Aunque el 2020 fue un año de incertidumbre y temor, tambien hubo aspectos positivos y lecciones aprendidas en temas medio ambientales, nuevas formas de trabajar, estudiar, la importancia de alimentarse sanamente, ahorros tanto de empresas y de familias, la importancia de la transformacion digital, compartir en familia, con amigos y todo aquello que dabamos por sentado, entre muchos otros aprendizajes, que ayudarán a construir un futuro más seguro.
En lo referente a las empresas, una de los mayores aprendizajes ha sido la importancia de ser agiles y adaptables al comprender que reaccionar rápidamente ante las condiciones cambiantes del mercado siendo clave para muchas empresas que han ajustado su estrategia, sus procesos y su cultura organizacional para competir y permanecer en el tiempo haciendo de la agilidad y la adaptabilidad una prioridad.
Debido a esta crisis y a los constantes cambios que se han presentado, surge la necesidad que en las empresas, las juntas directivas y sus lideres sean conscientes de la importancia de definir una dirección estratégica mediante una transformación organizacional, que las conduzca a ser realmente competitivas, innovadoras, rentables, incluyentes, sostenibles y que apropien las tecnológias emergentes como pilares estratégicos que determinaran el éxito.
Las oportunidades y desafíos que se presentan de un entorno cambiante, vulnerable y ambiguo no son para todos, por lo que es imperativo identificar aquellos trabajadores con la mentalidad abierta al cambio y con competencias adecuadas para asumir y afrontar los grandes retos que se presentan y se presentaran en el mediano y largo plazo. El largo plazo ahora son unos meses, por eso se debe desarrollar la agilidad y adaptabilidad organizativa, mediante un proceso que requiere un firme compromiso de directivos, trabajadores, accionistas y grupos de intéres.
El impacto económico, social y la incetidumbre en los últimos meses, aunque no han sido nuevos, ya que, estabamos en medio diversos problemas que no han desaparecido como la el proceso de vacunación, incertidumbre geopolítica, los desastres naturales por el cambio climático, la discriminación, la inequidad de genero, la violencia, la corrupción, el impacto del Brexit, entre otros, por lo que es fundamental tenerlos en cuenta para anticiparse ante eventuales crisis, situaciones que deben ser parte integral de los pronosticos, del plan estrategico y el presupuesto como modelo empresarial flexible y adaptable para alcanzar las metas establecidas.
Algo inminente en la coyuntura actual, es revisar y replantear la estrategia empresarial para así responder agilmente a las exigencias del mercado, al alinear a la junta directiva y la alta dirección, ya que hemos entendido que los cambios son constantes, por eso las empresas que logren atraer, enamorar y movilizar a las personas y sus procesos hacia nuevos estándares, experimentaran grandes beneficios al expandirse hacia nuevos negocios y mercados, creando momentos y experiencias extraordinarios en clientes, trabajadores y socios, alcanzando una mayor aceptación e interacción con la comunidad.
Se habla de “reinvención”, que para mí significa “adaptarse o transformarse” y es en esa dirección que hay que enfocarse para crear ambientes innovadores y flexibles que se adapten para dar respuestas agiles a los requerimientos de los clientes, por eso es escencial conocerlo en detalle, aunque sus hábitos pudieron cambiar es indispensable actuar con base en la nueva realidad del cliente, en su forma de consumir, como distribuye su gasto, el uso de nuevos canales, la forma de pago y en los lugares donde consume, entre otros.
Por esto es escencial promover que trabajadores, proveedores y accionistas desarrollen colaborativa y agilmente habilidades innovadoras, incluyentes, solidarias, con visión global y pensamiento crítico, enfocadas en crear e innovar productos y servicios que se integren a los cambios constantes de los requerimientos de los clientes, por lo que en la estrategia comercial es indispensable tener presencia permanente, una ágil y constante comunicación, un análisis del comportamiento del mercado y adaptar las acciones comerciales en beneficio de los clientes actuales y potenciales.
La necesidad de agilizar el negocio nunca ha sido tan importante, por eso las empresas están abordando nuevas formas de pensar, actuar y trabajar. Con las lecciones aprendidas, que nos esta dejando la crisis, es que las empresas afrontan mejor los cambios económicos, del mercado y del negocio y es aquí donde los líderes ágiles invierten en construir una cultura basada en la excelencia, con modelos operativos y tecnologías que permiten adaptarse mejor y más rápidamente.
Algunos líderes se han centrado en su talento humano, fomentando un sentido de comunidad, solidaridad y pertenencia, que si bien el enfoque inicial en respuesta a la pandemia estaba en la continuidad del servicio, la seguridad de sus trabajadores y de la comunidad, ahora se estan enfocado en la gestión de cambio para mejorar la actividad empresarial prestando un excelente servicio a sus clientes y a los ciudadanos, aprovechando los beneficios de las plataformas digitales colaborativas y obteniendo mejores niveles de servicio.
En el actual contexto, y con la presión de entregar resultados inmediatos, es primordial contar con un liderazgo consciente, experimentado y valiente, capaz de filtrar la presión y generar credibilidad entre la junta directiva, el equipo de trabajo, los clientes y el gobierno con un liderazgo enfocado en las personas que desarrolle de forma consciente actitudes proactivas, agiles y adaptables para la resolución de situaciones complejas e inciertas, de una manera innovadora y creativa.
Al integrar valores personales con los de la empresa en pro del objetivo común, es necesario empoderar a las personas para que asuman actitudes proactivas con el objetivo de alcanzar el éxito, que además de financiero, también lograr resultados en responsabilidad social, sostenibilidad y reputacional, como base de una estrategia poderosa y ganadora que promueva la agilidad y la adaptabilidad, dando lugar a la innovación, al aprendizaje continuo, al compromiso, al bienestar social y a la armonia entre el trabajo y la vida personal.
Por lo tanto, las empresas dirigidas por juntas directivas y ejecutivos conscientes de la importancia de una dirección estratégica, inclusiva, diversa, sostenible y enfocada en la transformación, serán las que generarán mayor valor y podrán alcanzar nuevos horizontes, construidos con decisiones que trascenderán más alla de sus fronteras y además serán un referente para el mercado, el gobierno y la cominidad en un entorno económico, político y social cada vez más volátil.
