Parece que la juntanza llegó a su fin. Aparentemente la luna de miel terminó y se transformó en amarga hiel. Aunque prefiero pensar que es parte del show. La estrecha unión entre el “orador” (pésimo, por cierto) y la hormiguita obrera, parece haber encontrado el epílogo en esta novela de horror protagonizada por el dictadorzuelo con ínfulas imperiales. Y el detonante fue el trasnochado y escalofriante episodio de los pasaportes, que reencarnó en pesadilla, con nuevo protagonista. Alfredo Saade Vergel es desde el 25 de junio pasado el Jefe del Despacho Presidencial; lo que otrora conocíamos como Jefe de Gabinete, que sin duda encarna uno de los cargos más altos de las oficinas de la rama ejecutiva y una de las personas más cercanas al presidente de Colombia, con gran influencia en la toma de decisiones administrativas y de agenda del primer mandatario. Dicen que Sade es abogado y digo “dicen”, porque no me cabe en la cabeza que un profesional del Derecho, proponga, en un sistema constitucional democrático, acabar con el Congreso de la República, convoque a una constituyente (por las vías de hecho, claro), impulse la reelección de Petro, exige que se censuren lo medios de comunicación y, que cuando se esté debatiendo un proyecto de ley las cuentas informativas del legislativo sean cerradas. Lo anterior, en conclusión, porque “el exceso de democracia perjudica al gobierno de Petro”. Y cómo no pronunciarse sobre esto, aprovechando el interminable insumo periodístico, noticioso, de escándalos y descalabros que proviene del ejecutivo. El talento de Petro para los desatinos jurídicos y administrativos es como un manantial que brota de manera inagotable; es un individuo muy prolijo en la tarea de producir exabruptos. Así mismo, como es apenas lógico, lo replican sus paniaguados. Esto no asombra; es lo usual. De los treinta días del mes, con esta copiosa materia prima, un editorialista podría hacer dos o tres notas diarias.
Pues la llegada de Sade que parecía proveniente de la Divina Providencia, es todo un paquete chileno. El tal pastor no es pastor, es un charlatán. Se vendió como un falso profeta; un embaucador, todo un impostor de la Ley de Moisés y los preceptos judeocristianos. Ese, hoy es el hombre más importante del combo de esbirros de Petro; quien le habla al oído y se erige como su segunda conciencia. Todo un embustero, que, sin duda se acerca más al Marqués de Sade por sus comportamientos más mundanos que espirituales. Por eso es bueno recordar que Donatien Alphonse François de Sade, más conocido por su título nobiliario de marqués vivió entre 1740 y 1814, se dedicaba a escribir y era un libertino, activista político y noble francés. Se dio a conocer por sus novelas lascivas y su encarcelamiento por delitos sexuales, blasfemia y pornografía. Sus obras incluyen novelas, cuentos, obras de teatro, diálogos y tratados políticos. Como vemos, hay muchos puntos de encuentro entre el galo y el hombre caribeño y de esa misma manera, hay puntos que se alejan, como el de saberse pastor; el falso pastor. Sobre esto se pronunció la Confederación Evangélica de Colombia (CEDECOL), entidad que desde hace 75 años es el gremio de las iglesias cristianas protestantes evangélicas en Colombia y manifestó con claridad sobre el profeta maldito, que “no es parte de nuestra comunidad religiosa”, encontrando eco en esta comunidad religiosa, que argumenta que Saade no los representa. La entidad con precisión afirmó no tener conocimiento de iglesias afiliadas por Saade ni lo certifica como parte de su comunidad religiosa. A su turno, el Ministerio del Interior, que es el ente público competente para otorgar las personerías jurídicas de las iglesias cristianas, tampoco registra al impostor de Judá, como ministro religioso asociado a ninguna iglesia. Esto no es nuevo. No olvidemos el episodio del rabino antisionista con título falso, nombrado por Petro. El turno en escena en ese momento fue para Richard Gaona Ben-Eleazar, quien fue nombrado como Director de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior. Su título también fue desmentido, por aportar documentos falsos y estudios que no al parecer, no dan para la obtención de la dignidad. Tanto, que el pasado 9 de abril, el portal de noticias israelí The Jerusalem Post dedicó un artículo para hablar de las presuntas irregularidades en la obtención de los títulos por parte del pseudo maestro hebreo. Según informó el medio extranjero, las dudas sobre la legitimidad de sus credenciales académicas y religiosas, así como sus posturas radicales, han puesto en entredicho su capacidad para desempeñar un cargo que implica regular las organizaciones religiosas en el país. Muy delicado. Acá ni jehová se salva. A delinquir en el nombre del Señor, parece ser la premisa.
El capítulo actual que pasa por la renuncia de Laura Saravia, de quien habrá que analizarse con detenimiento las consecuencias jurídicas, más allá de las posturas de lealtad, traición y amor (como el de Bolívar por Petro), que afecta notablemente a la ciudadanía, porque recordemos que el pasaporte no sólo sirve para salir del país. Es más, la función primigenia de este importante documento es la de acreditar la identidad de quien lo porta. Es otra Cédula de Ciudadanía, escuetamente. Por su puesto se utiliza para diversos trámites, entre ellos los relativos al tránsito de nacionales entre países y reviste una función importante a nivel internacional y, es por esto, es que la Cancillería es la competente para lo que verse sobre este asunto. No obstante, Saade, no tuvo ningún inconveniente en salir a desautorizar la medida, aparentemente sensata, de Saravia de ejecutar el contrato y los trámites con la compañía Tomas Greg & Sons, que era lo lógico. Pasó por encima como aplanadora. Como elefante pisando a la hormiguita dejando desvanecido el sentimiento de cariño y lealtad que se profesan en la política del amor, quedando la desteñida y desvanecida estela de aquella sociedad del mutuo elogio, entre el orador y la hormiguita trabajadora. Parece que el lobo feroz llegó de otro cuento y le pegó el zarpazo a Laura, quien, aunque agonizante, el domingo pasado reveló datos, que no se iban a hacer esperar, ya que, la herida aun sangra. Dijo pues, la excanciller, que Saade, en publicación de un reconocido medio, habría ordenado “demorar las citas para los pasaportes”, con el fin de lograr que el stock de libretas alcanzara por un tiempo más, hasta que se pudiera solucionar lo del nuevo acuerdo entre Portugal y la Imprenta Nacional. También señaló a Saade de “dinamitar” el proceso para la contratación de los pasaportes y de engañar al presidente diciéndole que la Imprenta Nacional está lista para asumir la tarea, cuando en realidad no es así. En palabras de la hormiguita y habiendo usurpado de manera alevosa la posición ministerial, convocó al equipo de la entonces canciller, el cual le dejó saber que el impostor les ordenó demorar la asignación de citas para “hacer rendir el stock de pasaportes que queda”.
Definitivamente un gran discípulo, pero de Petro. El refalsado representante del Divino Maestro en la tierra fue adoctrinado a su imagen y semejanza.
Ya veo venir las denuncias de un lado y otro…el show debe continuar y que Dios nos coja confesados.
#FuerzaMiguel