“Me resisto a creer que Fernando se quitó la vida. Él tenía muchas cosas por las que luchar. Su hija era la persona más importante para él y no creo que la dejara sola”, fueron las palabras de don Diego Castro, padre de Diego Fernando Castro, el bombero que fue hallado sin vida el pasado viernes y que estaba siendo investigado por la muerte de un niño de siete años en una piscina de los bomberos donde se llevaba a cabo un curso vacacional.
“Yo no resisto la cárcel”, repetía Diego Fernando, al enterarse de que la fiscalía lo investigaría por el delito de homicidio culposo por el fallecimiento de Nicolás Quevedo, el pequeño que se ahogó en un curso que la entidad lleva a cabo hace 50 años y en el que nunca había tenido un incidente similar.
Diego Fernando fue hallado muerto el pasado viernes al interior del colegio Centro Don Bosco, donde cursó algunos años de su bachillerato. Nadie, hasta el momento, se explica cómo ingresó ‘Fercho’, como le decían sus familiares, hasta las instalaciones, donde aparentemente resolvió acabar con su vida colgándose de un árbol. Fue encontrado por personal de vigilancia del plantel educativo.
La muerte de Diego Fernando se produjo tres días después de la muerte de Nicolás. Los dos tenían algo en común, estaban felices por ser parte de los bomberos. El más pequeño se preparaba en el curso vacacional de Bomberitos, dictado en la localidad de Kennedy, y Diego era bombero profesional hace tres años.
Diego, de 32 años, creció en una familia numerosa. Era el cuarto de seis hermanos. Ingresó a la institución siguiendo los pasos de su padre, el teniente Diego Castro, actual comandante de la estación de Bomberos de Garcés Navas, quien lleva en la entidad 38 años y de su abuelo, Jesús Antonio Castro, quien fue bombero desde 1952.
Diego Castro, padre del bombero Diego Fernando Castro.
La muerte de Diego Fernando no es la primera tragedia que esta familia ha tenido que soportar. William, un hermano mayor de Diego, que también siguió los pasos de don Diego, murió en un accidente de tránsito en el año 2000, dos años y medio después de ser parte de los bomberos de Bogotá.
Desde que Diego estaba muy joven sabía cuál sería su camino. “Tenía la aptitud y la actitud del servicio. Amaba lo que hacía. Se sentía orgulloso de salvar vidas y sobre todo se sentía feliz y pleno con el hecho de ser un bombero.
Después de la muerte de Nicolás, Diego se devastó. Nicolás, a quien en su casa le decían ‘Príncipe’, hacía parte de un grupo de 29 niños que se preparaba con los bomberos oficiales de Kennedy en el curso semestral de Bomberitos, que se lleva a cabo en las vacaciones estudiantiles de los niños.
Don Diego recuerda que su hijo, tras el accidente de Nicolás, se mostró decaído pero con fuerzas para afrontar lo que se venía encima. “Fernando estaba acompañado por su familia y por el cuerpo de bomberos. No estaba solo. Era consciente de que la muerte del niño, que nos dolió a todos, fue accidental”.
El bombero, dice su padre, en medio de la melancolía buscaba en su memoria para lograr entender qué había ocurrido aquel martes 30 de julio, tarde en la que murió Nicolás. Los responsables de cuidar a los niños en la piscina eran él y una compañera suya, pero ninguno de los dos sabe en qué momento el pequeño fue a parar en la parte más honda de la piscina, que estaba demarcada para que los niños no la alcanzaran.
Funeral de Nicolás
Cuando encontraron a Nicolás, Diego y otro bombero se lanzaron al agua para rescatarlo. Lo sacaron y lo intentaron reanimar. El niño no respondió. Lo alzaron, lo metieron a una de las camionetas de la institución y lo llevaron de urgencias al Hospital Kennedy, ubicado a pocas cuadras del lugar. El niño no tenía signos vitales.
“La presión ejercida por algunos medios de comunicación fue mortal para Fernando”, indicó don Diego. “Cuando él vio que hablaban de años de condena, cuando vio la tipificación del delito y se vio en la mitad de todo eso, se derrumbó. Decía una y mil veces que él no había matado a nadie y no soportaría ni un día de cárcel”.
A parte de la presión, Diego, según su papá, recibió varias amenazas por las redes sociales. Una de ellas, que sí les generó incertidumbre, fue la de un presunto familiar de Nicolás, un joven que con un mensaje a través de Facebook amenazó de muerte a los implicados en la muerte de Nicolás, a quien llama en el mensaje “mi sobrino”.
Algunos mensajes amenazaron con atentar contra la hija y otros familiares del bombero. Situación que lo asustó, indicó su padre. “No se sabe si él habría dado su vida para que no le hicieran daño a su familia, esa también es una opción”, dijo don Diego.
Al parecer el joven que lanza las amenazas de muerte es hermano de Sandra Milena Rozo, la madre de Nicolás, quien le dijo a KienyKe.com no estar enterada de dichas amenazas y que tajantemente las rechaza, ya que ella como madre y su esposo, como padre del niño, no vieron nunca en Diego a un asesino.
La familia directa de Nicolás, desde el primer momento, perdonó a las personas que eran responsables de su hijo en la pisciana donde el niño estaba aprendiendo a nadar, paradójicamente fue la misma piscina en la que Diego Fernando aprendió a nadar y se convirtió en un experimentado buzo y rescatista acuático.
“No podemos negar que fue la muerte de mi hijo fue descuido y negligencia por parte de bomberos, pero somos conscientes de que no fue una muerte intencional. El abogado de la familia está adelantando las acciones pertinentes para estas situaciones”, afirmó Sandra Rizo.
Funeral del bombero Diego Fernando Castro.
La madre del ‘Príncipe’ también indicó que si en las manos de ella está el impedir que los implicados en la muerte de su hijo vayan a prisión haría todo lo posible para hacerlo, ya que ella y su familia han sufrido demasiado y no quieren que otras familias pasen por dolores como el suyo.
“No quiero que con estas amenazas el nombre de mi hijo se vea manchado. Es un niño y tiene que descansar con su nombre intacto”, dijo Sandra.
Las investigaciones de la fiscalía por el delito de homicidio culposo por la muerte de Nicolás siguen su curso. Por su parte las diferentes amenazas contra Diego y su familia también tendrán que ser evaluadas por el ente investigador.
Tanto la familia de Diego, como la familia de Nicolás, esperan que las investigaciones les arrojen una sola cosa: la verdad.
Las amenazas y presiones que agobiaron al bombero suicida
Mié, 08/07/2015 - 10:05
“Me resisto a creer que Fernando se quitó la vida. Él tenía muchas cosas por las que luchar. Su hija era la persona más importante para él y no creo que la dejara sola”, fueron las palabras d