En los salones del Capitolio Nacional se ha dicho de todo. Y no sólo se han lanzado afirmaciones del más grueso calibre, denuncias atroces y verdades dolorosas. Pero sólo una vez un senador, Jaime Dussán, del Polo, le gritó “hijo de p…” a un colega suyo, el conservador Carlos Holguin Sardi.
Se discutía sobre paz y el fracaso reciente del Caguán, en una sesión del senado que presidía Mario Uribe, primo del presidente Uribe, después encartado con el tema paramilitar.
Dussán sugirió que ante el momento del país, se nombrara una comisión que le pidiera al Presidente de la República un diálogo directo con los grupos armados. Y Holguin, presidente de los conservadores, planteó que fuera sólo Dussán, supuestamente amigo de la guerrilla y conocido de alias Tirofijo.
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Enfurecido, descompuesto, Dussán –antiguo presidente de los maestros- le reclamó a Holguin haberle puesto una lápida al cuello y le clavó el madrazo de que hablamos. (Con el tiempo y como sucede con los políticos, volvieron a ser amigos o por lo menos a hablarse en términos cordiales).
Hoy hemos vuelto a hablar de HPs en referencia a los Honorables Parlamentarios, aunque es fácil entender que por las palabras o el tonito que se utilicen se puede estar calificando con la manida palabreja, que sintetiza el más grande insulto.Es decir, que puede haber HPs (Honorables Parlamentaros) que son hps, hijos de una madre nada santa y muy muérgana o que por sus actuaciones merecen el calificativo. Pero no solo congresistas, sino periodistas, adversarios, enemigos, antiguos amigos, exsocios, exmaridos, exparejas. El debate reciente La discusión se armó a propósito del debate promovido por la senadora Vivian Morales sobre la adopción de menores. Los periodistas Daniel Samper Ospina y Claudia Morales utilizaron el HP para mencionar a congresistas que aplaudían la iniciativa y parece que no a los otros. Morales escribió: -Invocar la Biblia y no la Constitución. Así nos va, así es como retrocedimos al siglo XV de la mano de los HP elegidos por el pueblo. Daniel Samper Ospina tuiteó: -Silvio Carrasquilla -!liberal!- pide la palabra, dice que no quiere citar la constitución sino la biblia, y empieza: qué angustia de país. Intervino en la discusión –en redes- el exvicepresidente Francisco Santos para exigir respeto. Y su sobrino, hijo del presidente Santos, que no desaprovecha oportunidad para cascarle, le aclaró que el tal HP se refiere a los Honorables Parlamentarios, pero le puso además este veneno: “Estudien vagos”, en alusión a frase de Maria Fernanda Cabal, del uribismo. No hay que ser muy estudioso, ni perspicaz (analiza El Espectador) , para saber que hay dos letras a las que en Colombia se acude cada vez que en un pleito alguna de las partes quiere poner punto final a la discusión y a la vez pegarle una trompada verbal a su contendor. Son dos letricas que sintetizan una antiquísima grosería presente tanto en los clásicos de la literatura como en las peleas callejeras de cualquier ciudad latinoamericana del presente. La “H” y la “P”, separadas, podrían no decir muchas cosas, pero cuando se les junta en medio de una controversia pueden acabar amistades, deshacer sociedades, agudizar líos familiares y hasta socavar acuerdos de alta política. Mis HP He publicado dos libros, ambos titulados HP para referirme a los congresistas, sus perfiles. El primero fruto de entrevistas a cada uno de los casi 300 senadores y representantes. El segundo sobre los senadores elegidos en 2010, a quienes omnímodamente disecciono en cuerpo y alma. Algunos (muchos tal vez) no solamente son HP sino hps. https://twitter.com/PachoSantosC/status/862455001200947202 https://twitter.com/PachoSantosC/status/862455924870479872 https://twitter.com/MartinSantosR/status/862467578744250368