Para introducir una serie de ocurrencias –unas en serio y otras en broma— pertenecientes al fascinante mundillo periodístico, tomamos en préstamo el título del libro autobiográfico “Memorias de un desmemoriado”, del jurista Jorge Gartner de la Cuesta, el décimo segundo gobernador que tuvo el departamento de Caldas, entre el 1 de junio de 1931 y el 3 de septiembre de 1934.
*** El maestro Alberto Acosta se abstenía de salir a vacaciones con este argumento: “No soy tan pendejo. Si me voy por dos semanas, se darán cuenta de que no hago falta”. (“El Gago” se inventó para el periodismo criollo la famosa consigna de “los ojos abiertos y los oídos despiertos)”.
*** En los tiempos de Pepe Romero, a la agencia Colombia Press muchos la llamábamos, a sus espaldas, la “Oreja Press”, porque el 90% de sus noticias eran tomadas impunemente de los radio-noticieros nacionales.
*** Porque no simpatizaba con los “zoológicos periodísticos”, al asumir la presidencia, Carlos Lleras Restrepo acabó con “Los Gorilas”, nacidos como exitosa cuarteta reporteril por cuenta del hidalgo Guillermo León Valencia, su antecesor.
*** El director de El Colombiano, Juan Zuleta Ferrer, prohibía a sus redactores asistir a ruedas de prensa para no compartir temas con los demás medios.
*** Cuando le llegaba la incapacidad médica de uno de sus reporteros, el jefe de redacción del diario La Mañana, Hugo Jaramillo, “Harry”, decía: “los periodistas tenemos derecho a morirnos, pero no a enfermarnos”.
*** Aviso puesto por el chileno Jenaro Medina en la puerta de entrada de la sala de redacción de la revista “Vea”: “Si no trae chivas, mejor no entre”.
*** “El muro de la infamia”. Así ‘bautizó’ José Yepes Lema, “El Malevo”, el tablero que fijó don Gabriel Cano, en El Espectador, señalándoles los diarios errores a sus redactores.
*** Al ver cruzar por la Jiménez con Séptima a una mujer escultural, decía “el gorila” Iáder Giraldo: “Uy, qué muchacha más bien redactada”.
*** Concluída una de sus giras por la provincia, el caudillo Gilberto Alzate telefoneaba a la redacción de su Diario de Colombia, en Bogotá. para dictar la información política. Como la encabezaba con el consabido “Agencia Alfa”, si le preguntaban qué quería decir con ese crédito, respondía: “Alzate y familia”.
*** “No hay nadie más solo que un periodista sin empleo y sin fuentes de información”. (Verdad de a puño del finado Oscar Moreno Rojas).
*** Al concluir un aquelarre etílico, en la céntrica prendería bogotana de José Luis Monsalve, el famoso locutor Juan Harvey Caicedo se acercó a un “Kokorico” a comprar un pollo asado para llevarlo a su casa. Como el dependiente intentó venderle un ejemplar de una sola pata, Juan le dijo: “Un momento: no me vayas a decir que este pollo andaba en muletas, hombre”.Y se lo cambió por otro con los dos muslos reglamentarios.
*** Cabezazo salido del magín del publicista manizaleño Carlos Alberto Mejía Pineda para la Colombia polarizada: “Nace La Voz de la Conciencia: La emisora que casi nadie escucha”.
*** El periodista bogotano Eduardo Lozano tenía en los años 80 un pequeño automóvil más bien feíto, pues no se asemejaba a ninguno de los vehículos que circulaban por la gran metrópoli capitalina. No parecía salido de una ensambladora sino de un rústico taller de latonería. Sus compañeros de RCN lo llamábamos el “ORNI” (Objeto Rodante No Identificado).
*** Jairo Castro Eusse –periodista, abogado, cantante y trovador— se inventó este agradable giro: “la prensa de voz y tipo” para sustituir el tan socorrido apelativo de “la prensa hablada y escrita”.
La apostilla: Pongámosle a este recreo dominical un moñito con sabor farandulero: El irrepetible comediante mejicano Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, decía en uno de sus deliciosos entremeses que el papá de “Quico” (Carlos Villagrán), marinero de profesión, al morir en un naufragio, en el Pacífico, no descansó en paz sino en PEZ, porque se lo engulló un enorme tiburón blanco.
Memorias de un desmemoriado
Sáb, 29/07/2017 - 08:51
Para introducir una serie de ocurrencias –unas en serio y otras en broma— pertenecientes al fascinante mundillo periodístico, tomamos en préstamo el título del libro autobiográfico “Memorias