Son varios los meses que se lleva discutiendo en la opinión pública la compra de aviones de superioridad aérea por parte del Ministerio de Defensa y, son años de planeación por parte de la misma entidad, a través de la Fuerza Aérea la compra de estos.
Son, tal vez, cientos los criterios que se deben tener en cuenta; el precio, la capacidad, la autonomía, la posibilidad de transferencia tecnológica, la capacitación de pilotos y técnicos, la infraestructura para la operación y mantenimiento, la cantidad, los tiempos de entrega, en fin, no es una compra fácil, no es una compra rápida, pero, sobre todo, no es una compra innecesaria.
Hace algunos años, nuestro sistema radar detectó la presencia de una aeronave extranjera sobrevolando la Guajira, la ruta iniciaba en Venezuela y terminaba en Centro América, una vez detectada la intromisión ilegal en nuestro espacio aéreo, los aviones K-Fir despegaron de la base de Palanquero, son aviones viejos, pero repotenciados con la última tecnología, lo que se encontraron no fue poco, nuestros pilotos hallaron a un bombardero nuclear Ruso invadiendo nuestro espacio aéreo, inmediatamente, las aeronaves de combate colombiano iniciaron un procedimiento de advertencia para lograr que el bombardero Ruso saliera de nuestro territorio, en un principio, las advertencias fueron ignoradas, sin embargo, gracias al profesionalismo y capacidad de nuestros pilotos el invasor Ruso decidió marcharse.
No es una historia ficticia para niños, es un acontecimiento real, que por fortuna no pasó a mayores. El Derecho Internacional nos da el derecho de abatir esa aeronave rusa, por el simple hecho de invadir nuestro espacio aéreo con una aeronave de guerra sin el debido permiso, su sola presencia es una amenaza, pero ¿Cuáles habrían sido las consecuencias? No quiero ni imaginarlo.
No es la única amenaza, constantemente nuestros radares detectan aproximación de aeronaves de guerra venezolanas, que, por fortuna, hasta donde yo conozco, nunca han traspasado nuestras fronteras, sin embargo, están ahí, son peligro y, nada garantiza que algún día quieran usarlas contra nosotros.
De eso se trata la compra, de tener armamento disuasivo, aviones que nos permitan enviar un mensaje, estamos preparados y listos para enfrentar cualquier amenaza ¡no se metan con Colombia! ojalá no los necesitáramos, ojalá viviéramos en un mundo en paz y con la estabilidad suficiente como para garantizar que esa paz será sostenible en el tiempo, pero como reza la máxima en latín, adjudicada a Julio Cesar “si vis pacem para bellum” que traduce “si quieres la paz, prepárate para la guerra”
En este caso, y para la tranquilidad de Colombia, celebro la incoherencia del Presidente Petro, lamento que siendo Senador echara mano de la politiquería y populismo para enardecer a los colombianos en contra de la compra de aviones y así añadirle más candela al paro nacional, hoy, seguramente luego de un trabajo profundo y técnico de la Fuerza Aérea, lograron mostrarle lo importante y necesario que es tener una buena y moderna flota de aviones de combate, lo técnico y sensato por fin habló para acallar a la demagogia y al populismo.