La marca hallada en un cargamento de armas incautado en Barranquilla, que correspondía al almacén en Estados Unidos, llamado Home Depot, fue la pista tras la cual las autoridades de ese país iniciaron una investigación para hallar al hombre que, presuntamente, se dedicaba a enviar armamento para el Ejército de liberación nacional (Eln), en Colombia.
El cargamento fue incautado en octubre del año pasado en el barrio El Valle, al suroccidente de Barranquilla, en medio de un operativo. Allí fue capturado Álvaro Arcila, hermano de Francisco José Arcila Ramírez, un colombiano residente en Estados Unidos, que fue acusado de ser el proveedor de armamento desde ese país hacia la capital del Atlántico.
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Según el medio norteamericano, Miami Herald, Francisco Arcila es un residente permanente en EE.UU. que fue acusado este miércoles 3 de abril de conspirar para comprar pistolas, rifles semiatomáticos y otras armas con vendedores autorizados en Estados Unidos, para enviarlas a Colombia durante 2018.
Según el medio, aunque el acusado no aceptó los cargos y tampoco se encontraba el vínculo con el Eln en el primer texto acusatorio, en el segundo 'indictment' sí aparecía la vinculación con pruebas suficientes por parte de las autoridades.
Los detalles señalan que tanto Arcila junto a Gregorio Fernando Ortega usaban paja para empacar las armas en cajas, así como compresores de aire tipo Husky, para esconderlas y enviarlas desde las tiendas de armas de Miami, como Lou's Police Supply, hacia Colombia, donde eran recibidas por el hermano de Arcila, capturado durante el operativo en Barranquilla.
La marca del compresor, junto a la etiqueta de Home Depot, fue el impulso de la investigación para los agentes norteamericanos que con un sencillo análisis de las grabaciones de cámaras de seguridad, permitió identificar al traficante de armas en los Estados Unidos.
Según Miami Herald, fue el enlace para la compra de armas que usaron Arcila y Ortega, quien colaboró con los agentes para determinar la captura del colombiano en el sur de Florida y establecer el comercio de armas. Así mismo, este testigo grabó conversaciones que terminaron de implicar Arcila con la red criminal. Las autoridades colombianas establecieron que las armas también tenían como destino otros grupos armados del país, como el Clan del Golfo.
