Los dulces sueños de la mermelada

Así como algunas empresas se apoderaron de baldíos de la nación mediante la figura de las SAS podríamos también imaginar que, en unos pocos años, la reforma a la salud termine propiciando que IPS o clínicas hoy en manos de las EPS, pasen a otras manos, o a las mismas, pero disfrazadas de nuevas formas jurídicas. Dice el ministro Gaviria, sin duda pensando que eso será muy importante para mejorar la prestación de los servicios, que se prohíbe la integración vertical en niveles de complejidad 3 y 4. Sólo se permitirá que una EPS sea propietaria de servicios ambulatorios o clínicas de primer y segundo nivel. Esto quiere decir que las EPS que sean propietarias de centros de atención y hospitalización de alta complejidad tendrán que salir a feriarlos. Habrá una desbandada de ventas de hospitales y clínicas construidas o compradas por las EPS gracias a las enormes ganancias acumuladas en estos años de vigencia de la Ley 100, que convirtió en un fabuloso negocio privado la prestación de la salud pública. Y esas ventas, para deshacer la integración como ordena la ley, llevarán a que personas o empresas que hoy están en las juntas directivas de las EPS, se conviertan en nuevos propietarios de los servicios de complejidad media y alta, cambiando simplemente de razón social. Ya veremos con el tiempo las maniobras que se inventarán para que estas nuevas prestadoras de servicios de salud tengan figuras jurídicas distintas a las que les dieron origen. Por eso se me vino a la cabeza aquello de las SAS, tan eficientes para esconder los nuevos propietarios de las viejas Unidades Básicas Familiares. Pero bueno, que se apoderen de lo que ya manejan, cambiando la figura de EPS por SAS, por ejemplo, es algo que puede infringir el propósito de la nueva y reluciente reforma, pero ¿en qué carajos va a beneficiar a la persona del común esa desintegración? ¿Será que la atención va a mejorar?, ¿será que los servicios van a ser más económicos o se va a invertir más en investigación? ¿Será que van a ofrecer mejores especialistas? No veo cómo. La sufrida, y muy retroalimentada con mermelada, reforma a la salud no parece dar respuesta a lo que verdaderamente preocupaba a las y los usuarios: atención oportuna, entrega de los medicamentos ordenados, sin tutelas, citas con especialistas, tratamientos complejos, calidad en la atención y sobre todo que no tengamos que meternos a una prepagada para obtener lo que nos debería ofrecer el POS. Nada de eso parece garantizar la cacareada reforma. Así como acabar el Seguro Social e inventarse un monstruo igual de ineficiente como Colpensiones no mejoró los procesos de jubilación en Colombia, tampoco creo que la reforma a la salud que creó el monstruo de MiSalud y desordenó a las EPS, obligándolas a utilizar la creatividad para seguir administrando los recursos que las hicieron poderosas, vaya a ofrecer mejores condiciones de atención a la población. Una de las tantas promesas incumplidas de este gobierno fue la de que las citas con especialistas serían concedidas en un plazo mínimo. Ya nadie se acuerda de esto, ni Santos, ni las EPS, ni el ministro, ni siquiera los usuarios que seguimos pacientemente esperando citas que no llegan y mejoras que no se dan. Pero eso sí, ya tenemos nuevas promesas… porque nada que nos guste más a los colombianos que una nueva promesa en cada período legislativo, así haya que conseguirla a punta de mermelada. www.margaritalondono.com http://blogs.elespectador.com/sisifus/