De lo que está pasando en Venezuela sabemos poco. Aunque intentemos estar al día en cuanto a los acontecimientos que ocurren en la nación vecina, manteniendo contacto por las redes con grupos de venezolanos que informan y escriben sobre múltiples aspectos, quienes ya sea desde la misma Venezuela o desde el exilio están atentos a todo lo que les llega para mantenerse informados y poder divulgar lo verdaderamente relevante como una acción de activismo político del que se espera algún efecto positivo que lleva a la caída de la dictadura, terminamos comprendiendo que somos apenas unos espectadores pasivos y poco informados.
La permanencia en el poder de Maduro es una burla al mundo entero. Qué la superpotencia y todos los países democráticos lo consideren un gobierno ilegitimo le importa poco al régimen dictatorial y genocida, o eso es lo que alcanzamos a percibir cuando pasan los días y las semanas sin caerse y sin siquiera dar muestras de resquebrajadura alguna. Mientras que nos reímos del ingles del genocida, de sus salidas en falso, de su pantagruélica figura, de su circense sequito, etc., lo que realmente le debe importar muy poco, quien se burla del mundo entero es el dictador al mantenerse en el poder luego de las acciones diplomáticas y las fuertes sanciones económicas.
¿Si desde 1948 la dinastía Kim mantiene una dictadura en un país como Corea del Norte por qué el chavismo, que ya ha demostrado su capacidad de permanencia desde 1998, no puede eternizarse también? ¿Qué tiene Kim Jong-un que no tenga un Maduro o un Diosdado Cabello para sostenerse oprimiendo a su pueblo a pesar de las presiones lideradas por USA? Se me ocurre estas terribles preguntas que no pueden ser descartada.
El régimen dictatorial de Corea del Norte, durante las tres generaciones de la familia Kim que ya cumple setenta años en el poder, ha hecho lo que le ha venido en gana. Con la amenaza de desarrollar y utilizar su armamento nuclear ha obtenido inmensos beneficios de cada uno de los presidentes que han pasado por la Casa Blanca. Si alguna vez se pensó en la caída de esa dictadura que ha oprimido a su pueblo y mantenido en la miseria tal y como ocurre hoy en Venezuela, ya nadie se acuerda de ello. Algo similar puede pasar con el chavismo si no se actúa a tiempo. Por prevenir un mal menor, el de una intervención militar u otra acción contundente, se puede estar propiciando un mal mayor.
Ante la situación del país hermano, aplaudo los esfuerzos diplomáticos del presidente Duque y su valiente actitud, asumiendo todo el riesgo que eso significa. Su visita al presidente Trump no podría ser más exitosa. Pero no es suficiente, se requieren acciones contundentes sin que necesariamente lleven a la guerra. Por ejemplo, una lucha decidida contra el narcotráfico resquebrajaría los cimientos del régimen chavista. Las condiciones están dadas y no da espera. En Colombia la fumigación de los cultivos, las acciones militares, la extradición y la extinción de dominio son armas fundamentales para llevar al régimen chavista a su fin. Con esas acciones inmediatas no solo se afectarían las finanzas que sostienen la precaria economia con la que se mantiene en el poder Maduro sino que su estructura armada desde las de sus propias y leales Fuerzas Armadas dominadas por el Cartel de los soles, las FARC, el ELN, Hezbolá y las bandas criminales que operan activamente en la mayoría del territorio venezolano, se verían arrinconadas y con ello el régimen perdería su brazo armado.
Las condiciones están dadas y un esfuerzo de esta magnitud contaría, sin duda. con la aprobación y el apoyo de la comunidad internacional. No se trata de una guerra y mucho menos de una invasión, sino de una acción contra el crimen organizado que está en los cimientos de una dictadura criminal.
Qué el trágico destino de Corea del Norte no sea el de Venezuela.
