales el teléfono inteligente es muy importante, cuentan con sensores para observar y transmitir señales de ojos, oídos, piel, corazón, pulmones, las cuales pueden ser revisadas en el consultorio por el médico para ser enviadas a un centro de apoyo especializado, o inclusive a otro país (telemedicina), con el fin de obtener una segunda opinión, consejo o comentarios. Hoy se pueden enviar radiografías, o electrocardiogramas entre puntos de atención médica remotos, o simplemente registrarlas en la Historia Clínica Digital, que es de lejos el avance que más contribuye a la rapidez, precisión y efectividad de la medicina actual. Cuando el médico primario, o inclusive el especialista, tiene dudas sobre el diagnóstico puede acudir a los “sistemas expertos de diagnóstico” que manejan en fracción de segundos extensas bases de datos, publicaciones y árboles de decisión. En el momento de decidir sobre un posible tratamiento o la formulación de un medicamento, puede apoyarse en algún “Sistema de Administración Farmacológica” que le ayudará a formular lo más correcto o pertinente. Estos adelantos tecnológicos convierten al antiguo consultorio en un “punto de cuidado médico inteligente”. La revolución tecnológica en la salud no se detiene en los hospitales o en los médicos, llega al paciente, quien es considerado el factor más importante del cuidado de salud y hasta ahora ha sido ignorado, o desaprovechado. Actualmente, gracias a las redes sociales y a los aplicativos masivos como el recientemente lanzado por el Ministerio de Salud, llamado “Clicsalud”, al “Doctor Google” o a páginas de apoyo médico en Internet como MedLinePlus, AEMPS o CDC.Gov, las personas están mucho mejor informadas sobre su condición y sobre las conductas recomendables para su condición particular. En Estados Unidos más del 60 por ciento de las personas consultan estas páginas antes de visitar su médico, esto significa que tenemos un paciente empoderado que puede convertirse en mejor interlocutor con su médico tratante y mejor colaborador en las soluciones. En las últimas décadas se han conformado miles de clubes de pacientes, algo parecido a los que han sido los “alcohólicos anónimos” alrededor de patologías como la diabetes, el cáncer y muchas más; estas redes sociales han sido útiles en la conformación de grupos virtuales donde se intercambian experiencias y comentarios acerca de la enfermedad y sus soluciones. La nueva tecnología ayuda mucho a que el cuidado se realice desde el hogar o desde cualquier lugar donde se encuentren los enfermos. En el futuro los pacientes pueden informar al médico sobre su estado de salud desde el domicilio o desde el trabajo sin necesidad de tener a su lado una enfermera, ni siquiera un cuidador; ella o él mismo, algún familiar o acompañante, acceden a dispositivos y a aplicativos que le permiten reportar novedades, formular preguntas o simplemente hacer seguimiento a su condición, esto porque además se dispone de numerosos sensores, muchos incorporados al teléfono móvil, aunque también pueden ser implantados subcutáneamente o colocados en los vestidos del paciente. Estos avances son significativos pues darán impulso a un modelo de atención denominado “hospitalización domiciliaria” o atención en la casa, que es más cálido, efectivo y además evita gastos innecesarios al sistema. La comunicación remota paciente-médico puede hacerse por teléfono, vía celular inteligente, tablet o Internet, en tiempo real, es decir con inmediatez, sin importar la distancia o la hora, lo cual acelera las respuestas, ahorra tiempo a las partes y evita los inconvenientes de la movilización en medio del actual tráfico, al permitir el envío de datos, signos, sonidos, imágenes fijas o de video que suelen ser altamente precisas y además son registradas. Más de la tercera parte de las consultas en Kaiser-Permanente de California se hacen a distancia y la tendencia es al alza. Estos impresionantes adelantos han sido posibles gracias a la confluencia de una cantidad de innovaciones tecnológicas que involucran los avances médicos, la estandarización de procesos, desarrollos de “software” con miles de aplicativos (apss), sensores, etc. La comunicación juega un papel crítico porque permite conectividad bajo estándares de confidencialidad y privacidad y soporta intercambios entre muchos sistemas y actores mediante plataformas como “Effective Data Exchange”, intercambio de datos e información financiera y enormes repositorios de datos que hacen posible la “inteligencia de negocios”. Esta revolución informática y de comunicación debe ser acompañada de una transformación en la formación de los profesionales de la salud para asegurar la mejor atención a los usuarios y una mayor eficiencia del Sistema de Salud. En algunos de los adelantos mencionados antes estamos rezagados varios años a pesar de contar con todos los elementos requeridos, como por ejemplo, más de mil municipios conectados por banda ancha y un 65% de la población con teléfono celular inteligente, legislación y normas y equipos para transmisión. Si Colombia avanza en la adopción de la novedosa tecnología médica disponible y desarrolla alternativas de prestación de servicios como los enunciados, podríamos no solo mejorar la calidad y oportunidad de la atención médica sino lograr significativos ahorros a las finanzas del sistema de salud.