Xenakis nació en el seno de una familia griega redicada en Braila, Rumania. Muy joven, sin embargo, se mudó a Atenas para estudiar arquitectura, tiempo durante el cual también tomó clases de armonía y composición, tratando de alimentar su temprano amor por la música sacra griega.
En Atenas, sin embargo, el clima político no lo dejaría concentrarse en sus estudios, y en cambio lo llevaría a comprometerse profundamente con el movimiento comunista estudiantil, al cual no sólo dedicó su apoyo intelectual sino su apoyo físico también. Tras la derrota Nazi, los comunistas lograron retomar el país de las manos de los alemanes, pero cayendo bajo el mando de la Unión Soviética, que en Grecia concluía su cruzada hacia el sur destinada a apropiarse de los Balcanes. Entonces Churchill ordenó la intervención británica en Grecia, y el partido comunista se vio envuelto en un nuevo y violento enfrentamiento en que Xenakis casi pierde la vida tras una esquirla de granada que le aterrizó en la cara, volándole un ojo. Además de haberlos derrotado, el nuevo gobierno de derecha condenó a muerte a Xenakis y tantos otros activistas que tuvieron que escapar a Francia, donde Xenakis vivió el resto de su vida.
Allí, entre el trauma de la guerra y la culpa por abandonar su patria, Xenakis empezó a componer, sin dejar de lado la arquitectura, entonces su única fuente de ingreso y posteriormente una de las influencias más decisivas de su música. Mientras trabajada en el taller de Le Corbusier, asistía a clases con renombrados compositores como Messiaen, con quien aprendió las técnicas contemporáneas del serialismo y las posibilidades de la música computacional. Su obra, desde entonces, estuvo dirigida a experimentar con estructuras derivadas de la arquitectura y aplicadas a sus hallazgos investigativos en música de la antigua Grecia.
Resultado de eso son obras como Nuits y Medea, en que Xenakis busca, a través de la reproducción aleatoria de sonidos, lograr una representación del ambiente del teatro griego antiguo. La idea no es hacer versiones fieles de las obras de esa época, sino recrear el ambiente en que se presentaban, mezclando las tramas dramáticas de las obras con las respuestas eufóricas de un público que no entendía el teatro como lo hacemos hoy, que se lo tomaba bastante más en serio. La obra final es un delirio de voces corales, ruidos de objetos, vuelos de pájaros, locuciones, diálogos y llantos aleatorios que conforman una obra sin duda difícil, pero a la vez una de las experiencias más interesantes de la música académica de este siglo, de la que, no en vano, Xenakis es considerado uno de sus exponentes más valiosos.
http://www.youtube.com/watch?v=n2O8bMlEijg
Iannis Xenakis
Dom, 03/02/2013 - 23:59
Xenakis nació en el seno de una familia griega redicada en Braila, Rumania. Muy joven, sin embargo, se mudó a Atenas para estudiar arquitectura, tiempo durante el cual también tomó clases de armon