
Nacido en Cartagena y criado en Cereté, Raúl Gómez Jattin es uno de los grandes poetas colombianos del siglo XX. Su obra, tan íntima como dolorosa, retrata su vida en el Valle del Sinú, el amor que le profesaba a su madre, o sus intensas y trágicas relaciones con amantes y amigos, las drogas y -por supuesto- la poesía.
A los 20 años de edad llegó a Bogotá a estudiar Derecho. Pronto desistiría de esa empresa y comenzaría a interesarse por el teatro, primero como actor y luego como director de sus propias obras. Su gusto por las tragedias de Eurípides marcó lo que sería su obra poética. Cuando publicó Poemas, su primer poemario (1980), ya se había manifestado en él la locura que lo acompañaría el resto de su vida. Sus ademanes tímidos y reservados comenzaron a convivir con rasgos explosivos y violentos que lo fueron alejando de sus amigos y familiares.
En 1988 publicó Tríptico cereteano, compuesto por Retratos, Amanecer en el valle del Sinú y Del amor. Los elogios llegaron con rapidez y Raúl se convirtió en una figura pública que aparecía en televisión con personajes como Álvaro Mutis o Alfonso López Michelsen. Sin embargo, el deterioro al que fue llevando por su locura y las drogas se hizo más evidente. Quienes lo conocieron aseguran haberlo visto harapiento y descalzo en el centro de Bogotá. Lo enviaron a La Habana a seguir un tratamiento de desintoxicación, y luego regresaría a Cartagena.
Raúl Gómez Jattin murió en la indigencia el 22 de mayo de 1997, en su ciudad natal, atropellado por una buseta. Se rumoró que, más que un accidente, se habría tratado de un suicidio, pero sus amigos afirman que Raúl no era un personaje suicida. Su obra ha sido reeditada en muchas ocasiones alcanzando fama mundial y hoy ocupa un lugar propio en la poesía colombiana.