Por estos días se ha anunciado la existencia de un pacto entre un sector de iglesias, así llamadas cristianas, y el actual presidente del Congreso, el senador Roy Barreras. Hasta ahora el asunto ha sido tratado como un tema meramente político y en que el único responsable fuese el parlamentario. Ni lo uno ni lo otro: ni tales iglesias ni el parlamentario debieron suscribirlo, tal pacto es inmoral para ambas partes.
Iglesias: mi reino sí es de este mundo Poco a poco el estado colombiano se está formalmente tornándose en un estado laico y la separación entre la iglesia católica y el estado es más clara, lo cual es conveniente tanto para la política como para la sociedad. Sin embargo, curiosamente las iglesias cristianas han irrumpido cada vez con mayor fuerza con propuestas políticas surtidas, en algunos casos propias, veladas o prestadas como en el caso del pacto con el senador Barrera. De hecho, la libertad de cultos en algunos casos ha servido no solo para avivar una espiritualidad venida a menos por cuenta de la distancia entre la predica religiosa y el obligado compromiso de vida que debía ser su necesaria contrapartida. No pocas sectas o iglesias sirven de mampara para el lavado de activos, otras para el lavado de bolsillo de sus desesperanzados feligreses que vacían sus bolsillos en sus cultos dominicales, donde sus enriquecidos pastores sacan sus limosnas por costales en carros de seguridad, pues reciben más depósitos que los bancos. Sin embargo, y por fortuna de lo trascendente hay cultos cristianos cuya cuota de dignidad y austeridad da cuenta de valores trascendentes, pero a decir verdad no son muchos, y la mayoría de los dirigentes religiosos viven mejor que sus feligreses, y lejos de conocer la austeridad constituyen modelos de derroche, vanidad, y lujuria. Perdónalos porque sí saben lo que hacen Creo éticamente peor el rol de la iglesia vendiendo almas por votos y éstas a su vez en puestos en el Congreso de la República: pervierten la religión, y empeoran aun más la política. Sin duda resulta peor que una iglesia llamada a servir y no ser servida, jamás debió pactar con un político la compra de puestos del senado, ni la construcción o beneficio de su comunidad religiosa, con lo cual rompía la independencia del parlamentario. Mas allá del compromiso del voto igualitario, esta la indignidad de este acuerdo y lo impresentable a los ojos de la sociedad, pues tales pactos son propios de las peores y mas antiéticas prácticas políticas. La pregunta que surge es si tales iglesias deben seguir direccionando el voto de sus seguidores, o si por el contrario deben hacer de estos sujetos autónomos, con independencia plena para el ejercicio del voto libre. Conejo de Roy a las iglesias sin barreras Los acuerdos burocráticos y las ataduras forzadas de promesas de campaña en corporaciones públicas precisan ser cosas del pasado. Siendo parlamentario en ejercicio y no solo candidato, creemos la responsabilidad de Roy Barreras, debe ser objeto de más cuidadoso escrutinio por el aparato de justicia y la máquina de control disciplino criollo. Es importante definir para proscribir tales conductas, que por cierto no son nuevas ni exclusivas de Roy Barreras, por el contrario son la regla general oculta de la política en Locombia, y el as bajo la manga a cuya lisonja se doblegan lideres, empresarios, organizaciones sociales y por supuesto iglesias, pero a su vez con las que estas entre otras extorsionan a los políticos. No es solo el candidato el que corrompe al elector, es el elector quien al exigir dádivas y prebendas corrompe al candidato, cerrando en uno y otro caso los espacios a la política limpia, de ideas, de acciones, de experiencias de vida, transparente. Misceláneos: De Roy a la Haya: Haya o no Haya Resulta altamente sintomático en Colombia que se pretenda válidamente sancionar a Roy por lo del pacto burocrático con las iglesias, pero no se diga nada de estas, pero más aun que ni siquiera haya rodado una sola cabeza del gobierno nacional ni haya un solo responsable ni por la pérdida de más de 75.000 km2 por la debacle frente al nefasto fallo de la Haya, que incluso está dando pie para que se cuestionen todos nuestros límites marinos y territoriales. A encender la locomotora dormida del mar Colombia cuenta con 12 departamentos y más de 48 municipios costaneros, dos mares, no cuenta con un solo muelle pesquero, y de ser un país que exportaba pescado, paso a importar en el pasado año, por primera vez en la historia, 1.038 millones de dólares equivalentes a 378 mil toneladas, y de igual forma expertos calculan en otro tanto el monto ilegal importado. ¿Cuánto más habrá que esperar para el desarrollo de la vocación pesquera colombiana, cuya sostenibilidad supera con creces de la voraz explotación extractiva minera? @pablobustossancLas barreras éticas de Roy y sus iglesias
Lun, 15/04/2013 - 09:02
Por estos días se ha anunciado la existencia de un pacto entre un sector de iglesias, así llamadas cristianas, y el actual presidente del Congreso, el sen