El domingo 21 de abril, de este 2019, El Tiempo publicó una entrevista que se titulaba así: “Monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali, da sus impresiones sobre el gobierno Duque”. Yo, pecador, me confieso y reconozco que la leí en virtud de dos motivos: uno, por ser con el titular de la arquidiócesis de la capital azucarera de Colombia, y, otro, por el titular que el periodista Mateo García le puso a su trabajo.
No conozco al prelado antioqueño surto en Cali, pero sí algunas de sus apariciones y declaraciones en los medios, con frecuencia dedicadas a temas polémicos y políticos. Un ejemplo de estos, a manera de punta del iceberg, fue la frase con la que el diario caleño El País destacó la entrevista que Olga Lucía Criollo le hizo el 15 de agosto de 2016: “Todo ciudadano honesto dará su voto por el Sí”. Monseñor se refería a la respuesta (la mía fue No) que los honestos debían dar al plebiscito que el presidente Santos convocó sobre sus acuerdos con alias Timochenko. Por supuesto que el arzobispo armó el avispero con tan provocadora afirmación, y no escapó a la tremenda reacción que desencadenó en su contra entre los colombianos “no-honestos” a lo largo y ancho de las redes sociales, usualmente antisociales.
La aparición del prelado en la mencionada entrevista del domingo 21 no era alrededor del plebiscito que sorprendió al gobierno Santos y a quienes votaron Sí, sino alrededor del gobierno de Iván, de Iván Duque, cuyo triunfo en las elecciones de 2018 de alguna forma se relacionaba con los resultados del plebiscito. ¿Cómo no leer lo que un inquieto jerarca del catolicismo colombiano tiene y sostiene respecto de la presente administración de nuestro país? Un hecho –las declaraciones políticas desde la óptica eclesial– que en el pasado remoto fue frecuente entre nosotros, y que, por fortuna, ha venido a menos por distintos motivos.
Pues bien, ante las preguntas de carácter político formuladas por el periodista, el entrevistado habló en su carácter de arzobispo de Cali o, al menos, de jerarca religioso. Y habló más de Iván que de Jesús. Dijo que, debido a “la polarización que vive Colombia, […] cada uno absolutiza lo suyo, […] absolutiza su anhelo de poder y sus objetivos, y no entendemos que es necesario abrir espacios de interacción y de diálogo”. Pero, ¡por los clavos de Cristo! (decía mi mamá), monseñor: ¿se imagina lo polarizado que usted estaba en agosto de 2016, cuando dijo lo de los votantes del Sí y graduó de deshonestos a quienes íbamos a votar No? ¿Cree posible “abrir espacios de interacción y de diálogo”?
No puedo reproducir todas las reflexiones políticas en la entrevista, pero sí dejar constancia de que el prelado también dijo que la presidencia de Iván Duque “todavía no toma identidad, […] no tiene rostro propio” (que es lo que dice la oposición). Y que “a veces los talleres Construyendo País se vuelven un comité de aplausos o de elogios” (que es lo que dice la oposición). Y que “Colombia necesita mirar hacia adentro, más que hacia afuera” (que es lo que dice la oposición). Y que “hay un conflicto armado peligrosísimo con el Eln y con otras organizaciones” (al contrario, monseñor, el conflicto no es “con”, sino “de” ellos con la sociedad). Y que “la injerencia que están teniendo en estos temas [las objeciones presidenciales a la JEP] gobiernos como el de Estados Unidos me parece que es indebido y repudiable” (que es lo que dice la oposición). Y que “no caigamos en la provocación, porque hay una actitud de provocar, provocar y provocar” (que es lo que dice la oposición). Y que “todo el mundo está en campaña, comenzando por el mismo Gobierno” (que es lo que dice la oposición). Y que “el país tiene mucho riesgo de caer en el abismo de una guerra civil y una nueva violencia” (que es lo que dice la oposición). Cosas que afirma la oposición porque sus miembros están convencidos de que hay que darle palo a Iván para poder tumbarlo. Y se me ocurre creer (es un asunto de fe) que monseñor también está convencido de que hay que azotarlo, aunque no sé para qué.
Lo curioso fue que, durante la entrevista, el arzobispo habló mucho del gobierno de Iván Duque y solo una vez de Jesús el Mesías (si bien hay quienes creen, con “fe”, que el mesías es Petro). Quizás por todo ello, o por parte, se me vino a la cabeza la entrevista que la inolvidable actriz Sofía Loren concediera a la revista Buen Hogar en marzo de 1974, en la cual decía de sí misma: “La gente me ha puesto en un pedestal y espera que me comporte de cierta manera”. Me da el pálpito, no el púlpito, de que esa reflexión encierra una lección para más de un mitrado.
INFLEXIÓN. El entrevistador de El Tiempo dijo que a monseñor Monsalve “no le pica la lengua para hablar de política”. Ha habido clérigos de distinto signo que han cambiado la teología por la política, y se han dedicado a conseguir votos con sus devotos y a armar un nuevo pedestal.
Monseñor habla más de Iván que de Jesús
Sáb, 27/04/2019 - 01:53
El domingo 21 de abril, de este 2019, El Tiempo publicó una entrevista que se titulaba así: “Monseñor Darío de Jesús Monsa