Andrés Santamaría Garrido

Abogado de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá con Estudios Políticos de la Universidad de Harvard y Magíster en Política y Políticas Públicas de la Universidad de Macquarie de Australia. He dedicado mi vida a  la promoción de la innovación social para impulsar el desarrollo sostenible. Estuve vinculado al sector público por más de 15 años como Defensor del Pueblo del Valle del Cauca, Personero Municipal de Cali, y presidente de la Federación Nacional de Personerías –FENALPER

Andrés Santamaría Garrido

Innovamos o nos estancamos

En la era actual, la innovación se ha erigido como un factor crucial en el desarrollo económico y social de las naciones. Cada vez más países han comprendido la importancia de convertir la innovación en una política central de estado para asegurar su competitividad global, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y promover el crecimiento económico sostenible. Colombia, con su vasto potencial, no es la excepción.

Para comprender plenamente el valor de la innovación como política de Estado, es instructivo observar ejemplos de países que han priorizado la innovación en su desarrollo. Singapur, ese pequeño país asiático, es un ejemplo destacado. Con una inversión sustancial en investigación y desarrollo (I+D), que supera el 3% de su PIB, Singapur se ha convertido en un líder global en innovación y tecnología. Programas de apoyo a startups, una educación de alta calidad en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y una cultura que promueve la creatividad han impulsado su éxito.

Otro caso inspirador es el de Corea del Sur. Este país ha adoptado la estrategia “Innovación Verde”, centrada en la inversión en tecnologías limpias y energías renovables. Esto no solo ha reducido su dependencia de los combustibles fósiles, sino que también ha estimulado el crecimiento económico y la creación de empleo. La inversión en educación STEM ha sido un factor clave en su liderazgo tecnológico, con gigantes como Samsung y LG liderando la industria electrónica.

Israel, a pesar de su tamaño reducido, es otro ejemplo impresionante. Israel ha establecido un ambiente propicio para la innovación a través de una estrecha colaboración entre el gobierno, la academia y la industria. Programas como la “Ley de Incentivos Fiscales” han fomentado la inversión en I+D y han atraído inversiones extranjeras. El resultado es una floreciente escena de startups y un liderazgo mundial en áreas como la ciberseguridad y la biotecnología.

Estos ejemplos demuestran claramente cómo la innovación puede transformar países y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Sin embargo, ¿por qué Colombia debería priorizar la innovación?

Colombia es una nación con un potencial sin explotar en términos de recursos naturales, capital humano y ubicación estratégica. Sin embargo, para capitalizar plenamente estos recursos y abordar desafíos críticos como la desigualdad y el desempleo, el país necesita una estrategia de innovación sólida.

En 2023, Colombia destinó solo el 0,22% de su PIB a  I+D (Investigación y Desarrollo), según datos del Banco Mundial. Esta cifra es muy por debajo del promedio de América Latina y el Caribe, que es del 0,52%, según datos de la OCDE.

La inversión en I+D no solo estimula la creación de nuevas tecnologías, sino que también fomenta la creación de empleo y el crecimiento económico sostenible. Por ejemplo, un estudio de la OCDE encontró que un aumento del 1% en la inversión en I+D puede generar un aumento del 0,2% en el empleo y del 0,5% en el PIB.

La competitividad global es otro aspecto crucial para el éxito de cualquier nación en la economía actual. En el Índice Global de Competitividad de 2020, Colombia ocupó el puesto 54. Para competir en el mercado mundial, el país debe ofrecer productos y servicios de alta calidad y tecnología avanzada. Esto solo es posible a través de la innovación constante.

La creación de empleo a través de la innovación es un área crucial. Se estima que, en los próximos años, la economía colombiana debe crear al menos 1.5 millones de empleos al año para absorber su creciente población laboral. La innovación puede ser un motor clave en la generación de estos empleos, especialmente para la población joven y altamente capacitada de Colombia.

La solución de problemas sociales también es un aspecto fundamental de la innovación. Mejorar la atención médica, la educación y abordar la desigualdad son prioridades en Colombia. La innovación puede impulsar soluciones más efectivas y accesibles en estas áreas, mejorando la calidad de vida de todos los colombianos.

Además, una sólida política de innovación puede ser una herramienta poderosa para atraer inversiones extranjeras. Las empresas buscan entornos donde puedan desarrollar nuevas tecnologías y productos de manera eficiente. Colombia, al enfocarse en la innovación, puede convertirse en un destino atractivo para la inversión extranjera y la colaboración internacional, lo que puede estimular aún más su desarrollo económico.

La innovación es un elemento vital en la política de Estado de muchas naciones exitosas. Colombia, con su potencial y talento humano, tiene la oportunidad de seguir estos ejemplos y convertir la innovación en un pilar central de su desarrollo económico y social. Aumentar la inversión en I+D, fomentar la educación STEM y promover la colaboración entre el gobierno, la academia y la industria son pasos clave para transformar a Colombia en un líder en innovación. Este compromiso no solo mejorará la calidad de vida de los colombianos, sino que también aumentará la competitividad de Colombia en el escenario global, lo que se traducirá en un crecimiento económico sostenible y una mayor prosperidad para todos. La innovación no es solo una palabra abstracta; es una fuerza motriz que puede dar forma a un futuro más brillante para Colombia.

La innovación no se limita a la tecnología y la ciencia, aunque estas áreas son esenciales. También abarca la creatividad en los negocios, la gestión eficiente de recursos, la mejora continua de procesos y la búsqueda constante de soluciones innovadoras para los problemas cotidianos. Desde la agricultura hasta la industria manufacturera, la innovación puede impulsar mejoras significativas en la productividad y la calidad.

Un ejemplo de esto es el sector agrícola colombiano. A través de la adopción de tecnologías avanzadas, como la agricultura de precisión y el uso de drones para el monitoreo de cultivos, los agricultores pueden aumentar sus rendimientos y reducir los desperdicios. Esto no solo beneficia a los agricultores, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria del país y a la reducción de la dependencia de las importaciones.

La educación también desempeña un papel crucial en el fomento de la innovación. Colombia necesita invertir en la formación de la próxima generación de innovadores. Esto implica no solo enseñar habilidades técnicas, sino también fomentar la creatividad, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Las universidades y centros de investigación desempeñan un papel esencial en este proceso, alentando la colaboración entre estudiantes, profesores y empresas.

Un aspecto importante de la innovación es su capacidad para abordar desafíos globales. Colombia, al enfrentar problemas como el cambio climático, la urbanización rápida y la desigualdad, puede utilizar la innovación como una herramienta para encontrar soluciones sostenibles. La movilidad eléctrica, la gestión inteligente de residuos y la construcción sostenible son ejemplos de áreas donde la innovación puede marcar la diferencia.

Además, la innovación puede impulsar la diversificación económica. Colombia ha dependido en gran medida de sectores como el petróleo y la minería. Si bien estos sectores son importantes, también son vulnerables a las fluctuaciones de precios y a los impactos ambientales. La inversión en nuevas industrias, como la tecnología limpia y las energías renovables, puede reducir la dependencia de sectores volátiles y contribuir a un crecimiento económico más estable.

Para que Colombia abrace plenamente la innovación como política de estado, se requiere un compromiso integral. Esto incluye la inversión en investigación y desarrollo, la promoción de la colaboración entre el sector público y privado, la mejora de la educación y la creación de un entorno propicio para las startups y la creatividad empresarial.

En conclusión, la innovación es una fuerza transformadora que puede impulsar el crecimiento económico, mejorar la calidad de vida y abordar desafíos críticos en Colombia. Al observar ejemplos de países que han priorizado la innovación, queda claro que este enfoque puede generar resultados significativos. Colombia tiene el potencial y los recursos para seguir este camino y convertirse en un líder en innovación en América Latina y el mundo. Al hacerlo, el país puede mirar hacia un futuro más próspero y sostenible para todos sus ciudadanos. La innovación no es una opción, es una necesidad para el progreso de Colombia en el siglo XXI, en este orden de idea, innovamos o nos estancamos.

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Andrés Santamaría Garrido
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