Considerada como la 13 causa de muerte en USA, la enfermedad de Parkinson ha crecido en forma importante. Se diagnostican 90.000 casos al año, uno cada seis minutos, y es la lesión neurodegenerativa de mayor evolución en el mundo. Sus causas siguen sin conocerse y cuando revisamos sus investigaciones vemos datos curiosos y didácticos. En 1958 una empresa química descubrió por primera que un herbicida parecía toxico para el humano por afectar el sistema nervioso central. El herbicida, paraquat, era una maravilla para las malas hierbas, pero la empresa guardo en sus registros los tristes efectos. Fue un éxito en ventas y en 2018 se utilizaron el doble,17 millones de libras, que 6 años antes. La forma en que vivimos puede ser el origen y cada vez que los pesticidas, las sustancias químicas industriales y las utilizadas en limpieza en ropa en seco emergen como sus causas.
Se ha especulado mucho sobre sus raíces, el factor genético parece tener mínima responsabilidad y hoy está en lo alto el nuevo grupo de vectores que han contaminado nuestro entorno. Las sospechas han crecido y menciono algunas: quienes viven en la periferia de un campo de golf (1.5 km) tienen mayor probabilidad de desarrollar un Parkinson que quienes están lejos.
Quizá la búsqueda de la causa ha disparado las demandas contra el paraquat. Hay 6.000 en curso. Llamativa algunas como la del señor Phillips quien de muchacho trabajo en una granja y se protegía con un pañuelo y una gorra. Le tocaba rociar paraquat contra las malas hierbas y a los 56 años desarrollo un hemiparkinson izquierdo. Hay otras sustancias involucradas y entre estas las que se han utilizada para el lavado en seco de las ropas: tricloroetileno y percloroetileno. Acá aparece el caso del jugador de basket-ball quien vivió en una base militar de Camp Lejeune y el agua estuvo contaminadas por vertidos químicos de una tintorería. Se especulo sobre el riesgo del 70% de desarrollar Parkinson en personas que vivieron en esa zona.
Syngenta (la empresa productora) ha rechazado la relación causal entre la Enfermedad Parkinson y el paraquat. Sin embargo, hay una cadena de observaciones y más de 1200 estudios juiciosos que muestran lo cierto de estas sospechas. Prohibir el paraquat llevara a encarecer frutas y verduras y la empresa afirma que ese se une a las partículas de arcillas y hay menos correntia hacia las vías fluviales de otros herbicidas.
Los síntomas iniciales de la exposición al paraquat dependen de la forma de exposición. Irritación ocular o de garganta, ardor en la boca, sequedad de la piel y otros síntomas. La intoxicación por paraquat puede ser mortal, especialmente si afecta órganos vitales.
Mire todos los síntomas que produce: coma, confusión, dificultad para respirar, aumento de la frecuencia cardíaca, daño permanente al corazón, riñón, hígado o pulmones, convulsiones, músculos débiles
El paraquat (dipiridilio) es un herbicida altamente toxico. Su efecto se produce horas después de aplicarlo a las plantas y se van tornando amarillas o marrones. Es muy eficaz y altamente efectivo, se considera como una excelente opción para una amplia gama de malezas gramíneas y de hojas anchas, Por presión extranjeras en México se utilizó para frenar la marihuana y, luego se dieron cuenta, que podía ser perjudicial para las personas que lo aplicaban. Está prohibido en más de 30 países y la mortalidad inicial es del 80%
Ha sido clasificado por la OMS como una sustancia moderadamente peligrosa de gran toxicidad. Causa complicaciones hepáticas, renales y fibrosis pulmonar y muerte, Su uso está restringido en Europa y en USA:
Durante 2022 en Colombia, se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) 44 533 registros de intoxicaciones agudas por sustancias químicas, de estos 6 555 corresponden a intoxicaciones por plaguicidas. Las muertes fueron causadas en una tercera parte por plaguicidas (32,7 %), 115 muertes correspondieron a suicidio consumado (43,7 %) y en 30 de ellas, la sustancia química principalmente implicada fueron los plaguicidas con ingrediente activo paraquat (26,1 %).
En resumen, arrojamos más tóxicos a nuestros ecosistemas que protegernos de ellas. Esto veda la salud medioambiental como desencadenante y determinante.