Por estos días han sido tendencia mundial dos grandes líderes religiosos; en primer lugar, el Papa Francisco, quien decidió entrevistarse con diez jóvenes y hablar sin vetos sobre cualquier tema que éstos quisieran abordar. Lograron que el máximo jerarca de la iglesia católica hablara del aborto, el abuso sexual, su salario e incluso de Tinder.
Como católico celebro el espacio, la iglesia católica ha perdido credibilidad y afinidad entre los jóvenes, que ya no tragan entero y debaten todo lo que rodea su actualidad, hace años no podía cuestionarse a la iglesia, mucho menos hablar de forma tan autentica y libre con un sacerdote, mucho menos con un obispo, impensable hacerlo con el Papa.
La iglesia católica debe encontrar una mejor manera de conectar con su pueblo, creo que lo visto en el documental es un buen inicio, esta bien que el Papa Francisco inicie con el ejemplo, sin embargo, eso debe llegar hasta el último y más modesto de los sacerdotes, aquel que se encuentre en la parroquia más humilde y lejana.
No quiere decir que la iglesia cambie su esencia, ni modifique el credo para agradar, cometería un grave error si la intención fuera atraer creyentes mediante el cambio de la doctrina. La misión no es conseguir clientes como si de una empresa se tratase, la finalidad es enseñar la palabra de Dios, para que imitemos su vida y, a través de la bondad, la misericordia, la empatía, la solidaridad nos acerquemos más a un ser supremo, tengamos una mejor vida, vivamos mejor en sociedad.
La palabra clave es el amor. Vi en las imágenes a un Papa que se acercó con inmenso amor a esos jóvenes, permitiendo que lo interrogaran sobre los temas más difíciles y complejos para la iglesia católica, me queda la imagen de un verdadero pastor, al margen de compartir o no, en parte o todo lo que dijo, hizo un esfuerzo por nuevamente abrir las puertas de la iglesia para todos, sin importar el origen, la raza, la creencia política o incluso la religión.
En segundo lugar, lamentablemente con una terrible imagen, tenemos al Dalai Lama, quien se excedió con un menor de edad, logrando que éste lo besara en la boca. Lo visto es aterrador, genera desagrado, preocupación, adicionalmente, porque el escenario donde se encuentra aplaude la actitud del monje. El religioso ha pedido perdón.
Ante estos dos sucesos, la reflexión es que tanto el Dalai Lama, como el Papa Francisco o cualquier pastor, sacerdote o monje son personas, a diario cometen errores, algunos de esos actos llevan incluso a una responsabilidad penal, y sean quienes sean, o representen a cualquier institución, deben responder por sus errores o eventuales delitos.
Las iglesias son instituciones importantes, buscan a través de la doctrina un mejor entendimiento de nuestra misión como seres humanos, la espiritualidad como un instrumento de formación en principios y valores que logren una mejor convivencia en sociedad.
Las instituciones son mas importantes que las personas, porque trascienden en el tiempo, no obstante, están conformadas por personas, reales, de carne y hueso que cometen errores y por lo tanto de forma directa o indirecta terminan afectando también, con sus actuaciones, a lo que representan.
Es por esta razón que, la iglesia católica, los budistas, musulmanes o cualquier otro credo o religión no pueden permitir, que cualquier persona, aprovechándose de la autoridad que le da su posición dentro de la misma, en contra de los principios de la religión que profesan, abusen de cualquier forma de los más indefensos. Así que proteger las instituciones de quienes hacen parte de ellas, es la mejor forma de garantizar su supervivencia en el tiempo.
Finalmente, se debe invitarlas a esforzarse más en mejorar la comunicación con las nuevas generaciones, que se han quedado con la imagen de instituciones compuestas por abusadores, retardatarias, sectarias y discriminatorias. Deben mostrar la esencia de amor y compasión, de inclusión y de cercanía a Dios, ser una ayuda, una luz para nuestro paso por la tierra.
