La violencia golpeó nuevamente el corazón de la capital mexicana. En un ataque directo y premeditado, dos miembros del equipo cercano de la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, fueron asesinados la mañana del martes en plena Calzada de Tlalpan, una de las arterias más transitadas de la ciudad. Las víctimas: Ximena Guzmán Cuevas, secretaria particular de Brugada, y José Muñoz Vega, asesor de gobierno.
El ataque ocurrió alrededor de las 07:00 horas, justo cuando Guzmán estacionó momentáneamente su automóvil para recoger a Muñoz. Según las grabaciones de cámaras de seguridad, un hombre con chaqueta blanca y casco de motociclista se aproximó al vehículo y disparó múltiples veces, matando primero a Guzmán y luego a Muñoz, quien acababa de abordar el coche. El agresor escapó de la escena sin dejar rastro inmediato.
Una agresión directa y con alto impacto político
Clara Brugada, visiblemente consternada, confirmó que se trató de una "agresión directa" contra sus colaboradores más cercanos. “Me siento muy triste por la pérdida de Ximena y Pepe, con quienes compartimos muchos años de trabajo y luchas por transformar la ciudad", declaró en conferencia de prensa. Añadió que ya se están revisando las cámaras del sistema de videovigilancia para dar con los responsables.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum lamentó el ataque y aseguró que el gobierno federal dará “todo el apoyo que requiera la jefa de Gobierno para la investigación”. Reiteró que no habrá impunidad.
Las investigaciones están a cargo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, en colaboración con instancias federales. Las autoridades aún no han revelado un posible móvil del crimen, pero el ataque sugiere una planificación meticulosa y conocimiento de los movimientos de las víctimas.
¿Quiénes eran las víctimas?
Ximena Guzmán Cuevas y José Muñoz Vega formaban parte del círculo más cercano de Brugada desde sus años como alcaldesa de Iztapalapa. Guzmán, con trayectoria en el sector educativo y deportivo, fue una figura clave en la administración pública de la ciudad. Muñoz, por su parte, tenía experiencia legislativa y en diseño de políticas públicas. Ambos asumieron sus cargos actuales en octubre de 2024, con la llegada de Brugada a la jefatura de Gobierno.
La violencia ya no respeta jerarquías ni geografías
El asesinato de dos altos funcionarios en una de las zonas más vigiladas de Ciudad de México marca un punto de inflexión. La capital, que durante años presumió ser un “refugio” frente al nivel de violencia de otras regiones del país, ahora enfrenta un episodio que exhibe la vulnerabilidad incluso de sus líderes políticos.
El caso ha generado preocupación nacional e internacional. Organizaciones de derechos humanos y observadores políticos señalan que este tipo de ataques podrían ser una represalia de grupos criminales ante la presión gubernamental o una advertencia dentro de una lucha por el control territorial y político.
El golpe también afecta directamente la estrategia de seguridad impulsada por Sheinbaum y su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, que si bien ha mostrado una baja en los homicidios dolosos, sigue sin convencer a una población cada vez más escéptica ante la impunidad y la corrupción.
¿Qué hay detrás de este crimen?
Aunque aún es temprano para sacar conclusiones, expertos en seguridad advierten que podría tratarse de una operación con tintes políticos o del crimen organizado. “Cuando asesinan a funcionarios de este nivel, en una vía tan concurrida y a plena luz del día, el mensaje no solo es para el gobierno, es para toda la sociedad”, comentó un analista de seguridad consultado.
A medida que avanzan las investigaciones, se esperan más detalles sobre los autores intelectuales y materiales del crimen. Mientras tanto, el gobierno capitalino y federal enfrentan una nueva prueba para demostrar que la justicia puede prevalecer en un entorno marcado por la violencia y la impunidad.
