Comenzó el gobierno Petro y ya se ven cambios importantes que denotan lo que será su mandato. Desde el mismo día de su posesión, al abrir el evento al pueblo, un acto inicial con un simbolismo enorme, mientras otras posesiones habían estado marcadas por la seguridad, atentados y ceremonias elitistas reservadas para unos pocos. Petro le apuesta a la apertura para logra de entrada, empatía y proyectar cercanía con la gente; como abrir la plaza de Núñez, aunque parezca una tontería, envía un mensaje de tiempos nuevos y de acercamiento a lo público.
Lo que se ha visto esta semana es que hay un mandatario que no quiere perder tiempo, no como hizo Duque que tomó de aprendizaje el primer año, aunque pasaron cuatro y no aprendió nada. De entrada radicó una reforma tributaria para equilibrar la tributación y, algo muy importante, el impuesto a las bebidas azucaradas que por años frenaron los empresarios de las dañinas gaseosas. Reanudó relaciones con Venezuela y a través del nuevo embajador, Armando Benedetti, pretende restablecer el intercambio comercial hasta llevarlo a 10.000 millones de dólares, lo que sería histórico y beneficioso para ambos países, que tanto se necesitan y unidos les va mejor. También hizo un anuncio que estábamos esperando, el desmonte de las nóminas paralelas, algo que ha desangrado al Estado y contribuye a la corrupción. Además, reanudó los diálogos con el ELN, esos que el gobierno Duque engavetó con mezquindad por pura tozudez ideológica, ojalá esta vez sí se logre un acuerdo y el grupo guerrillero entienda la oportunidad histórica que le ofrece un gobierno alternativo para sacar adelante, entre todos, la paz total. Hay muy buenas perspectivas con las bandas criminales como el Clan del Golfo para lograr un desmonte de su estructura. También nombró una cúpula militar renovada, alejada de los fanatismos y sectarismos de derecha, con un impacto muy importante: la primera mujer Subdirectora de la Policía, marcará un derrotero de igualdad.
Se alejaron algunas especulaciones con respecto al Dólar que se ha mantenido a la baja, no como decían los catastrofistas viudos de poder que llegaría a 5000 pesos. El discurso con el Pacífico fue claro, inversión para sacar la región adelante, hizo una apreciación que nos debe avergonzar, el Pacífico colombiano y centroamericano, son los únicos que están en pobreza extrema; desde Japón pasando por Canadá, EEUU Mexico, Chile, Perú, incluso Guayaquil en Ecuador, han logrado aprovechar su posición para ser estratégicos sobre todo en cuanto a Comercio internacional. La relación con los empresarios agremiados en la ANDI tiende a mejorar, después del aplaudido discurso en Cartagena y la repuesta de Bruce Mac Masters de que se sumarían a una causa común para sacar el país adelante. En el tema del canabis también se ve un cambio diametral de discurso, el canabis puede ser motor de desarrollo para lograr que territorios agobiados por la violencia tengan por fin una oportunidad.
No todo es color de rosa, inquieta la propuesta de depender del gas de Venezuela, quedar en manos de Maduro en temas energéticos es un error garrafal. Para preocuparse: los nombramientos en los ministerios de TIC y Ciencias, todavía no se sabe quienes estarán en esas carteras, son temas sensibles que ya deberían estar andando, pero por la politiquería entre gobierno y partidos sigue empantanado; lo mismo que la designación de Contralor en el Congreso.
Inició un nuevo gobierno y con él muchas esperanzas y expectativas, esperemos que le vaya bien, porque así, le irá a Colombia.