El 23 de febrero de 1839 Charles Goodyear pensó que había cometido un accidente cuando mezcló azufre y caucho sobre una estufa prendida. La mezcla se endureció y se hizo más elástica y resistente. Sin querer Gooyear creó la base de lo que es hoy día la industria de los neumáticos. Al proceso lo llamó vulcanización en honor al dios griego del fuego, Vulcano.
En el siglo XIX se utilizó por primera vez la goma natural para cubrir las ruedas de madera. Había un problema, el material se gastaba muy rápido, se trizaba con el frío y se ablandaba con el calor. Por esto el estadounidense dedicó su vida a encontrar el material perfecto para solucionar el problema.
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Lo logró sin tener ningún tipo de educación académica ya que provenía de una familia de escasos recursos. En 1821 se asoció con su padre en un negocio de maquinaria que fracasó. Había pedido un préstamo para empezar a practicar con el caucho y estuvo en la cárcel por no pagar sus deudas.
Durante y después de haber estado en la cárcel se dedicó a perfeccionar el material de una forma artesanal. Un día por un descuido dejó caer un tarro de azufre con caucho en una estufa que estaba prendida. Fue hasta 1844 que patentó el invento en el registro de patentes de Estados Unidos:
"Me place anunciar a todo el mundo, que yo, Charles Goodyear, vecino de Nueva York, he descubierto un método de transformación nuevo y útil para la preparación de los productos de caucho".
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Sin embargo, el invento era muy sencillo de copiar. A pesar de que él contrató un abogado por la cantidad de veces que copiaron su patente, no logró controlar la expansión del material. Al estadounidense también se le atribuye la creación en 1855 de la primera pelota de fútbol de caucho vulcanizado.
Goodyear falleció a los 60 años en New York. 38 años después de su muerte, en 1988 los hermanos Seiberling crearon la The Goodyear Tire & Rubber Company en su honor.
