El exdirector de la DIAN, Juan Ricardo Ortega publicó su última columna en la revista Semana titulada “gracias”. Ahí hace una reflexión sobre la libertad de expresión y el oficio de opinar en una democracia. La importancia de mostrar una voz que no se deje intimidar por el poder y el ejercicio periodístico enfocado en poner en evidencia la realidad de los asuntos públicos.
Lo interesante en su columna es su invitación a leer a críticos como Ricardo Silva, Juan Esteban Constaín, Carolina Sanín, entre otros escritores que están más interesados en señalar las ficciones que vivimos. Oscar Wilde en su ensayo “El crítico como artista” muestra una discusión intelectual entre Gilbert y Ernest, el primero le dice al segundo que “los espíritus críticos y cultivados se interesan más en el arte y menos en lo real. No hay estado de ánimo o pasión que el arte no pueda proporcionarnos” de Colombia emergen tragedias que superan o igualan a cualquier drama imaginario.
Sin embargo, lo que pasa en Colombia nos cuestiona. Recibimos noticias sórdidas en tiempos insospechados. En plena pandemia quienes eran los buenos y deberían garantizar nuestra seguridad, pasan a ser seres desalmados que cometen los peores crímenes con los más inocentes. Wilde más adelante en su ensayo dice que el objetivo del arte es crear un estado de ánimo. Quienes ejercen el arte de la política en Colombia ¿Cuál es el estado de ánimo que esperan de nosotros? Aquí se vuelven a invertir las emociones, estamos heridos pero no lloramos. ¿Cuántas injusticias tenemos que ver para reaccionar?
Platón decía que el arte causa en el espectador una especie de locura divina. Una locura que en Colombia o se experimenta en exceso o no se ha llegado a ese nivel de contemplación, y que por lo tanto seguimos buscando ese sentido divino de las cosas. Al final, el ahora ex columnista de Semana, seguirá expresando lo que piensa de la realidad que vivimos desde cualquier medio.