Durante la mañana del sábado, 27 de agosto, las calles de Ituango transpiraban fervor y alegría de pueblo. Centenares de personas provenientes de veredas, corregimientos y barrios de distintos municipios del Norte, Nordeste y Bajo Cauca antioqueño, caminaban de un lado a otro, recordándonos que en los territorios aún hay vida; que los ríos, las montañas, los bosques, los ecosistemas rurales en su conjunto, a pesar de la violencia y la destrucción, siguen vivos. Asimismo, organizaciones sociales y representantes de la sociedad civil, levantaban sus pancartas revelando sus sueños e identidades. Juntas de Acción Comunal, organizaciones juveniles, de mujeres, diversidades sexuales, artísticas, campesinas, profesorales, deportivas, en síntesis, una polifonía de movimientos sociales, acudieron al llamado del Congreso de la República y el Gobierno Nacional.
Quizás, por primera vez en sus vidas, se sienten parte de un gobierno que les representa de verdad y, además, que llega a su territorio a escucharles y conocer in situ sus problemáticas más apremiantes. Así lo reflejaban sus sonrisas, emociones, sus miradas firmes y altivas. Llegaban, como se había programado, a una jornada divida en dos. La primera consistía en un diálogo abierto con congresistas del Pacto Histórico integrantes de la Comisión de Paz. La segunda era la instalación de un Puesto de Mando Unificado por la Vida (PMUV), con la intervención del señor presidente de la República, Gustavo Petro.
A las 10 a.m. los movimientos sociales y asistentes empezaron a ingresar a la Institución Educativa Pedro Nel Ospoina, engalanada para la ocasión, y una hora después se dio comienzo a la primera jornada. Las intervenciones de quienes levantaron su voz en nombre de sus organizaciones, movimientos y territorios giraron en torno a tres grandes ejes: 1. Desarrollo territorial, 2. Hidroituango, 3. Conflicto armado y paz. Grosso modo, los contenidos de estos ejes fueron los siguientes.
1. Desarrollo territorial: destacan las asimetrías entre regiones del Departamento como resultado de inversiones desequilibradas, precaria infraestructura para la recreación y el deporte, en gran parte del territorio no hay servicio de internet estable, las vías terciarias se encuentran en pésimo estado, los servicios básicos son limitados, desconexión vial entre los municipios de la región. Es imperioso definir y entregar tierras productivas al campesinado, preservar la vida y la cultura campesina (agrícola, minera, pescadora, recolectora, ganadera), que las Juntas de Acción Comunal (JAC) tengan participación y decisión en los presupuestos locales siendo agentes de contratación.
2. Hidroituango: los impactos de la megaobra deben ampliarse a todos los municipios que, aguas arriba y aguas abajo, se han visto afectados; sigue habiendo desconfianza por la seguridad de la obra, es decir, el temor por el desastre de 2019 está latente.
3. Conflicto armado: los grupos armados han tomado el lugar del Estado (determinan los usos y la tenencia del suelo, cobran impuestos, coaccionan el liderazgo social, entre otros), sigue en aumento el desarraigo violento de comunidades indígenas y campesinas, se han destruido culturas campesinas y no se han reparado a sus comunidades, no ha cesado el reclutamiento de menores, las juventudes siguen siendo botín de guerra y de vulneración por parte de grupos armados.
Se recogieron las voces de la población, se dejó memoria del evento y se sistematizó la información por parte de mi equipo. Dicha información será socializada y entregada tanto al Gobierno Nacional como a las instancias intervinientes del Congreso de la República.
Para la segunda jornada, la población que con alborozo había colmado las calles de Ituango y se había posado en la Institución Educativa, seguía con el ánimo vivo y la expectativa por ver y escuchar a su presidente, a nuestro presidente, Gustavo Petro. A las 2:30 p.m. hizo su ingreso y los aplausos, los vítores y la conmoción invadieron el espacio. El presidente saludó con fraternidad y, posteriormente, se concentró en el discurso. Su intervención se centró en cuatro ejes:
1. Constituir un Puesto de Mando Unificado por la Vida (PMUV): en cabeza de los alcaldes municipales, este órgano tiene por objeto centralizar las acciones de protección de la vida de las comunidades en riesgo y líderes sociales que sufren la zozobra por amenazas de muerte. Es una instancia operativa que vincula a las Fuerzas Armadas y a la comunidad a través de la alcaldía municipal. Al respecto, será importante establecer mecanismo de acompañamiento efectivo desde el Congreso y las instancias competentes del gobierno, para garantizar que se cumpla con el propósito de proteger la vida de las comunidades en sus territorios.
2. Violencias, economías ilegales y actores armados: dándole continuidad a lo que compartió en el Catatumbo, sus tesis sobre esta cuestión: la violencia es correlato de las economías ilegales, específicamente minería y coca. El PNIS se incumplió por parte del Estado y frente a la minería ilegal (que no debe confundirse con la economía ancestral y tradicional) no hay política pública; por el contrario, el Estado ha defendido la minería a gran escala y transnacional. Este gobierno se propone crear una política que cubra las diversas minerías que se dan en los territorios. Frente a la coca, hay que ir más allá del PENIS: tiene que implementarse un sistema holístico de acompañamiento (técnico, productivo, vial, de circuitos de intercambio) para que la sustitución sea viable o, dicho, en otros términos, para que la economía campesina de los territorios cocaleros transite a producción de alimentos para la vida.
3. Diálogos Regionales Vinculantes (DRV): Los (DRV) es una estrategia dirigida a la construcción del Plan Nacional de Desarrollo (PND) para que este tome la fuerza de los pueblos y las visiones de los territorios como política de gobierno. Al plasmarse las voces de los territorios en el PND, el gobierno asume un mandato proveniente del sentir popular de obligatorio cumplimiento a través de la ley. Esto requiere que la Gobernación y las alcaldías apoyen la iniciativa y brinden todas las garantías para que la sociedad civil se encuentre y delibere. Pero también los DRV, se constituyen en el escenario central, por su carácter abierto y deliberativo, para establecer los canales de diálogo gobierno-sociedad en los primeros meses de este mandato. Los DRV son equivalentes a construir democracia desde los territorios a partir de sus propios habitantes con perspectiva de seguridad humana con proyectos reales.
4. Cese al fuego multilateral para entrar a un proceso de paz: todas las agrupaciones que están en el territorio han enviado cartas al gobierno manifestando voluntad de paz. El paso siguiente es que estas organizaciones designen negociadores y se empiecen diálogos. A partir de allí, será posible establecer un cese al fuego multilateral porque ese sería el clima más apropiado para legitimar el fin de las violencias armadas del país.
Más allá de la alegría y el regocijo que deja este encuentro, a la población, a mandatarios locales y al grupo de Congresistas que representan estos territorios les quedan inmensas tareas: construir escenarios de diálogo e incidencia que cristalicen democracia real a través de los DRV, participar en la construcción del PND desde los territorios, activar y acompañar el PMUV, trazarse la paz como meta y trabajar en función de ello.
Es un gobierno para la vida cuyo mandato principal es defender la vida con permanencia y dignidad en los territorios. Con ese mandato me identifico desde hace décadas en mi condición de líder social y ambiental y seguiré, desde el Congreso, movilizándome sin descanso en la consecución de ese propósito.
