Sucedió en Valledupar, en el encuentro de investigadores de música vallenata que anualmente realiza la Universidad Popular del Cesar. Alberto llegó a hablar de lo que más sabe; de periodismo y especialmente de cómo elaborar una buena crónica, ante una nutrida asistencia de investigadores, escritores, columnistas, documentalistas y público en general; eso sí, con escasa presencia de periodistas locales, a quienes por lo general no les interesan estos temas. La calurosa tarde vallenata fue el preámbulo de una inolvidable experiencia, disfrutamos 3 horas, con las historias de un hombre que ha conquistado muchos galardones y tiene mucho por enseñar, precisamente cuando nuestro periodismo atraviesa una coyuntura difícil por la penetración de la política y la forma como se están abordando temas importantes del país.
El conversatorio arrancó, pero rápidamente aparecieron los episodios de Macondo que nunca nos abandonan: meseros repartiendo peto y empanadas, lo que obligó al conferencista a interrumpir la plática, pero sirvió para integrarse con los asistentes y ʽmamar galloʽ como suele ocurrir cuando se encuentran varios costeños; salió a relucir el pantalón color perra corriendo de Felix Carrillo; la deteriorada boina cheguevarista de Rafael Oñate; la barba estilo Fidel Castro del Dr. José Romero Churio; las interrupciones de la señora Ruth Ramírez, quien quería participar, participar y participar; la foto para redes sociales que no podía faltar, en fin.
A punto de reiniciar, Salcedo se dio cuenta de que en el pendón que promocionaba su charla, le habían cambiado el apellido Ramos por Uribe, “Alberto Salcedo Uribe” y con esa espontaneidad costeña que lo caracteriza, se le escuchó decir: “Nojoda y por Uribe, lo que faltaba”, el ʽMonoʽ Quintero, conocedor de su posición antiuribista gritó: “!Eso es que va con Zuluaga!”; entonces, el cronista respondió un poco afectado: ¡Ni loco!
Por fin inició el viaje por los vericuetos de la crónica, calificándola como una propuesta estética que produce placer en el texto y citó a Robert Stevenson: “Contar historias es escribir de gente en acción”, aseveró que un periodista debe adaptarse a su personaje e inmiscuirse con sutileza, olvidándose de la entrevista asfixiante, habló de cómo realizó su crónica con el cabo William Pérez, rescatado en la Operación Jaque y de la de un niño en el Chocó, que recorre muchos kilómetros para llegar a la escuela y le mereció un premio muy importante en España; luego vino el tema de García Márquez, desmenuzado con gran maestría.
En este encuentro conocí a un hombre auténtico y caribe que no sabe hacer arroz, temeroso de enfrentarse a realizar una novela, que se deja ʽsacar la checaʽ, como dicen en Barranquilla, con los insultos; el tema de Silvestre Dangond y su diatriba, prefirió obviarlo y lo entendí, mejor hablar del Nobel que del cantante de Urumita.
Un hombre de frases, dijo que sus primeros libros los leyó en los anaqueles del viento, en Arenal (Bolívar), cuando tenía 7 años y soñaba con ser escritor, su padre, igual que el mío, le dijo que de escribir historias no se vivía. El cierre, no pudo ser mejor, con el cuento de la puerca de El Viejo Emiliano Zuleta con Carmen Díaz, relatado magistralmente por el juglar, Julio Oñate Martínez. Gracias Alberto, espero que vuelva pronto.
@JACOBOSOLANOC
Una tarde con el cronista Alberto Salcedo Ramos
Mar, 03/06/2014 - 14:16
Sucedió en Valledupar, en el encuentro de investigadores de música vallenata que anualmente realiza la Universidad Popular del Cesar. Alberto llegó a hablar de lo que más sabe; de periodismo y esp
