Una nueva noticia positiva recibió la naturaleza colombiana, luego de que se reportó el aumento en 1,486,676 hectáreas para el Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, lo que lo convierte en el área continental más grande de Colombia y alcanza 4.268.095 hectáreas protegidas.
El anuncio se hizo luego de que la Serranía de Chiribiquete ingresara como sitio Mixto a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, según fue aprobado en la sesión 42 del Comité de Patrimonio Mundial de la organización, que tuvo lugar en Manama, Baréin, lo que significa que allí se protegen no
solo valores naturales, sino también valores culturales.
Para la nueva área protegida, la compañía Andes Amazon Fund y la Fundación Moore de los Estados Unidos aportarán un total de 1 millón de dólares para la implementación de esta zona de la Serranía de Chiribiquete.
La donación contribuirá además a Herencia Colombia, una iniciativa de financiamiento dirigida por el gobierno que apunta a fortalecer la gestión de las áreas protegidas del país y que será administrada por el Parques Nacionales Naturales de Colombia.
Además del patrimonio ambiental, se protegen valores culturales, étnicos, históricos y arqueológicos ya que el parque resguarda más de medio centenar de sitios pictóricos con no menos de 70.000 dibujos de alto valor arqueológico que muestran figuras humanas en movimiento, armas para la defensa y animales. Más de 60 datos muestran que los más antiguos fueron hechos hace 20 mil años. Estos retratan el amplio conocimiento sobre el entorno amazónico de los pueblos que los realizaron y siguen realizando, pues es un arte rupestre vivo, ya que registros recientes demuestran que las pinturas se siguen haciendo hasta hoy día.
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Chiribiquete ha revelado en las caracterizaciones biológicas realizadas por la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, 30 especies de mamíferos grandes y medianos, 8 especies de carnívoros y 7 especies de primates. La abundancia relativa de mamíferos medianos y grandes, tanto depredadores, como herbívoros y dispersores de semillas, indica una buena calidad y salud de los bosques, ya que, al ser parte de las especies preferidas en la cacería, son los primeros en desaparecer en ecosistemas perturbados o en zonas de alta frecuencia de cacería.
La ampliación protegerá 708 especies representativas de plantas, únicas o amenazadas en algún grado. Por ejemplo, dos en peligro como el cedro Cedrela odorata y la ceiba toluá Pachira quinata.
Además, la ampliación incluye 8 subzonas hidrográficas (cuencas alto Guaviare, Itilla, alto Apaporis, Ajaju, Tunia, alto Yarí, Camuya y medio Yarí) y cabeceras de ríos que drenan a las cuencas del Orinoco y el Amazonas.
En la zona de ampliación se estima una oferta hídrica de 26.388 mm3, lo que representa un incremento del 60%. Esto aporta al mantenimiento de la provisión de peces (33 especies de consumo y 78 especies ornamentales).
