Preguntas para el alcalde Petro

No quisiera aguarle la celebración al alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro, mucho menos ahora que quedó de plácemes con el presidente Santos, luego de la inoportuna intervención de la Consejera Presidencial Gina Parody ante los medios de comunicación en días anteriores, donde demostró que difícilmente podrá llevar a cabo tareas de facilitación si continua con su actitud de oposición radical, pero opino que ahora que el tiempo de acomodamiento y adiestramiento del burgomaestre en la ciudad se empieza a agotar, es el momento oportuno para comenzar a hacerle corte de cuentas. Antes que todo, dejo en claro que estas líneas las escribo  sin el ánimo de caer en el antipetrismo en el que están muchos y muchas, y comenzaré diciendo que la chequera que el alcalde Petro usó durante el 2012, a través de la cual le echaba la culpa de todo lo malo que ocurre en Bogotá a la administración anterior, ya se le acabó, y en estos momentos ya le corresponde dar cuenta de las soluciones que durante todo este tiempo ha aplicado a los males heredados de manos de Samuel Moreno, las que, a juzgar por lo que ven mis ojos, podría calificar como inconclusas. Desafortunadamente el burgomaestre no ha logrado entender que una cosa es gobernar y otra hacer parte de la oposición en el Congreso de la República, y por momentos habla como si aún estuviese ejerciendo como senador, haciendo denuncias sin ninguna fundamento, basándose en opiniones personales. Para colmo de males, deja la impresión de que durante su periodo como Alcalde Mayor de Bogotá está más interesado en implantar un modelo de ciudad al mejor estilo de Hugo Chávez en Venezuela, declarándole la guerra a la empresa privada, retornándole manejos a la cosa pública, como en el caso de las basuras, olvidando que si este tema logró los indicadores en gestión de calidad que se requerían en manejo ambiental de desechos, es porque el servicio fue arrebatado de las manos de la politiquería en que cayó este asunto en los años 80 cuando era manejado por la EDIS. Ahora, que si la cosa es por las ganancias que le dejan a quienes operan este servicio, y la manera como se adjudican estos contratos, lo ideal es preguntarle a los órganos de control en Bogotá por las razones que tuvieron para no actuar como era debido. Como dije en un comienzo, no haré de aguafiestas, y más bien me limitaré a preguntar las razones por las cuales la obra de la calle 26 no se ha terminado, como era lo más lógico, y hoy día vemos inconclusas las construcciones de la parte que corresponde a la intersección de la Avenida Caracas con calle 26 que conectará las rutas de Transmilenio al  norte y el sur de Bogotá con el occidente de la ciudad,  lo mismo que la intersección de la Avenida de las Américas con Calle 26 a la altura del Concejo Distrital. Es aquí donde vale la pena preguntarse, ¿Qué pasa con la eficiencia de los funcionarios de la alcaldía Mayor de Bogotá que trabajan en el IDU bajo la dirección de María Fernanda Rojas? ¿Por qué hasta el día de hoy nadie ha dado respuesta de cuándo serán finalizadas estas construcciones viales? ¿Por cuánto tiempo más de ineficacia estaremos sometidos los bogotanos por cuenta de la ineptitud y la falta de agilidad de unos cuantos personas que prestan sus servicios en el Distrito? Para colmo de males se dio autorización para que buses del Sistema de Integrado de Transporte Público (SITP), comenzaran a rodar, sin que previamente se haya sacado de circulación a las rutas del sistema tradicional. ¿Será esto una prueba más de la falta de planeación e improvisación en la que parece haber caído la administración distrital? Tampoco ha quedado claro ¿Cuál es el sistema de transporte que ha de rodar sobre la carrera séptima? ¿Si metro ligero o pesado?, y lo que es peor, parece no entenderse que entre más se dilate la decisión, quien pagará los platos rotos serán los buses articulados que circulan sobre la avenida Caracas, expuestos al sobrecupo de todos los días, sin que la solución que solo le podría brindar la carrera séptima llegue pronto. De verás que yo siento ser aguafiestas, pero vuelvo y digo, al alcalde Petro le llegó el momento de mostrar resultados, sin excusa alguna, y poner la cara, no por los problemas que se heredaron de la administración anterior, sino por las soluciones que se comenzaron a aplicar sobre estos a partir del 1 de enero de 2012, y que hasta el momento no se han visto. @sevillanojarami