Alejandro Gaviria es un humanista en armonía constante con la academia. Ha sido prestado a la política, pero la política no es su obsesión. Fue sorprendido por el impacto que su nombre causó en la baraja de presidenciables de 2022. Un senador paisa es el responsable de este boom electoral.
Es un congresista con vocación de servicio, pero enfocado a la ciencia. Sostiene que la academia debe entrar a la política y no la política a la academia. Tiene como su principal carta de presentación, ser el autor de la ley que creó el Ministerio de las Ciencia, Tecnología e Innovación.
No se arrincona con los temas educativos, todo lo contrario, habla con fluidez y propiedad, tanto así, que es el único político en hacer parte de la Academia Colombiana de la Ciencia.
La nueva marca política que emerge, impulsada por el senador Iván Darío Agudelo, genera hasta ahora, escasa resistencia. Es confiable, académico y con experiencia. Llega sin duda a darle una bocanada de aire nuevo al polarizado ambiente electoral que se respira de cara a las presidenciables de 2022.
“En diciembre de 2019 dialogué con el rector y le hice una invitación para que prestara su nombre para la historia, hoy no hay partido político que pueda interpretar la necesidad de todos los sectores y creemos que Alejandro puede prestar un servicio a Colombia” relató el senador Iván Darío Agudelo, al revelar detalles del nacimiento de esta posible candidatura presidencial.
Dice que Alejandro Gaviria puede gobernar con tranquilidad. Argumenta que tendrá la posibilidad de unir al país. Desde la educación y la ciencia se puede liderar a la nación. A las urnas no se puede ir con odio, enfatiza el congresista de la ciencia.
El senador recibió un refuerzo de lujo en esta tarea. Se trata de la joven activista Marla Gutiérrez, quien lanzó el movimiento ‘Alejandro Gaviria Presidente’.
“Estoy cien por ciento segura que en una eventual candidatura, Alejandro Gaviria puede pasar a segunda vuelta, es una persona alejada del lugar común que muchos llaman extremos” vaticina Marla Gutiérrez.
El nombre de Alejandro Gaviria ha gustado. Durante tres días consecutivos fue tendencia en redes sociales, entrevistado por varios medios de comunicación y recientemente fue portada en la revista Semana. Nada mal para un comienzo sin respuesta formal por parte del rector de la Universidad de los Andes.
El gran interrogante es si Alejandro Gaviria aceptará la invitación del senador Iván Darío Agudelo y de Marla Gutiérrez. En política hay momentos que no se pueden dejar escapar, esos instantes de prestigio, confianza y casi nulos ataques. Seguir otorgando tiempo en términos electorales, es perderlo.
La oferta política de Alejandro Gaviria tiene todo para crecer y convencer. Su presencia mediática es fiel a su perfil académico. No insulta y en vez de eso, genera positivismo. Confianza frente al pesimismo, neutralidad frente a la polarización. El senador Iván Darío Agudelo ya tiene antecedentes en impulsar nombres impensables para el triunfo, o sino pregúntenle al actual alcalde de Medellín Daniel Quintero. Parece que el congresista descubrió la fórmula para crear candidatos.
La pregunta incómoda
¿Por qué el ex alcalde Enrique Peñalosa entró al escenario de una precandidatura presidencial?
