Ignacio Arizmendi Posada

Periodista de la Universidad de Navarra.

Exdecano de la Facultad de Comunicación de la UPB.

Excolumnista de El Colombiano y El Mundo (Medellín), El País (Cali), El Tiempo y Revista Cromos (Bogotá).

Autor de 15 libros de historia y ensayo.

Ignacio Arizmendi Posada

¿Por qué se pierde Petro?

En los catorce meses que el presidente Petro, elegido por una minoría de ciudadanos, lleva en la Casa de Nariño (algunos ya le dicen “de Narizño”), ha dejado de asistir a más de cien eventos dentro y fuera del país, a los cuales se había comprometido. En el episodio más reciente, durante ocho días los ciudadanos estuvimos sin saber dónde diablos andaba. Solo el pasado miércoles apareció para decir que una caída en Cartagena le había afectado la rodilla, ¡y que él no se arrodilla ante nadie! (¿será que la afectación de la rodilla se debe, mejor, a la caída de su imagen ante el pueblo?).

El tema ha sido abordado seriamente por diversos analistas, que, mutatis mutandis, coinciden en decir que las desapariciones son un irrespeto a los anfitriones e invitados, al país y a la dignidad de jefe de Estado. Lo que no está claro es por qué desaparece. Como siempre, sus colaboradores afirman que son razones de la “agenda privada” del mandatario. Y, claro, como es privada, no hay información, y como no hay información, hay imaginación, por lo cual, con la ayuda de esta, “la loca de la casa”, la columna de hoy da algunas pistas para saber por qué el primer mandatario incumple tantos compromisos. Lo hago sin despreciar nada, en línea con el filósofo español Ortega y Gasset, quien en su tiempo afirmaba que “hoy se toman en serio cosas que ayer se desdeñaban y parecían baladíes”. 

¿Por qué, entonces, Petro se desaparece tanto? Por:

• Cansancio (de escribir tanto insulto en “X”, antes Twitter)
• Dormido (en los laureles)
• Dormir mal (¿la voluminosa primera dama lo saca de la cama?)
• Trasnochado (¿los sueños de grandeza?)
• Enguayabado (¿no haber insultado más a los ricos?)
• Enfermo (se reconoce que con un ego como el suyo, enfermaría incluso Napoleón)
• Pereza (¿de tener que pensar en cumplir tanta promesa?)
• Sentirse mareado (el poder emborracha)
• Desorientado (perdió el norte) 
• Visitas privadas (privadas de nada)
• Escribir sus memorias (¿por eso no suelta el lápiz?)
• Preparar sus discursos (¿en el baño? Porque cuando aparece dice cosas muy raras)
• Pegarse unas "voladitas" (siempre se ha dicho que Petro “es un avión”)
• Medicado (¿eso explicará que a veces hable raro?)
• Estar en una “Misa Roja” de los padres F. De Roux y Darío Monsalve, exarzobispo de Cali (¿pidiéndole milagritos al Señor Caído de Buga?)
• Lo más “grave”: los “ferragamos” estaban manchados y no estuvieron listos a tiempo

 

Cuenta una leyenda que de Kumar, un niño, surgió Ganesha, dios hindú de la sabiduría y vencedor de todos los obstáculos, a quien el rey Shiva trasplantó una cabeza de elefante para explicar su sabiduría y fortaleza. Si le trasplantamos una cabeza similar al presidente, explicará, no lo expuesto, sino la “trompa” con la que amanece todos los días…

INFLEXIÓN. El filósofo británico Bertrand Russell recomendaba, para la conquista de la felicidad, “evitar las pasiones egocéntricas y adquirir afectos e intereses que impidan que nuestros pensamientos giren perpetuamente en torno a nosotros mismos”. Se las dedico, presidente Petro.

Creado Por
Ignacio Arizmendi Posada
Más KienyKe
Ignacio Baladán, novio de La Segura, entró a La Casa de los Famosos para pedirle matrimonio.
Un grupo de sujetos no identificados intentó quemar una de las estaciones cercanas a la Universidad Nacional.
Laura Sarabia, mano derecha de Gustavo Petro, denunció una campaña de difamación en su contra de la que es víctima desde hace varios meses.
La abogada Carolina Carrillo y las periodistas Laura Hincapié y Mauréen Maya advierten que John Poulos podría quedar en libertad.
Kien Opina