El nivel del debate público y sus contenidos dentro del fenómeno global de conectividad intervenida por los intereses políticos y la multi alineación selectiva es un asunto de obligada consideración en los planos de la política exterior y la economía internacional. Desde luego, dado el ascenso de los países poderosos de Asia, conocer la temática puesta en boga por sus tanques de pensamiento más influyentes y por los formadores de opinión de mayor influjo se torna prioritario. Sin sentirnos mal, debemos reconocer una cierta pobreza tanto en los temas como en las formas de nuestra discusión colectiva.
Me propuse para la redacción de esta columna, hacer una revisión de páginas y publicaciones en boga actualmente en Asia, con el propósito de introducir en nuestro propio escenario debates insoslayables y asuntos por los cuales estamos concernidos. Estos son algunos de los temas al orden del día en los círculos académicos y económicos de Asia:
JUVENTUD Y POLÍTICA
• Las encuestas de opinión y las evaluaciones de percepción están concentradas en saber: 1. Qué piensan los jóvenes sobre la evolución del orden global; 2. Qué opinan los jóvenes sobre la manera de enfrentar el cambio climático; 3. Cuál es la opinión dominante entre los jóvenes sobre la política exterior de su país.
• A su vez los jóvenes expresan su interés sobre dos preocupaciones sociales del presente: 1. Cómo alcanzar aproximaciones certeras sobre la realidad en un contexto de informaciones erróneas e intencionadas; 2. Cómo superar el peso de los “ismos”, las caracterizaciones desde posiciones políticas distorsivas, en escenarios masivos de información errónea o desinformación.
• El debate público intenta brindar explicaciones sobre el descrédito de la política entre los ciudadanos. Se fustiga a los líderes que surgieron pregonando valores históricos de doctrinas políticas para luego vivir metamorfosis neo revisionistas hasta renegar de sus programas originales y virar hacia formas verticales de gobierno con sutiles o abiertas manifestaciones autocráticas.
CRISIS CLIMÁTICA
El debate de mayor alcance está dirigido a encontrar la manera de honrar la determinación en la tarea universal por la descarbonización y a la vez atender los mínimos de seguridad energética para responder por los recursos vitales y las posibilidades de ascenso espiritual de los niños y jóvenes del mundo.
Crece la desconfianza sobre el compromiso corporativo con la vida. Aunque son palpables algunos avances, los jóvenes prefieren dirigir la atención hacia responsabilidades individuales, en lugar de concentrar su acento en la dimensión corporativa.
Un discreto escepticismo es perceptible entre los jóvenes que incluso tratan de eludir la distracción que trae consigo el marketing de soluciones tecnológicas. Hay un cierto rechazo a la idea de que la tecnología lo resolverá todo. Los propios jóvenes critican el tecnofideismo.
En cambio, es notoria la apreciación juvenil por todo lo que se aglutina bajo el rótulo de “finanzas verdes” que pueden estimular tendencias correctivas y nuevas áreas de emprendimiento.
Los jóvenes son la presencia dominante de las redes y plataformas. Empero, no todo es alienación. Las juventudes asiáticas hacen recomendaciones:
• Procurar analizar la perspectiva en lugar de alimentar la indignación. La protesta violenta, responden, ayuda a mantener el letargo frente a la crisis climática. La desobediencia civil es mucho más poderosa.
• Avanzar sin tregua en la educación ambiental teórico-práctica en todos los grupos etarios; aplicar las soluciones basadas en la naturaleza y movilizar las comunidades de forma continua en torno al ambientalismo activo y popular.
• Los líderes de las naciones poderosas lucen inferiores a las responsabilidades mayores del momento histórico. La juventud asiática no los ve al frente de los problemas que han excedido hasta el presente las capacidades de mandatarios dedicados más al poder en sí que al poder para fijar destinos y reducir incertidumbres.
LÍDERES CUESTIONADOS
Una lista corta de los problemas que minan la confianza de la ciudadanía joven no sólo en Asia sino en el planeta todo, sería la siguiente:
La incapacidad para regular el uso de la analítica de datos y la invasión algorítmica sobre la individualidad; la expansión expresa o velada de los arsenales nucleares y de las armas de largo alcance en regiones densamente pobladas; el desbalance entre seguridad y libertad en desmedro de la segunda; la aparición recurrente de epidemias; el retroceso tanto para el secularismo como para la libertad de cultos y la superstición como mecanismo de alienación transformado en fuente de rentas; la incapacidad de reformar y transformar el sistema de Naciones Unidas; la lentitud y el bajo compromiso de los poderes globales frente a la crisis climática que dejan sin espacio a la producción y al consumo sostenibles; la generalización del desarraigo ético y de la corrupción de grandes proporciones en la vida social. Resaltan en esta enumeración aquellos aspectos sobre los cuales lo declarativo predomina sobre lo fáctico como la igualdad salarial entre géneros, el maltrato intrafamiliar y la inequidad en las oportunidades.