
Dos científicos identificados como Yunqing Jian, de 33 años, y su pareja Zunyong Liu, de 34. De origen chino, fueron arrestados en Estados Unidos bajo cargos de contrabando de un hongo altamente tóxico y considerado una amenaza para la seguridad alimentaria global. La investigación, liderada por el FBI, señala que los implicados ingresaron de forma ilegal muestras del hongo Fusarium graminearum, un patógeno clasificado por el Centro Nacional de Biotecnología de EE. UU. como peligroso para cultivos de cereales y granos.
El Fusarium graminearum es responsable de enfermedades como la fusariosis de la espiga en el trigo y otros cereales, y produce micotoxinas que no solo arruinan cosechas, sino que pueden resultar letales para el consumo humano y animal. Por esta razón, el hongo está estrictamente regulado por organismos internacionales, y su transporte requiere permisos especiales y medidas de bioseguridad rigurosas.
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Las autoridades estadounidenses no solo ven el caso como un incidente aislado de biopiratería científica, sino también como un posible acto de sabotaje biológico. "El ingreso no autorizado de un agente biológico clasificado como patógeno representa una amenaza directa para la seguridad nacional", declaró un vocero del Departamento de Justicia.
El arresto se da en un contexto político especialmente delicado. La administración del entonces presidente Donald Trump había intensificado la vigilancia y restricciones sobre ciudadanos chinos vinculados a instituciones académicas y de investigación. En paralelo, se planeaba la revocación de visas a estudiantes y académicos con posibles lazos con el Partido Comunista Chino, lo que fue ampliamente criticado por sectores universitarios estadounidenses.
Aunque no se ha revelado el nombre de los científicos detenidos, fuentes del FBI indicaron que ambos estaban afiliados a centros de investigación en universidades norteamericanas y que habían viajado recientemente a China antes del hallazgo del hongo en sus pertenencias. Se investiga si actuaron por cuenta propia o como parte de una operación coordinada.
Expertos en bioseguridad han advertido que este tipo de incidentes subrayan la necesidad de reforzar los controles fronterizos y los protocolos en centros de investigación con acceso a agentes biológicos. Al mismo tiempo, se teme que medidas generalizadas contra académicos chinos puedan afectar negativamente la cooperación científica internacional.
El caso sigue bajo investigación federal y se esperan nuevas audiencias judiciales en las próximas semanas.