¡Pido ser chuzado!

Una periodista muy reconocida de El Espectador discutía –sorprendida- que no la hubieran incluido en la lista de los periodistas y personajes “chuzados” en el gobierno de Uribe. Esgrimía ella que había una equivocación, seguramente porque ostentaba méritos para ser víctima. Yo también solicito que me incluyan, sin mérito alguno en las chuzadas de hoy. Somos muchos quienes nos declaramos “discriminados”. Es evidente que aparecer en la nómina de los interceptados otorga cierto nivel, una escala superior, de la cual han salido Julio Sánchez Cristo, Néstor Morales y Yolanda Ruiz.  No es posible que ese “privilegio”, que además garantiza estar en todos los periódicos del mundo, sea exclusivo de Vicky Dávila, por más periodista-periodista que sea, incluyendo a su antigua compañera de mesa Natalia Springer. Claudia Morales, de La Luciérnaga, reclama que también está en la lista, sin haber sido elevada a la categoría de mártir en que anda Vicky.  Y Gustavo Alvarez Gardeazábal (chuzado doblemente, como Felipe Zuleta Lleras) no duda en señalar al presidente Santos y “la mesa de Juan”, que no es otro que Juan Mesa, ex secretario de Palacio en tiempos de Samper y de Santos también. Hay quienes atribuían al gobierno Uribe la exclusividad de las interceptaciones (está en la cárcel María del Pilar Hurtado, la exdirectora del DAS) y se preguntan el porqué también ahora. Algún chistoso sugiere recordar los nombres de los ministros de defensa de Uribe, especialmente uno que empieza con “s”. No soy nadie (la antítesis de usted no sabe quién soy yo) para ahondar en asuntos técnicos y eventuales responsables, pero le creo al periodista Daniel Coronel – el más chuzado de todos y por todos - quien ha desnudado al General Palomino, responsable o víctima de todo este amancebamiento. Ramiro Bejarano, experto en estos temas, aunque fue director del DAS en los tiempos en que no chuzaban (lo hacían los generales de la Brigada XX) opina que al general Palomino hay que sacarlo rápido porque ya no inspira ni respeto ni confianza. Yo, que le tengo mucha consideración a Palomino, al margen de sus gustos personales, pido clemencia por él, en cuanto hace referencia a los primeros cargos, porque en este país no hay limitaciones para la escogencia de anillos. Sin embargo, creo que el peso de la ley tendrá que aplastarlo si es que ha chuzado a alguien contra su voluntad, con sus propios instrumentos o los de la policía que dirige. Cuando se tiene poder, nadie puede declararse impotente. Todos, cada cual en su estilo e inclinaciones, han rascado, arañado, investigado o hurgado a sus prójimos, especialmente a sus críticos y enemigos. También –con mejores intenciones- a amigos y amigas. @artunduaga_