Colombia siguió metiendo miedo a sus rivales en Cuiabá. El turno de ser la víctima era para Japón. Con su presencia asegurada en octavos de final, el seleccionado nacional presentó ocho cambios en su habitual formación titular. La urgencia estaba del lado de Japón. Los nipones necesitaban sí o sí una victoria para seguir con vida, sin embargo, la tarea no pintaba nada fácil.
El cambio de nombres no afectó el funcionamiento de Colombia en los primeros minutos. Tal cual sucedió en sus presentaciones anteriores, el combinado nacional impuso su juego de toque y obligó a Japón a ser espectador de primera fila. Cuando Japón se acomodaba al partido, Colombia le propinó un golpe de autoridad.
Un contraataque veloz concluyó con una falta en el área de Konno contra Adrián Ramos, el central decretó penalti y Juan Guillermo Cuadrado no perdonó, cobró fuerte al centro, abrió el marcador y como buen presagio celebró bailando como Michael Jackson.
La ventaja parcial generó un cambio de roles. Japón se hizo al control del balón y Colombia depositó sus esperanzas de ampliar la diferencia en el contraataque. Los nipones se tomaron confianza y lograron inquietar a David Ospina en un par de ocasiones con remates cerca del área. A medida que pasó al tiempo, Japón se acercó al empate, Colombia tuvo una posibilidad de oro para anotar el segundo gol pero Jackson Martínez la erró de manera impensada.
Japón lo trabajó el gol y lo consiguió. En el último minuto del primer tiempo, un centro desde el costado derecho ejecutado por Keisuke Honda fue cabeceado por Okazaki y convertido en gol, Ospina no pudo hacer nada para evitarlo. Colombia pagó cara su paciencia y se fue al entretiempo sin el botín que ostentó por un buen tiempo.
Para el segundo tiempo el partido retomó su curso inicial. James Rodríguez y Carlos Carbonero ingresaron al campo de juego y con ello, Colombia salió en busca de la victoria. Calcado como el primer tiempo. La tricolor hiló unos minutos de buen juego y Jackson aprovechó para redimirse de sus errores. 'Cha cha cha' culminó con un remate en el área una jugada colectiva liderada por James Rodríguez y marcó el segundo gol de la tarde.
La desesperación se convirtió en la peor enemiga de Japón. Con más ganas que fútbol, los asiáticos buscaron rematar un partido que con el pasar del tiempo se pintaba de amarillo, azul y rojo. Los espacios parecieron y Colombia no los desaprovechó. Nuevamente el contragolpe fue la fórmula. James Rodríguez apareció con su magia y asistió con lujo a Jackson quien con la tranquilidad que no tuvo la mayor parte del partido, definió y anotó el tercero.
Aún faltaba más. En lo que hasta el momento ha sido un mundial histórico para Colombia, se escribió un capítulo más no sólo en el libro nacional, en el mundialista también se estampó el sello tricolor. Al minuto 85, Faryd Mondragón ingresó al campo de juego para convertirse en el jugador más veterano en jugar un Mundial. 43 años y tres días de edad.
Este capítulo se cerró con broche de oro gracias a James Rodríguez. Japón lo dejó todo por un gol más y nuevamente de contragolpe, James definió con maestría para sentenciar un partido inolvidable. De esta manera, Colombia se confirmó con grandeza en el primer lugar de su grupo y se enfrentará este sábado a Uruguay en los octavos de final. El escenario no puede ser mejor: el Estadio Maracaná espera por una hazaña colombiana.
Por: Sergio Jácome
En Twitter: @Sergio_Jacome
