Por la plata, sin importar Covid, baila el Festival Vallenato Virtual

El  Festival Vallenato es, por definición, una expresión cultural en la que convergen acordeón, parrandas, conciertos, amanecidas y también aglomeración, permisión, excesos, presencialidad.  Si no es así, va contra su historia, su tradición y su esencia. Será otra cosa, pero no el festival vallenato que se conoce desde marras. 

Los festivales son eventos masivos. No son virtuales, ni cerrados. Son, además, corpóreos y en este sentido la gente impulsada por la emoción se toca, se abraza, baila. Está cerca el uno del otro. 

En los festivales como en los carnavales la transgresión a los límites le es propio ya que son escenarios creados para la distensión, el frenesí y el desborde. El freno se desengancha. Eso lo explica la antropología cultural porque si el festival es cultura, las festividades culturales crean situaciones en las que, lo que habitualmente está prohibido pasa a ser permitido, consentido y no cuestionado.

Pero Valledupar no está por estos días para descarrilarse sino para todo lo contrario.  Son tiempos de contención, prohibición y autocuidado y eso hasta ahora ha sido la política del alcalde. El Covid19 está en su pico en la ciudad y el  Mello Castro lo sabe. La Fundación del festival también. 

La  virtualidad desnaturaliza al festival. Lo vuelve insípido y hasta clandestino. Las fiestas ocultas para ver los concursos y las finales serán pan de todos lo días y es de poco creer, como dijo el alcalde, que habrá festival con estrictas medidas  de bioseguridad: con  3 whisky en la cabeza no hay tapaboca ni distanciamiento ni lavado de manos que valga.

Si la ciudad ha venido de toque de queda en toque de queda y de ley seca en ley seca es poco coherente que el alcalde, sin estudio científico que así lo determine, ahora, a la volandas, autorice un festival que va a elevar la curva de contagios y el número de muertos y por los que, de seguro, no saldrá a responder pero le creará,  quizás, un peso en su conciencia que como  lastre cargará.

El festival vallenato era un factor de unión, de unidad, que cohesionaba a la ciudadanía en un monolito y ahora va a generar división y fractura porque algunos estarán de acuerdo con celebrarlo y otros, en que no. 

Y ¿cuál será el afán para hacer el certamen? Y más aún cuando el del año pasado no salió  bien, las cuentas no dieron,  los conciertos no se llenaron y las boletas de entrada les bajaron el precio a última hora porque no daban para colocarlas. Será por aquello que por la plata baila el perro y necesitan unos cuantos, unos chavos como dijera mi abuela porque billete como tal no va a haber, centavos quizás. Para mientras tanto, la orejas del fracaso ya se le asomaron por la ventana.

Más KienyKe
La Registraduría reporta 91 comités presidenciales por firmas. Varios dicen haber superado el millón, un umbral más político que legal rumbo a 2026.
Retrato íntimo de Héctor Olimpo: hijo de la conciliación, padre presente y hombre de pueblo marcado por la familia y la superación.
El gobernador Octavio Guzmán pidió al Gobierno Nacional medidas urgentes para frenar la ola de violencia en el Cauca y garantizar seguridad en corredores estratégicos como la Vía Panamericana.
La ciudad sumó 141 agentes civiles en moto y creó un equipo en bicicleta que vigilará de forma la red de ciclorrutas para fortalecer la seguridad vial.
Kien Opina