Guillermo Gaviria fue un ingeniero y político colombiano, hijo del periodista Guillermo Gaviria Echeverri, dueño del periódico medellinense 'El Mundo' y hermano del actual gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria y la embajadora de Colombia ante la Confederación Suiza y el Principado de Liechtenstein, Sofía Gaviria Correa.
Igual que su hermano Aníbal, Guillermo Gaviria ocupó el cargo de Gobernador en el departamento de Antioquia entre el 1 de enero de 2001 y el 14 de abril de 2002. Antes de eso, estuvo en otros cargos en el sector público como el de secretario de Obras Públicas de Antioquia, secretario de Minas y Energía y además fue director del Instituto Nacional de Vías (Invías).
El 21 de abril 2002, cuando Gaviria junto con su asesor de paz, Gilberto Echeverri, adelantaban una marcha por la no violencia, hombres de la extinta guerrilla de las Farc los interceptaron y secuestraron. En ese momento nació un movimiento que exigía la liberación de los dos políticos, muy apreciados en el departamento de Antioquia.
El 5 de mayo de 2003, Guillermo Gaviria, Gilberto Echeverri y ocho militares que permanecían en cautiverio, fueron asesinados por guerrilleros en medio de un intento de rescate por parte del Ejercito Nacional.
Durante el tiempo de cautiverio, Gaviria escribió un diario que posteriormente fue publicado con el nombre 'Diario de un gobernador secuestrado'.
Este 5 de mayo de 2020, la embajadora de Colombia ante la Confederación Suiza y el Principado de Liechtenstein, y hermana del inmolado Guillermo, Sofía Gaviria Correa, concedió una declaración exclusiva para Kienyke.com recordando la labor de su hermano y Echeverri.
"Hoy, después de 18 años de haber tenido la maravillosa oportunidad de haber compartido con él (Gilberto Echeverri) y con Guillermo unos días de trabajo en Barcelona, el País Vasco y Bruselas, donde viajaron para conseguir recursos y apoyo para el Plan Congruente de Paz, que fue la ilusión moral y técnica, compartida por los dos, me parece importante referirme a ese Plan, la conjunción perfecta de su pensamiento y de su trabajo como servidores públicos: técnico, ético, plural y pragmático", expresó Sofía Gaviria.
En la declaración, resaltó el trabajo y la visión de los dos políticos y plantea su posición y su plan de trabajo como un ejemplo a seguir en la actualidad. "El Plan Congruente de Paz debe ser referencia de todo servidor público local, regional y nacional", afirmó Sofía Gaviria.
Declaración completa de Sofía Gaviria
Por sus obras los conoceréis....
Gilberto Echeverri era un hombre del que había oído hablar en mi casa siempre con admiración y respeto. Así que, cuando lo conocí personalmente, esperaba un hombre acartonado y distante. Nada más alejado de la realidad. Su inteligencia, su dignidad y la confianza moral que tenía, y por tanto daba, basada en el ejercicio público responsable y fructífero de toda una vida, me impactaron profundamente en ese momento, y más aún ahora que yo misma he sido servidora pública y ha sido tan escaso encontrar este perfil.
La conjunción perfecta de un servidor público es su capacidad técnica adherida a una ética social, máxime en un país con tantas necesidades como Colombia. Esa era la doble condición de Gilberto y Guillermo. En una palabra Guillermo y Gilberto eran el balance. Su formación de ingenieros y su profundo compromiso social y convicción de necesidad de la participación libre de todos los sectores en la construcción colectiva de un camino hacia una mejor sociedad, hace de su ejemplo, hasta la muerte, el más poderoso de los caminos.
No me gusta escribir de personas tan grandes, porque ello limitaría su dimensión a mis palabras. Pero, en estos momentos de incertidumbre, su ejemplo, como en la mayoría de las crisis, cobra mayor valor.
Hoy, después de 18 años de haber tenido la maravillosa oportunidad de haber compartido con él y con Guillermo unos días de trabajo en Barcelona, el País Vasco y Bruselas, donde viajaron para conseguir recursos y apoyo para el Plan Congruente de Paz, que fue la ilusión moral y técnica, compartida por los dos, me parece importante referirme a ese Plan, la conjunción perfecta de su pensamiento y de su trabajo como servidores públicos: técnico, ético, plural y pragmático.
La implementación de una planificación a corto, mediano y largo plazo, donde las estrategias y no los objetivos a los que se quiera llegar, son flexibles, fue el camino que siempre defendieron Guillermo y Gilberto. El Plan Congruente de Paz era una estrategia democrática de participación donde, en un momento álgido de crisis social y económica, se convocó a todos los sectores de la sociedad antioqueña a participar para definir la ruta para los siguientes veinte años. Entusiasmados, muchos de ellos nunca consultados, se comprometieron en la formulación y desarrollo de lo que sería el esqueleto del plan de desarrollo de las administraciones venideras, vehículo que ha transformado la realidad antioqueña, pero que se ha visibilizado muchísimo más en la transformación de Medellín.
El Plan Congruente de Paz debe ser referencia de todo servidor público local, regional y nacional. El acierto reconocido de esta estrategia aún no ha cobrado su valor en la Historia. Por ello, hoy, en la conmemoración de esta imperdonable masacre, donde fueron asesinados, además de Guillermo y Gilberto, ocho integrantes de la fuerza pública, vale la pena recobrar su legado, su profundo amor por los demás, su respeto a la vida, a la integridad y a las ideas del otro. Un aplauso amoroso para estos dos grandes de Antioquia, en este día, con la esperanza de que su ejemplo sea replicado.