Aún no termina el 2020 y ya tenemos la mira puesta en el año que se avecina. Despedimos uno que nos dejó muchos aprendizajes y experiencias, que nos servirán para planificar el futuro inmediato. Aunque hemos logrado grandes éxitos a nivel deportivo e institucional, definitivamente conformarse no es una opción, vamos por mucho más.
La mira ya está puesta en el 2021. El gran desafío que tenemos a la vista tiene nombre propio, Tokio. De la misma magnitud de las justas son nuestros sueños como país. Indudablemente, este RETO tiene un ingrediente especial por los inconvenientes que surgieron este año de cara a la preparación y participación en eventos clasificatorios. Fueron muy pocos los certámenes internacionales que se alcanzaron a realizar, ya que la mayoría de las federaciones en el mundo decidieron cancelarlos por el rebrote de Covid. De nuestra parte, la gran responsabilidad recae en garantizarles a los atletas priorizados esos procesos de entrenamiento en terreno y asegurar así una participación sin riesgo en las competencias más importantes que cerrarán el ciclo olímpico, en el próximo verano japonés.
Los recursos y profesionales están garantizados, por lo que se trabaja en equipo junto al Comité Olímpico y las federaciones nacionales para el cierre del proceso clasificatorio, en cuya mayoría de deportes está pendiente. Muchos incluso, tienen como mes límite junio de 2021. De ahí que el primer semestre será intenso en participación en competencias, en busca del más alto número posible de atletas clasificados. Y desde ya dispondremos los recursos económicos, médicos, tecnológicos y humanos para lograrlo.
Y la apuesta es mucho más ambiciosa. Para seguir evidenciando el desarrollo del deporte paralímpico ninguna vitrina mejor que Tokio 2021. Este año, entre el aplazamiento de las competencias y la interrupción de procesos, desde Mindeporte les ofrecemos a nuestros atletas la posibilidad de ir retomando la actividad y preparación para que puedan superar la histórica participación de Rio.
De cara a la gran cita del próximo año, Colombia actualmente tiene asegurada su presencia en seis deportes y 40 atletas con cupo, cuota que puede aumentarse en deportes como para-atletismo y para-powerlifting. Soñamos en grande y trabajamos el doble para que estemos a la altura de nuestros deportistas que día a día engrandecen a Colombia Tierra de Atletas.
A nivel local nuestros esfuerzos se han redoblado para que todas las disciplinas vinculadas al Sistema Nacional del Deporte puedan reactivar sus actividades presenciales, cumpliendo plenamente con los protocolos de bioseguridad, aprobados por el Centro de Ciencias del Deporte. Esperamos con optimismo que la Copa América que realizaremos con Argentina pueda ser una realidad para seguirnos ratificando como anfitriones de eventos de talla internacional. El torneo de selecciones más antiguo del mundo será otro motor para seguir aportando a la reactivación económica.
La ruta del trabajo en equipo nos permitirá darle continuidad a los Proyectos Avanzados de Desarrollo, PAD, con los deportes que ya iniciaron con buen suceso, como fue el caso de ciclismo pista y judo, por ejemplo. Afianzarlos será fundamental, pero aún más, vincular a otras disciplinas en el marco de los polos de desarrollo de Talentos Colombia. El equipo técnico-metodológico del Ministerio ya adelanta los respectivos análisis para trabajar en otros deportes que también son priorizados y de gran importancia en el país.
De igual forma, afrontaremos los ciclos de eventos juveniles, en los que tendremos una responsabilidad adicional, su organización. Tal es el caso de los Juegos Panamericanos Junior, cuya primera edición se celebrará en Cali y para los cuales se cuenta con una buena reserva deportiva para cumplir un buen papel como anfitriones. Garantizarles a esos jóvenes una adecuada preparación también es otro de los desafíos que tendremos el próximo año.
En cuanto al sector paralímpico, uno de los grandes proyectos será la preparación y el retorno de procesos competitivos para mantener a Colombia como potencia continental. En ese sentido, será determinante el fortalecimiento de la estructura del Sistema Nacional del Deporte, con la puesta en marcha del decreto reglamentario de la Ley 1946.
Con esta iniciativa, liderada por Mindeporte, algunos deportes se integrarán al convencional y otros tendrán sus propias federaciones deportivas. Pasar de cinco, como se tiene en la actualidad, a casi 40 federaciones, hará que el sector crezca y se estructure. En definitiva, el año entrante vamos por mucho más.
