Zygmunt Bauman, uno de los más importantes pensadores de finales del siglo XX y principios del XXI, acuñó y definió el término “modernidad líquida”.
Para Bauman, este concepto es lo que caracteriza los tiempos actuales, que él define como “tiempos líquidos” y que tienen en su núcleo central la sensación de incertidumbre.
Este estado general de incertidumbre equivaldría, para Bauman, al miedo, considerando a esta emoción como causante de grandes cambios sociales, no siempre positivos.
Bauman identifica diferentes aspectos que, en su opinión, han materializado el diseño de esta nueva realidad social.
De entre estos aspectos, y teniendo en cuenta que Bauman realiza un análisis global, creo que tres de ellos cobran un especial sentido y es preciso entenderlos para afrontar los desafíos de Colombia.
En primer lugar, señala las acciones humanas han perdido la referencia de los esquemas sociales predominantes debido a que éstos últimos cambian a una velocidad mayor de la que el cuerpo social necesita para asimilarlas.
Además, señala Bauman que se ha generado una separación entre poder y política, debido a que los centros de poder real son cada vez más globales, y por lo tanto su identificación requiere de una mayor sofisticación, mientras que la política sigue operando de un modo fundamentalmente local.
En tercer lugar, el pensador polaco apunta a un colapso del pensamiento de largo plazo y de la planificación.
Siguiendo a Bauman, podríamos decir que la falta de referencias y modelos sociales a los que atenerse, la pérdida de poder de decisión desde la política y la falta de pensamiento estratégico (que podríamos entender como visión de estado) son hoy, en nuestro país, aspectos que contribuyen a dibujar los contornos de la incertidumbre que nuestros ciudadanos dejan patente en las encuestas de opinión.
Se trata, por lo tanto, de que todos debemos aprender a nadar en tiempos líquidos, pero sólo porque asimilar el medio en el que operamos es una condición previa para transformarlo.
Es evidente que la acción política sólo puede ser fiable si responde a análisis, a criterios y a visión de largo plazo. Y, del mismo modo, es preciso que sepamos realizar un diagnóstico que permita actuar con la mayor precisión.
El cambio social no puede llevarnos a perder las referencias. Y si las hemos perdido, la primera tarea es recuperarlas. Los ciudadanos tienen derecho a contar con algunas certezas, porque de lo contrario entraremos en un bloqueo para el logro de los objetivos nacionales.
Poco, o nada, puede hacer la política sin el respaldo y el concurso ciudadano. Sólo una sociedad en la que gobiernos, ciudadanos e instituciones estén alineados en los objetivos básicos de un país puede progresar sobre bases firmes.
Por eso es preciso también recuperar la política para la gente, para que sepan que cada decisión emana de su voluntad democrática y no de intereses corporativos o electorales.
Y por eso es imprescindible que construyamos, en los próximos años, un nuevo cuerpo político más preparado, más sensible y más consciente de su papel en la historia nacional.
En definitiva, Colombia necesita un nuevo cuerpo político que sepa nadar en tiempos líquidos.
Nuevos políticos para nadar en tiempos líquidos
Mié, 23/10/2013 - 05:31
Zygmunt Bauman, uno de los más importantes pensadores de finales del siglo XX y principios del XXI, acuñó y definió el término “modernidad líquida”.
Para Bauman, este concepto es lo que
Para Bauman, este concepto es lo que