de la Bogotá Negativa
El Alcalde de Bogotá, Samuel Moreno aseguró esta semana en indagatoria NO haber tenido ningún nexo con el ex parlamentario Germán Olano Olano, y NO haber incidido de manera alguna en el direccionamiento de la contratación distrital a favor de los Nule.
Samuel es el Alcalde del NO o Alcalde bandera de la Bogotá Negativa, es lo que queda claro después de la andanada de diligencias en el Consejo de Estado respecto de la pérdida de investidura promovida por la RED VER contra Germán Olano - conocido por la grabación de la conversación sostenida con Guido Nule, sobre “el miti miti” con el casi trágico- cómico Contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi.
Como se sabe, la declaración rendida por Olano ante el Consejo de Estado al realizarse bajo la gravedad de juramento, dista de las recientes versiones o indagatorias rendidas ante la Procuraduría o la Corte Suprema de Justicia, con el riesgo adicional del perjurio. Riesgo que también corre el Alcalde Mayor.
Quizás por esta razón se excusaron de rendir su declaración el propio Contralor Moralesrussi y Liliana Pardo, ex Directora del IDU, ambos a buen recaudo de la Fiscalía, en la decisión que pone al frente a este ente de control frente al desvelamiento del complejo entramado del cartel de servidores públicos al servicio del cartel de los contratistas en la capital de la república. Al respecto de esto, la Procuraduría pese a su labor importante en la audiencia verbal, se ha quedado corta.
Decimos que Samuel es El Alcalde NO, porque parece menos enterado de lo que un ciudadano medio sabe respecto de los avances de uno de los escándalos más grandes de la capital de Colombia en toda su historia. De igual forma trata de ponerle el retrovisor a un problema que le estalla en sus propias manos y que compromete seriamente a su hermano, respecto del cual la justicia tiene evidencias contundentes de su presunta responsabilidad directa.
Es igualmente Samuel el Alcalde NO, porque no entiende que atender citaciones judiciales no sólo es un deber sino también parte de la rendición de cuentas públicas en el escenario natural construido por el sistema democrático para validar o desvirtuar responsabilidades legales. Claro, el juicio público o moral es por fortuna implacable, se da en el tribunal de la conciencia cívica sobre el desastre de la contratación en el distrito no solo por la forma de contratar y las mordidas sino por lo invivible que han tornado la ciudad.
El grave problema de la ciudad en el que nos hallamos no puede circunscribirse a la esfera judicial o de los órganos de control y la Veeduría Red Ver en la lucha contra la corrupción, por el contrario es necesario avanzar en un proceso pedagógico de construcción de democracia y participación. Por ello estamos promoviendo una marcha virtual anticorrupción y por la participación como un ejercicio pedagógico ciudadano mediante el cual cada quien envía correos electrónicos a sus amigos y entornos, se comunica mediante redes sociales, faxes, llamadas telefónicas para transmitir sus disgustos y sus propuestas. Por otra parte, seguiremos desplegando todos esfuerzos en capacitar cada día más a las comunidades a favor del desarrollo de competencias ciudadanas que nos permitan prevenir y auscultar más lo público, y profundizar la democracia como estrategia para combatir la corrupción.