Nada de lo que pasa en la vida es culpa del destino. Cada afirmación o negación nos pertenece. Aceptar esa responsabilidad de no seguir culpando a Dios y a los demás de lo que ocurre, es la actitud más acertada y honesta. Así puedes salir de la cárcel emocional y alcanzar la libertad interior.
En el fondo eres dueño de ti mismo y, al no saber, qué hacer ni cómo asumir las consecuencias de tus acciones, arriesgas la experiencia sagrada al buscar el camino fácil, poniendo en manos de consejeros emocionales cientificistas o seudocientíficos, guías fanáticos religiosos, maestros y gurús de moda, tu paz interior. Con ello evades preguntas esenciales del alma como, ¿quién soy? y ¿qué es lo que realmente quiero?
Dios nos ama incondicionalmente tal y como somos. Su deseo es que aprendamos a cuidar de nosotros mismos desde la amabilidad y la compasión, logrando la madurez espiritual que no es otra cosa que el arte de vivir en armonía, dejando el control de la mente y buscando el equilibrio en el camino medio, sin exageradas expectativas, deseos y ambiciones en la vida.
“Soy dueño de mí mismo” en la voz del Terapeuta y Coach de Vida Armando Martí©, para la sección Konciencia de KienyKe.com. Escúchalo, disfrútalo y compártelo:
Espacio Interior
Utiliza el tesoro de tu silencio interior y medita en las siguientes palabras, sin importar el orden de las mismas:
• Calidad de pensamientos
• Bienestar
• Gracias espiritual
• Sosiego
• Compromiso personal
• Dios
• Interiorización
• Empatía
• Luz
• Sabiduría
• Sobriedad
• Cariño
Después de reflexionar en las anteriores palabras elige aquellas con las cuales consideras que tendrás un mejor camino hacia tu bienestar interior, integrándolas o excluyéndolas de tu vida.